jueves, 20 de noviembre de 2014

Testamento de Caín.


Entre mis labios dejo un réquiem a los vencidos.
Testamento de Caín.
En el mismo papel que el poeta maldito escribió el testamento anunciado, quedó el pacto sellado para no cumplirlo. Él era un espíritu forzado en el dolor, una llaga que no cauteriza nunca. “Una de las dos” levantó el agravio eterno e hizo perder el valor de su palabra en pocos años… En aquellos pliegos se firmaron los mejores deseos, se sancionaron los murmullos de la noche, pero se transfiguraron entre las estrategias de Caín; ahora son himnos atravesados y para algunos temibles.
Entre esas penumbras se oculta el arma homicida y en los sueños aparece hoy con rostro amenazante. De esas sombras emergen redobles y percusión de vientres, rumor de metales afilados, cornetas del alba que nos llenan de terror. Ahí reposa y acecha la mano de otro poeta: ¡hoy bendecido por el nuevo poder! Entre sus dedos de nácar se revelan las argucias del maligno, ya travestido. Es el que deja sobre papel de seda un nuevo testamento: ¡también para no cumplirlo!

En el mismo libro que se escribieron las aleyas al amor y la paz duradera, las normas justas y los pactos célebres, hoy dormitan las larvas de su gangrena y su ronquido suena como el réquiem de los vencidos. En ese libro nace la confusión de nuestros días: cada uno interpreta lo que le va bien a su bolsillo. ¡Quizá mañana no saldrán las cuentas!
 Otra vez Caín entre el pañuelo de sus hojas carmesí, con su rostro invisible y sus manos de mármol. Allí se forma la mortaja de las ideas y entre sus pliegues resuenan las palabras de aceptación y rechazo. Lo que se calla nos viene dado en dosis homeopáticas: ¡queremos más libertad y más dinero! Así las fortunas han tintinado en el aire: ¡otra vez el azar… cara o cruz en el destino!
Ahora tañen las monedas en los oídos, el tiempo y la indolencia nos ha dejado en el desamparo Parecía que todo era regalado, bajo el señuelo de la eterna juventud hemos educado a los jóvenes, ahora emigran entristecidos.
La muerte nos trae consuelo, el final de la historia nos hace tierra batida en los caminos…!

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