martes, 29 de enero de 2013

Eva



Adán y Eva, El génesis. Miguel Ángel Buonarroti. Capilla Sixtina. 1511

Eva


En el principio Yahvé creó la luz y las tinieblas, la tierra y el cielo, las plantas y todos los animales vivos; el sexto día modeló al hombre y la mujer y el séptimo descansó.
Después de la huida de Lilith, Adán quedó solo, vacío y sin aliento para seguir con ánimo en aquel jardín perfumado de incienso y vainilla. Se dormía hasta la piel en aquel lugar de infinitas repeticiones. Las sensaciones eran insoportables, vivía en un espacio sin contrastes donde la plenitud se hacía presente hasta el hastío y los días y las noches se confundían al no suceder nada. Aburrido y articulando grandes bostezos se sintió asqueado y sólo; sentimiento crónico que todavía pervive en todas las criaturas del mundo. Entonces decidió convocar a Dios a gritos y este al verlo en el estado en que se encontraba decidió que no es bueno que el hombre este sólo.

En el primer libro de la Torá, el Pentateuco, dice que Yahvé creó al hombre con polvo y saliva y para animarlo le sopló en la boca, es por este motivo que se le parece tanto; mirad bien, hasta en la indolencia se le parece. Génesis I:26. Como la primera mujer resultó una “decepción” para Adán, Yahvé le sacó una costilla mientras dormía y con ella creó a Eva, lo hizo así para que fuera carne de su carne y en el futuro no hubiera disputas entre ambos. Cundo los tuvo presentes les encomendó poblar la tierra para gobernar todos sus bienes, los instaló en el paraíso y les puso una sola prohibición; no tenían que comer del árbol de la ciencia, del bien y del mal, tampoco del árbol de la vida, por lo demás podían hacer lo que quisieran, hasta les concedió el libre albedrío. Pensándolo bien fue una incongruencia que dejó caer en el alma humana. Si lo pensamos un segundo todos los actos de fe están llenos de extravagancias de este tipo. ¿Para qué tentarlos y a la vez incorporar la curiosidad y el fisgoneo en el diseño de su mente? ¿Para hacerlos sufrir innecesariamente? ¡Sin duda estamos hechos a su imagen y semejanza!

Eva no dijo ni una sola palabra, se dedicó a parir hijos hasta asegurar la descendencia ya que pudo constatar que entre ellos se mataban, aún seguimos haciéndolo. Ella es sin duda la figura que encarna a la primera madre y la que representa el principio que nos define como humanos, es la conciencia del origen; quizá es la Eva mitocondrial que llevamos dentro.

Resurgimiento
Un día estaban retozando debajo del árbol del fruto prohibido, el de la vida, cuando sucedió lo que tenía que suceder, tarde o temprano el hecho estaba ya predestinado. Como el escorpión que succiona el semen del toro sacrificado por el dios Mitra, Eva chupaba los deliciosos jugos que le ofrecía Adán; así la representó Miguel Ángel en el centro de la cristiandad; la Capilla Sixtina. Eva no tenían el propósito de romper la norma y estaban cumpliendo el mandamiento de poblar la tierra cuando Adán tuvo una revelación impulsada por el placer. Fue una bagatela impetuosa que no pudo contener, entonces le puso el miembro en la boca y le dijo a Eva:

¡Devórame otra vez!

Eva enjugó aquellos sabores y mientras le hacía una felación sintió el deseo de saber más, de conocer todo aquello que estaba prohibido. Entonces se giró y pudo ver a un ser extraordinario, un sabio serpenteante que conocía el sabor del ingenio y los efectos de la ilusión en la mente humana. Con voz seductora le dijo:

–Dirígete presurosa hacia el árbol del conocimiento, es tu destino-

Se incorporó decidida a cumplir el mandato de la intuición y Adán la siguió. Al instante sintió una voz que le susurraba de manera seductora, le decía palabras melosas, esperanzadas, incomprensibles, voces que caían al oído como la lluvia que despierta en primavera. A ella le pareció que en aquel momento nacía el don de la vida; la promesa de la luz en la mente, el fruto de la razón. Seguidamente, sin disminuir la atención miró en todas las direcciones y no vio otra cosa que los frutos del deseo delante de sus ojos; Adán estaba desnudo. Se miró a sí misma y constató que su cuerpo también estaba rebosante de vida, sus labios húmedos, su corazón palpitante y de su mente florecían deseos y caricias incontables; fue un momento decisivo. El mundo se ofrecía exultante, próspero en una epifanía asombrosa, la fuentes del misterio se abrían como flores en primavera y el gozo del instante demandaba seguir adelante; ¡siempre seguir adelante!

¿Para qué esta hecho el mundo sino es para gozarlo?

Se preguntó y seguidamente pensó que la tentación reprimida es inhumana, caprichosa y cruel. La curiosidad es innata entre los seres vivos, más aún entre las almas inteligentes. Inmediatamente examinó lo que había pensado y sin esperar respuesta concluyente exclamó…

-¡El placer de la mente se justifica en si mimo!-

Para qué sirven los hermosos frutos del saber; ¿para ignorarlos eternamente?

Eva concluyó que aquella prohibición era monstruosa e insulsa y pensó que debía abolirla al instante. Se aconsejó que la fruta madura es para comerla, para sentir en la boca como se destilan los esplendores del mundo. En aquel momento sintió el deseo irrefrenable de morder, (es el impulso de la picadura en los testículos del toro) y quiso contener en el paladar el sabor salobre que expulsaba Adán. Aquel emboque en los sentidos fue determinante, un golpe en la sien le anunció el principio del bien y a su vez, en aquella acción germinó el principio del mal. Involuntariamente siguió lactándose como un cervatillo y decidió comer el fruto hasta saciarse plenamente. Así fue como Eva se reveló ante la prohibición, se desnudó como mujer para sentirse responsable de su destino, un ser que utiliza la mente para indagar los caminos que se presentan y las pasiones naturales para gozar las caricias. Se vistió sí y lo hizo con lo que encontró a mano; una hoja de laurel que hizo girar libremente en la comisura de los labios.

Ya sabéis como continúa el relato, Yahvé los expulsó del paraíso y les dijo aquello de: tendréis que trabajar y parir los hijos con dolor hasta que terminéis en la tierra, lodo hecho de carne, pepsina del tiempo de donde habéis nacido. En realidad no les dijo nada que no supieran ya, todo lo habían aprendido bajo la sombra de un sicomoro.

Como podéis advertir, Eva también fue insumisa, no estaba conforme con la oscuridad mental que se le había asignado; ¡anhelaba la luz! Con su acto de rebeldía acusó los castigos del mundo, el sabor de las derrotas y el precio de la libertad. Aquel fue el día del pecado original y la virtud terrenal. Con  aquel acto ella nos enseñó los sutiles placeres del amor, los senderos tortuosos de las propias decisiones y con todo ello nos hizo adultos. De un empujón nos introdujo en la historia, nos dio la conciencia de ignorar y de saber que se ignora, el principio petulante de la certidumbre y el valor moral de la incertidumbre. Nos preparó para franquear la puerta del asombro, contemplar el principio de la vida y el fin de la misma. Todo lo hizo sin mayor espanto que el estrictamente necesario; doloroso, sí, pero qué pensabais, ¡que esto era una romería!

martes, 22 de enero de 2013

Lilith




Dante G. Rossetti 1863. Lady Lilith. Fue la primera mujer de Adán. Tuvo la osadía de llamar a Dios por su nombre, desobedecer su norma, dejar plantado a su esposo y abandonar el Paraíso para unirse con los desidentes del Mar Rojo, los demonios. Ahora, para algunos, as, es la abanderada del feminismo...


Lilith
Del mito a la alcoba
De Lilith como mujer mortal se sabe muy poco por no decir nada, es la leyenda de “la pecadora”, quizá la sombra de un estadio preconsciente que quedó impresa en la mente colectiva, quizá la excusa para espiar las culpas de una moral impuesta. No obstante todavía pervive su aliento en la conducta humana, es la imagen de una poderosa hembra anterior al pecado, un impulso que desboca la lujuria y nos deja inmersos en un estadio salvaje. Ciertamente se trata de una leyenda que han inventados los hombres con intención prevaricadora, somos nosotros los que la hemos alimentado entre fantasías. Pienso que es un impulso irracional, un vector de la libido delirante, por ello la presento después de Inanna, aunque su presencia cultural es mucho anterior.

No se sabe gran cosa de ella, la única observación en el antiguo testamento la hace Isaías 34:14 y la cita como la primera mujer de Adán. Añade que fue ella la que marchó del edén desobedeciendo la norma de tradición mesopotámica; ya de jurisprudencia masculina, quizá es por ello que aparece en la historia con tintes “malsanos”. Se le acusa de soberbia: se atreve a pronunciar el nombre de Dios, el innombrable. De ser mala esposa y peor madre, de devorar a los niños en aquelarres y rituales satánicos, de realizar practicas contra natura y zoofilias sin fin. Se la relaciona con animales nocturnos, con transformaciones diabólicas y perversiones que escandalizan hasta los más libertinos. De estas acusaciones queda mucho latente y es vigente en los actos amorosos; pervive entre los juegos de las madres, en las caricias que estrujan amorosamente a sus hijos entre los senos. Es vibrante en la práctica de besar, cosquillear y mordisquear los genitales de los niños después del baño, en el perfumado del cuerpo, las caricias en la piel suavizada con polvos de talco y especialmente al decirles en tono cariñoso, pero diabólico…

¡Que te como, que te como!

Quizá es historia
Me inclino a pensar que cuando la figura de Inanna, la diosa madre perdió la hegemonía del poder cayó en la vertiente de los vencidos y se convirtió en una leyenda oscura. Sobre ellas: Lilith Eva, Pandora…, se vertieron todas las maldades de la humanidad y se dice que por sus ligerezas, curiosidades y falta de disciplina, la humanidad han sufrido los padecimientos impuestos por el creador, ¿? Con su bello cuerpo, hecho con la espuma de la vida, los hombres formaron la caja del pecado e hicieron brotar de su boca todas las injurias que quisieron atribuir a su persona; ¡ella forjaba la urna del mal! Es tan así que todos los valores que comportaba la figura de la antigua diosa madre quedaron malditos después de su derrota. De esta manera cambió el concepto del universo y el mundo se hizo masculino para anularla. El valor de la luna asociada a la mujer y eje regulador del tiempo, pasó su influencia al sol, astro poderoso que de manera indirecta lo había sido siempre. Con esta decisión se modificó el calendario, antes regido por los períodos de fertilidad de la mujer y unido a los ciclos lunares. En la nueva situación será el sol el que regule los días y los años. Cambió la figura de Dios: de ser una mujer la dadora de la vida, pasa a ser un hombre, Ea, Marduc, Yahvé, el todopoderoso hacedor de todo lo visible y lo invisible. Cambió la manera de contar: del sistema sexagesimal, basado en la multiplicación de la falanges de los dedos de la mano izquierda, por cinco dedos de la derecha, 12X5= 60. Este sistema pasó al decimal donde se cuentan todos los dedos de las dos manos multiplicados por si mismos, 10X10=100. Del sistema sexagesimal nos quedó la medida del tiempo, horas, minutos, segundos, (El invento no aguantó los días, 365, le sobran cinco...), también la división de los ángulos y los grados de la circunferencia, 60X6=360.
Después de su caída se condenó la menstruación como fase impura de la mujer y se penalizó el numero trece por ser el mes que regulaba la diferencia entre el calendario lunar y el solar. Las penalizaciones incluyeron no bajar a las bodegas porque se podía agriar el vino, no hacer conservas ni mondongos ya que se estropeaban, se agriaban o corrompían, no tocar el agua bendita ya que se convertía en impura, no tener relaciones sexuales, ni bañarse en las aguas del río… Etc. En ciertas culturas hasta tenían que retirarse de la vida pública y pasar un tiempo en soledad. Tal fue el castigo que recibió la mujer que entre sus mitos antiguos se asociaron las meigas, las brujas, las lamas, las hechiceras, los súcubos y todo tipo de demonios femeninos…

El origen

En el origen de la creación se presenta a Lilith como la primera mujer que vivió en el paraíso y fue modelada por Dios con el mismo barro que hizo a Adán. Se cuenta que en los tropiezos amorosos de la primera pareja nunca hallaron unión plena; cuando él la pretendía, Lilith se sentía ofendida por la manera que él la trataba, le pedía posturas de sumisión, en las que ella siempre debía estar debajo o bien atrapada por detrás.

¿Por qué siempre he de acostarme pasiva, debajo de ti?


—Le preguntaba—

Yo también fui hecha con el polvo de la tierra por lo tanto soy igual que tú.

Como Adán era más fuerte trató de obligarla pero Lilith se encolerizó y pronunció el nombre que convocaba a Dios; ¡fue su liberación y la nuestra! Se elevó por los aires como un ángel, abandonó el paraíso y se separó de Adán para siempre, fue el primer divorcio sin jueces.

Dicen las leyendas que al salir del Edén marchó hacia los extremos marginales del Mar Rojo, donde se habían concentrado los primeros disidentes del paraíso. Cuando los tres ángeles de Yahvé: Snvy, (hoja de higuera, digo yo), Snsvi, (posiblemente sonrisa de niño,) y Smnglof, (El verdugo inocente, este sí), fueron a buscarla, ella se burló de ellos, se negó a volver e intentó seducirlos con una pócima hecha con estambres de azafrán. Lo intentó de nuevo y lo hizo con conocimiento de hechizos más poderosos, les puso en el glande una crema que hizo con ajo, jengibre, apio, cardamomo y estramonio; nada les hizo desistir, ¡eran santos de piedra y todavía lo son! Entonces se cumplió el destino del mal, los enviados del cielo la castigaron matando a sus hijos e hicieron lo posible para que cada día muriesen cien niños, casi todos los que ella podía parir. El castigo fue demasiado severo y para sobrevivir enquistó su dolor detrás de la máscara del placer. Su espíritu de rebeldía pudo más y de él nació el coraje de los que no se doblegan nunca, todavía pervive en los marginados, los que están fuera de la ley y especialmente, su poder se encuentra encubando "el día de los justos", es decir, en el furor resentido de los vengadores.

Lilit es una leyenda presente y activa, pervive en las orgías y botellones, cuando los jóvenes asaltan las alcobas por los balcones. Es un sueño en las dulces noches de balanceo y se respira cuando se usan los unguentos para que se excite y lubrique la boca del glande, misterio que ofrece ella para serpentear mejor entre las costuras de la carne. Ahora para animarse y encontrarse con ella, los jóvenes también toman caballo, milanga, bolita, sablazo, triqui… e infinidad de bebedizos mezclados con alcohol y música tecno-rock.

Cuentan que Lilit se entregó a la lujuria y se especializó en los asuntos del amor libre, el encuentro canalla y la pasión desmedida. Fue la liberación que cultivó entre sombras, se confundió con los placeres nocturnos y así quedó unida para siempre en la perversidad e infamia de los hombres. Se apoderó de todo el semen que no caía en su lugar, es decir, la matriz fértil y casta de las esposas. Así pués es suyo el que procede de las masturbaciones, de las sábanas manchadas por las apariciones oníricas, el que corre por los prostíbulos, el de las eyaculaciones de los ahorcados y el que procede de las danzas sensuales y hombres incontinentes. Todo el esperma es recogido por Lilit en un canope de ensueño, un recipiente hecho con gruesas lianas de donde se extrae los jugos de la ayahuasca.  Cuando sale la luna llena, esplendorosa de luz, de ese sagrario alienado toma ella las semillas humanas para quedar en cinta.

Ya como súcubo, como estrella voluptuosa de los sueños, se entregó al coito permanente con demonios, especialmente con Samael figura de tradición judía que podía tener cópulas prolongadas como los sapos, cuarenta días sin descanso en un enlace permanente. También yacía con otros de tradición sumeria y acadia; Idlu, al que le pedía penetrarla con la lengua en los oídos, Lilu, el que le sangraba el cuello con mordisquitos apasionados y Artad que podía hacerlo cubriendo todos los orificios a la vez. De estas cópulas enloquecidas también quedaba en cinta y podemos pensar y casi afirmar, que todas las figuras malignas de la literatura son sus representaciones. El éxito de esos personajes de ficción es debido a que todavía perviven sus acciones entre los amores y actos no confesados de los humanos; ¡somos sus niños de sangre, el fruto de la ilusión! Los otros hijos, los que cada día vierte al mundo usando madres de alquiler, son en realidad hijos putativos de Lilith. Los que nacen del semen guardado en el canope de ayahuasca son sacrificados por los arcángeles de Yahvé. Este hecho nos llena de terror ya que cien hijos son arrancados de sus madres cada día y cien venganzas son las que Lilith reclamaba en el mismo espacio de tiempo. De este castigo, de esta venganza, nace en los padres el temor a tener hijos, por eso cuando los tienen nunca quieren dejarlos solos.

Nota aclaratoria del personaje.

Tenemos que pensar que la afiliación de Lilit en la historia aparece en una fase mítica, quizá homínida. Es la primera mujer antes del nacimiento de Eva lo que nos dice que es anterior a la adquisición de la conciencia humana. Quizá tendríamos que asociarla a la figura de Lucy más que con la diosa Inanna. Ahora bien, el vínculo que tiene con la vida y la muerte, la capacidad para regenerarse y producir criaturas, el saber natural unido y encajado en lo divino, su institución nocturna basada en lo femenino y en lo diabólico, la hacen una figura arquetípica y articulada en la cultura, es decir, ya dentro de la conciencia del bien del mal. Sus aportaciones simbólicas y morales nos dice que es una figura de transición pero arrojada en la complejidad de la historia por la falacia masculina.

El hecho de que la figura de Lilit permanezca oculta en las profundidades de la mente y aflore con rasgos de libertad violenta, nos muestra que es un factor reprimido, oculto en nuestro interior pero con plena vigencia en el ser. Podríamos verla en el aullido bestial que aflora en las mejores almas, el mugido del coito en el placer terminal, y también, en el grito que acompaña los momentos de liberación, cuando se rompen las ligaduras con el orden establecido.

miércoles, 16 de enero de 2013

La emperatriz Teodora de Bizancio

Teodora de Bizancio con su séquito i la fuente de la vida. Mosaico, Catedral de Rávena.


La emperatriz
Antonina jugó un papel importante en la vida de Teodora. Era amante del general Belisario, un triunfador en las grandes batallas por mantener y ensanchar los límites del imperio, personaje con mucho poder y amigo íntimo de Justino, sobrino del Emperador con el mismo nombre. Los presentó y allí se forjó el encuentro más asombroso que pueda pensarse y que en pocas ocasiones presenta el destino. Se conocieron en una noche de juegos amorosos y se reconocieron en el ministerio de sus vidas. Para Justino fue clarividente el acto de regresión al regazo de su madre. Es un símbolo que dibujo aquí para entendernos mejor. Fue consuelo milagroso cuando Teodora le introdujo uno de sus pezones en la boca y lactó con la pasión de un niño. Justino era un hombre culto, ambicioso, religioso hasta el fanatismo y vividor hasta la insensatez, pero necesitaba el amparo perdido, la certidumbre de lo tangible. Así fue como el entonces Justino se enamoró de la prostituta más brillante de Constantinopla. La persona que había yacido con miles de hombres por un poco de dinero, ahora encarnaba en su mente el soporte que mitigaba sus temores, sin dudarlo, se cogió a él como si fuese el eje del mudo.
A petición de Justino, un año después del encuentro el emperador interrumpe una ley que prohibía el matrimonio entre prostitutas y personalidades de clase noble. Se casan y tres años más tarde es nombrado emperador asociado con el nombre de Justiniano. Unos meses más tarde muere su tío y Justiniano es nombrado emperador con 45 años y Teodora es la emperatriz consorte con 27.
Teodora era ambiciosa y no tenía suficiente con los limites de las atribuciones de su cargo, no se conformaba con la autoridad que le disponían como consorte. En su interior crecía la semilla que plantó Severo;
-la grandeza del poder se mide en los anaqueles de la eternidad-

La legisladora
Pero no todo fue tiranía y hechos lujuriosos, en los tratados de justicia que aplicó Justiniano "Corpus Juris Civilis", esta el pensamiento, el espíritu y las vivencias de Teodora encarnadas en su voz. Ella es la que ajusta los términos que tratan sobre la familia y la propiedad privada. La que definitivamente deroga la ley que prohibía la unión entre prostitutas y hombres que quisieran desposarlas. Introdujo una ley que prohibía el proxenetismo y declaró que la prostitución era una actividad que denigraba a la mujer. Castigó a los hombres que violaban, abusaban, pegaban, o abandonaba a las mujeres. Con esta ley llegó a crear situaciones de autentica venganza, ya que bastaba una denuncia verbal para que el hombre fuera directamente a la carcel.  Hace 1500 años que Teodora legisló leyes para mitigar problemas que todavía están en vigor. Dio fuerza legal a los hijos naturales concediéndoles todos los derechos de herencia tanto si son legítimos como ilegítimos.
Fuera de su labor de gobierno, Teodora desplegó una actividad frenética para aliviar el sufrimiento de la mujer. Intentó erradicar la prostitución con ayudas de reinserción social que llegaron a ser bastante eficaces. Les dio tres meses para dejar su actividad y casarse; en este caso la Emperatriz les proporcionaba una espléndida dote. Las que no escogían este camino podían ingresar en una residencia, lo hacían con todos los honores ya que allí podían auto mantenerse. A la residencia se le llamó Castillo del arrepentimiento.

La heroína
Teodora quería gobernar y lo hizo con tanta o más autoridad que el emperador. Fue cruel y ejerció impuestos abusivos para mantener sus elevadas pretensiones. En el año 532, estalló una revuelta popular especialmente sangrienta; “ El grito de "Nika!" (Victoria). Los rebeldes se hicieron con el control de la ciudad y eliminaban a los adversarios sin ningún juicio ni consideración. Quemaban y saqueaban los edificios públicos que encontraban a su paso. Así se animaron las almas hasta llegar al interior del palacio imperial como un enjambre de langostas. Llegó un momento que el Emperador dio todo por perdido, sólo conservaba unos soldados fieles y decidió convocar un consejo de urgencia. Todo indicaba el fin, los enemigos eran miles, gritaban y trepaban por los baluartes, rompían las puertas, robaban lo que podían y encendían las estancias. Justiniano se encontró vencido y el valor lo abandonó; ¡estaba dispuesto a huir!
La mayoría de los consejeros tomó la resolución de que el Emperador debía abandonar la capital y refugiarse en una ciudad desconocida del extenso imperio. En ese momento intervino Teodora, irrumpió en la sala rompiendo todas las normas protocolarias y yendo armada con su dedo índice apuntando directamente contra el consejo. No se detuvo en formulismo innecesarios y les llamó cobardes. Con voz de mando miró frontalmente a su marido y le dijo:

…aprovecha la situación actual. No es el momento de huir, incluso es inoportuna si la huida nos llega a salvar la vida. Una vez que un hombre ha nacido es inevitable que tendrá que morir, pero un emperador no puede quedar en la historia convertido en fugitivo. Personalmente creo en el viejo proverbio que dice “la realeza es una excelente mortaja."

Estas fueron las enseñanzas de Severo y la dimensión del poder que Teodora llegó a conquistar; el premio de una mortaja imperial…
Ante las palabras de Teodora Constantino sintió vergüenza por su falta de valor. Entonces notó como el pezón de su mujer se movió en la boca y una fuerza interior le devolvió el coraje perdido. Dio todo el poder militar a Conde Belisario y le ordenó que exterminara aquella revuelta. Aquella noche y los días posteriores fueron de espanto, más de 20.000 almas fermentaron el aire con el calor del sol. ¡La ciudad quedó destruida…!
Después de aquel desastre, Justiniano y Teodora idearon un sueño: reconstruyeron Constantinopla y la transformaron para gloria de Bizancio y muestra de su poder. Fue tal el despliegue de creatividad que en aquella época se convirtió en la ciudad más hermosa de oriente. Se reformaron trazados de las calles, se hicieron acueductos nuevos, puentes y calzadas imperiales y además, veinticinco iglesias para honrar a Cristo. La mayor de estas es Hagia Sofía, considerada la mayor maravilla de la arquitectura Bizantina. Hoy es uno de los museos más visitados de Estambul, museo que yo renuncié a entrar cuando era hippie; me negué a pagar una miserable entrada en el año 1973; ¡tiene su gracia, no!

domingo, 13 de enero de 2013

Teodora de Bizancio



Mosaico. Retrato de Teodora en Rávena. 
Teodora de Bizancio
La mujer que vio todo lo que la vida suele mostrar

Escribe Procopio de Cesarea en Historia secreta, que en la Constantinopla del 500  apareció Teodora venida de una familia chipriota que trabajaban en temas circenses. Con muy pocos años Teodora zanganeaba por el hipódromo donde su padre trabajaba como domador de osos y sus hermanas acariciaban los genitales de los soldados a cambio de monedas de bronce. En este escenario sin bordes pasó la infancia, sintió la desolación del alma y el desamparo absoluto. Pasó hambre y frío, sufrió injusticias inimaginables y conoció las pasiones humanas en su total desnudez. Sufrió abusos carnales sin invención y se cuenta que perdió la virginidad con un compañero de actuación en el tiempo que permite un entreacto.
Explica Procopio que al morir su padre, su madre tuvo que llevar al hipódromo a las tres hijas como suplicantes. Les puso guirnaldas en el cuello y las presentó a los Verdes, el bando donde trabajaba con los osos; estos le negaron ayuda. Entonces lo hizo ante la fracción de los Azules y estos sí, para mostrase generosos le dieron protección. La rivalidad entre bandos no era solo por el color, significaban contenidos políticos y religiosos, diferencias que creaba conflictos y hasta guerras civiles. Desde entonces quedaron bajo la protección de los Azules, pero esto no equivalía al sustento. En aquel tiempo las niñas sin recursos no tenían otro modo de vida que trabajar en el teatro y ejercer la prostitución para “redondear” el sueldo.
Con menos de diez años Teodora ayudaba a su hermana Komito en los números teatrales, de esta manera se introdujo en el espectáculo y aprendió la crueldad de la vida situada en la primera fila de las vanidades humanas.  Muy pronto tomó la determinación de actuar y su talento se reveló con luz propia. Sin disponer todavía de un cuerpo de mujer, sin tocar ningún instrumento medianamente bien, sin tener buena dicción ni capacidades en la oratoria y menos aún habilidades para recordar los textos; Teodora gustó al público porque tenía el don de excitar a los hombres con sus gestos y su frescura primaveral.
Gesticulaba con todo el cuerpo y narraba chistes impúdicos hasta la erección. Se movía como Elvis mientras caminaba, cuando bailaba hacía contorsiones violentas, se retorcía suave y lúbricamente como Marilyn (Estos han sido teloneros segundones). En ocasiones se presentaba en público casi desnuda galopando la cuadriga de caballos de bronce que hoy presiden la fachada principal de la Basílica de San Marcos en Venecia. Fueron a parar allí después de la IV cruzada, en el saqueo de Constantinopla en 1204.
De esta manera provocaba el escandalo moral y subvertía la ley en su raíz esencial; la formación de los niños. Con suma habilidad se abría paso en la vida; a ojos del público representaba el ardor heroico y sensual por excelencia. Vivió la sordidez del negocio, comió como las actrices y meretrices y tubo que sentir en propia carne las fantasías más desquiciadas que soñaban los pederastas del imperio. Entre aquellos seres sin alma conoció con diáfana claridad de que pasta están hechos los humanos. Constató como construyen las reglas y a su vez como las pervierten. Vio subvertir los valores con una sola palabra, en que lugares modelan el pensamiento y con que sutileza se inventan así mismos. Se percató como la vida se viste de hipocresía y sintió en su propio cuerpo con qué maestría es manejada por los nobles. Sin menos asombro, ya que ese saber lo contenía en su sangre, constató hasta la saciedad la brutalidad directa, sin matices ni medida, que hacen servir los plebeyos cuando disponen de una brizna de poder. Pudo ver con ojos de niña con que facilidad cambian los poderosos sus opiniones para manejarse en el mundo y sobretodo, aprendió que cómodos y dóciles suelen ser los pensamientos simples si pueden comer. Decía:
-El pueblo es pan sin levadura; según conviene se le ponen los ingredientes en las canciones de cuna.-
Lo que mejor experimentó y amó hasta el final de sus días fue el sabor fascinante del poder. Supo intrigar con maestría en todos los ámbitos ya que en el lecho aprendió lo más importante. Entre sábanas de seda, el lugar sagrado para las intimidades, asimiló como los hombres se hacen niños de pecho ante una hembra bien armada. Allí era fácil entender como se manejan las emociones, como fluye la generosidad y la renuncia al honor llega sin tropiezos. Es el lugar de entrega, donde aumenta la ambición y en ocasiones actúa el valor y la cobardía. En la universidad de la alcoba, Teodora precisó su carácter, ajustó sus ambiciones y diseñó parte de lo que sería su vida futura.

Caballos del hipódromo de Constantinopla, llevados a Venecia 1204 tras el saqueo.

La creadora
Clarividente y siempre ávida de llegar más lejos en sus representaciones, se propuso ser novedad en la escena, y la verdad, sus espectáculos no dejaban indiferentes a nadie. Hacía todo lo posible para excitar al público y lo conseguía con autoridad merecida. Realizó tantas hazañas primorosas, tantas escenas de escandalo, que con 16 años ya era la prostituta más valorada y acreditada de Constantinopla. Sus espectáculos debieron causar una impresión inolvidable ya que es lo que ha quedado como acontecimiento extraordinario.
En cierta ocasión Teodora representó una obra clásica: Leda y el cisne. En la performance (habrá que convenir que ella inventó el término), quedó tumbada ocupando el escenario y con la mirada puesta en el cielo. Mientras permanecía totalmente desnuda y en silencio, el público estiraba el cuello y esperaba atónito lo que iba a suceder. Después de un tiempo ajustado, unos asistentes le extendieron granos de cebada sobre el cuerpo; especialmente entre las piernas, muslos y pechos. Seguidamente, sustituyendo al cisne, soltaron unos gansos hambrientos que, como es natural, empezaron a picotear el grano mientras ella fingía con gritos y contorsiones que la estaban violando. Los gestos y retortijones eran tan convincentes que el público recibió con éxtasis las supuestas sacudidas que el picoteo le producía. Al terminar se levantó y salió de su mudez mostrando su bello cuerpo al público en todas las direcciones. Con un aullido gatuno invitó a todos los presentes a hacer una ronda lujuriosa con ella por un módico precio. El público crujió en una ovación sin tregua; dicen que aquella noche llenó las arcas y con ello se independizó de sus protectores, el bando de los azules. Era legal que de sus ingresos como prostituta, una parte la entregara al maestro de danzas por gastos de protección.
Con el éxito de estas actuaciones le llegó el dinero y con él la independencia. Hizo una sociedad de mujeres entre las que se encontraba su amiga Antonina. Abrieron su propio local y sin exagerar los términos, fue el lupanar más visitado de todo el Imperio Bizantino. Pronto se cansó del negocio, conoció al gobernador de Pentápolis, una lejana provincia de África y se fue con él en calidad de amante. Tubo una hija que abandonó igual que su amante hizo con ella. Se cuenta que el gobernador sospechaba que él no era el padre y dejó a Teodora al vuelo de su destino. De regreso, pasó por Alejandría y conoció al hombre que determinaría su pensamiento. No era un militar, ni un político, menos un rico mercader, era un religioso, ex patriarca de Antioquía llamado Severo, un sabio que Roma retiró del cargo por practicar la herejía monofisita. (Durante 1000 años, las mayores preocupaciones humanas no fueron los conflictos territoriales, las lenguas, los problemas étnicos, las diferencias raciales, las desigualdades sociales o los problemas de clase; ¡fueron las discusiones teológicas sobre la naturaleza de Cristo! Es una tentación entrar en el tema para entenderlo, pero si me meto en ese laberinto no terminaré el relato nunca.)
El cambio
Severo era hombre sabio, experto en las Sagradas Escrituras y Teodora se le representó hermosa y arrepentida como María Magdalena. Se aligeró en él como un río de aguas trasparentes, le vació su mente saturada de miserias humanas y sufrimiento devenido por la condición de ser mujer. Severo la escuchó tantas veces como ella quiso, en ella vio el fermento de la salvación del alma, la justificación del sacrificio de Cristo. Por su parte, Teodora se transformó interiormente; por primera vez en su vida hablaba con un ser extraordinario, un hombre que no deseaba su cuerpo y que le acariciaba sin tocarla, le aportaba luz a la mente con un placer antes desconocido. Fue así como Teodora descubrió un mundo interior que desconocía por completo, un ser que habitaba en ella y que era inmensamente grande. Teodora encontró en Severo una razón que culminaba sobradamente todas las ambiciones que había conocido, la grandeza del espíritu que busca transcender y el valor humano que anhela la eternidad.
Cuando marchó de Alejandría en su viaje de regreso a Constantinopla, Teodora llevaba con ella la semilla del monofisismo, ideal de vida que arraigaría para siempre en su carácter indomable. Tres años después de su marcha y tras sufrir como nunca, Teodora llegó a Constantinopla dispuesta para los cambios más sorprendentes de su vida.

Seguirá...

jueves, 10 de enero de 2013

Lucy, la abuelita



Lucy, la abuelita
Luz de los ojos era el nombre de la abuelita ancestral de Nsasi, así la llamaron los que la conocieron en aquel reverbero del sol. Fueron pocos los allegados que se sintieron dentro de ella , alguno pudo lactarse en sus mamas turgentes, otros yacer más tranquilos y tener hijos, pero no supieron nunca que  copulaban con una de las hembras más famosas de la tierra. Ella tampoco se hizo notar, se encargó de criar a sus hijos, de alimentarlos y enseñarles todo lo que necesitaban saber en la vida. Murió muy joven pero ya había sido madre en varias ocasiones. 
Los que la encontraron dormida no sabían la importancia espiritual que desprendían aquellos huesecitos fosilizados.
Ahora relato mis filiaciones e intuiciones sobre ella, lo hago para desvelar mi propio misterio; una de las páginas más asombrosas de mi familia.

Su Vida
E n su momento Lucy se llenó los ojos con la luz del sol y quedó extasiada con la belleza del mundo. Se acercó a las aguas del lago Turkana y en sus reflejos se vio hermosa, con la juventud arrogante y su futuro incierto. Estaba soportada por piernas bien torneadas, tenía bien formada la cintura y abultados pechos de madre. Se dispuso a entrar en el agua para verse de cuerpo entero y sin pretenderlo descubrió su condición de hembra. Se inclinó ante si y vio con estupor como por la mandorla de su vientre nacían sus hijos. Los engendraba a centenares y se replicaban con la misma fuerza. Por aquella grieta asombrada salían ensangrentados y vibrantes a tomar el aliento del primer impulso. Al constatar como lanzaban su primer alarido descubrió con estupor el desamparo que lleva la humanidad en los vacíos de su mente. Con el incipiente dibujo que aparecía en sus rostros advirtió una cadena infinita de malos presagios. Constató como se veía entre ellos y como se reflejaba su alma en los espejos del mundo, así evidenciaba su propia agonía. Se asustó al ver como sus hijos se reconocían en el sufrimiento, aprendían de las heridas y llamaban a las puertas del misterio para solucionar la incertidumbre. Sin alaridos, gestos heróicos y cantos elegíacos, no podían aceptar los enlaces naturales de la vida. Para colmo los vio crecer uno a uno y tomar los caminos más dispares. Tan distintos eran los paisajes mentalesque festejaban sus hijos, la confusión de las lenguas y las miradas divinas que en poco tiempo no se reconocían los unos con los otros; ¡se enfrentaban a muerte como si fuesen extraños! Lo hacían a sabiendas del mal que producían; se negaban a ver las semejanzas y expresamente ponían todo el énfasis en las diferencias. Movidos por la codicia empuñaban el cuchillo y se lanzaban a muerte con saña inaudita. También vio que así eran las cosas humanas, era la manera fácil que tenían para regularse y tambien tenían que hacer alguna cosa para salir del hastío. La verdad es que practicaban el genocidio por imponderables del destino. Como un vicio cotidiano se inventaban los conflictos y alimentaban las sementeras del rencor hasta enfermar el corazón; ¡eran bestias sin remisión alguna! Vio como se sucedían la guerras, las masacres, los exterminios, y al contar los millones de muertos, constató como se apilaban en su mente igual que granitos de arena; ¡todos eran hijos suyos y los reconoció aunque habían perdido la razón de su madre! Al ver el sufrimiento que acunaban sintió un escalofrío y eso detuvo su corazón; allí terminó su vida. 

El hallazgo
Era un día ardiente de 1974. Los arqueólogos que la encontraron quedaron asombrados, “petrificados” y colmados de alegría mientras por el transistor escuchaban una canción de John Lennon "Lucy in the Sky with Diamonds". Apareció en el fondo de una barranca en Hadar, Etiopía y desde entonces su gloria no ha dejado de aumentar; yo la llevo presente siempre, colgada de la pupila como un relicario apócrifo.
El revuelo que creó el hallazgo fue asombroso, sus restos revolucionaron todo lo pensado sobre la historia de la humanidad pero ella ni se inmutó. En silencio tenía memorizadas las preguntas y las presentaba como el muftí de los limbos. Su pensamiento disfrutaba del don de la eternidad devenida en piedra y su labor se manifestaba por los sutiles dispositivos que la vida deja grabados en la materia. Su identidad genética sigue siendo un misterio; cada día afloran parientes disparejos, de la tierra aparece una familia de promiscuidades genéticas sin límite; ¡yo estoy entre ellos!
Durante miles de siglos Lucy esperó el encuentro con su destino y constató con asombro que era el mismo que el nuestro. Le aterrorizó ver con sus ojos pétreos, que era la causa involuntaria de una especie que estaba condenada a devastar la faz de la tierra. Prorrogó el sueño hasta encontrar la señal inequívoca del juicio del tiempo, pero este signo no llegó a materializarse hasta el día del encuentro. En ese extenso período cambió miles de veces la dirección de su pregunta, dejó de pensar en las certidumbres, abandonó los deseos, se liberó del pecado y se dispuso a llamar a la puerta de la eternidad pero nadie le pudo contestar. Sólo un rumor inaudible, un remanente impreciso que emergía del carbono 14, de la bioestratigrafía y el paleomagnetismo, entre otros, daba cuenta de lo que había sido su existencia. La verdad es que esperó dormida un gesto revelador entre los restos calcáreos, allí acechó 3, 2 millones de años hasta que Donald Johanson la encontró y la metió en una caja fuerte en Adís Abeba en Etiopía; ¡allí sigue dormida!

El parentesco
La presentaron como la abuela de la humanidad y eso me complace ya que la hace más mía que nunca. En su día la senti como familia directa y le dediqué un pequeño templo ”La capilla turkana”. Lo hice para mantener su memoria viva unos cuantos siglos más, para hacer énfasis en su condición mineral, para humanizar un concepto que llevaba silente millones de años y de esta manera darnos tiempo para vernos complacidos en ella. He de confesar que mi orgullo creció cuando la conocí directamente, no me importó en absoluto que un pariente lejano tuviera un cerebro de sólo 350 gramos. Ahora mi presunción nobiliaria ha aumentado; Lucy es una de las mujeres más famosas del mundo pero sigue esperando paciente el desenlace del parentesco. Espera también que el periplo de locura que sigue la humanidad no aumente. Si llega el caso está dispuesta a desentenderse de mi y de vosotros, así de seco es su carácter.
La mayor proeza que se le conoce fue la facultad que tiene para llamarnos desde el misterio que desprenden las piedras, ella es la voz del tiempo que se expresa en el corazón de la materia, no obstante nadie consigue escuchar con claridad su plegaria, nadie mira con atención el brillo opalino de sus ojos. Ella habla con el rumor de los cantos de río y ahí he puesto la atención para saber de ella. Ahora estoy un poco confuso, me he quedado sin ejemplos claros para poder explicar como lo hace, yo tampoco puedo transcribir su voz aunque hace años aprendí su letanía; En Castellvell cavé un pozo hasta encontrar un fósil que hacía millones de años que me esperaba. Sin razonamientos y con la confianza puesta en mi instinto, estuvimos charlando durante horas. Ahora pienso que la aportación a la paciencia humana fue incalculable pero no he sabido transmitirla. Sólo en la Capilla Turkana y en alguna de las ocultaciones dejo su súplica. Es una invocación interior que demanda ser escuchada con los poros de la piel, una palabra muda que interroga, igual que la que encontré en el fósil. Para mí supuso una inflexión elevada en la comprensión de la vida. Ahora me precipito en su camino; ya me siento casi fosilizado.

De aquella voz mineral, de aquel suspiro interior no ha surgido otra cosa que los juegos de palabras que maneja los paleontólogos, en fin; ¡señuelos para el pensamiento! Controversias que encienden pasiones, inflaman las homilías de los teólogos y justifican los discursos políticos de los que necesitan presumir del gen de Dios. ¡Trampas para el espíritu! Hasta ahora no ha salido nada revelador, nada excepto estas palabras que no tienen otro destino que el de ocultarse en el alma de una piedra y dormir allí para siempre.
El otro día la vi, estaba en una vitrina y me identifiqué con ella más que nunca, permanecía serena y solemne, como una roca inmensa que mira por la ventana. Su alma sigue invocando la luz de manera imparable. Estaba silente y miró sin verme; en realidad sólo puede ver la eterna razón que iluminan sus ojos minerales.
Lo curioso es que ella sigue lanzando gritos inaudibles y arroja sin cesar hijos al mundo; desde dentro los llama por su nombre y los expulsa con amor.
Lucy es igual que Gea, en realidad sólo ella puede ocupar ese sagrado lugar… Con el tiempo, ese nombre se ha devenido en Lucía y su significado ha sido una revelación para muchos de los relatos que he publicado en este blog. En ellos se muestra dolorida, mimetizada en el sufrimiento y reveladora de la oscuridad.  Cuando Lucía se encontró con su condición natural, su alma de piedra, tembló de congoja y se ahogó en sus propias lágrimas.