viernes, 28 de noviembre de 2014

Los profetas


Os ofrezco el sesgo cruel de los profetas
Testamento de Caín el Hermoso

Justo en el centro del pensamiento, allí donde se pierde la razón y se encuentran los nidos de la esperanza os dejo las consecuencias de la inspiración colectiva y el sesgo fatal de los “profetas”.
Estáis sedientos de salvadores, pletóricos de adicciones mentales y de muletas morales. Necesitáis los pilares de los sueños, aquellos que soporten bien vuestros balanceos. Os dejo pues a los políticos que lo prometen todo, a los telepredicadores, a los adivinos e intelectuales protegidos. En las playas de la mente, allí donde se recogen las promesas y se maceran las razones, os dejo los sentimientos llagados para que los visionarios los hagan sangrar y lo confundan con el néctar de la vida: entonces seréis manejables cono niños de pecho.

El testamento ya está redactado, sólo hace falta agitarlo, sacudir las almas para que entren períodos constituyentes y aparezca como nuevo lo que hace muchos años os dejé escrito. Para ocultar vuestros desatinos tenéis que precipitaros en sus pliegos una y otra vez, memorizar las palabras una y otra vez, cambiar las comas de lugar una u otra vez. Los responsables de su redacción siempre juegan al monopolio de la verdad, ellos perdieron los soportes de la razón común y los demás han de seguir su ejemplo. En el fondo sois mis hijos postergados, mi carne renacida, mi mente reencarnada y en vuestro corazón como en el mío, se debate el rostro del poder. Entre los sentimientos confundidos y las palabras mudas lo explicáis bien: queréis más dinero y lo queréis “gratis…!

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