lunes, 30 de enero de 2012

El Dueto




El ave lira. Australia. Es el mejor imitador del mundo...


El Dueto
Era un virtuoso con la voz, tenía un registro amplio y poderoso. Cuando giraba la cabeza hacia el cielo podías esperar los trinos más sorprendentes. El viento azotaba las ramas y él, impasible al ajetreo sometido, dejaba ir dulcemente un sonido gutural misterioso, lo hacía con tanta entrega que estremecía los sentimientos. Lo pude comprobar en muchas ocasiones, era tal su poder evocador que dejaba el pensamiento en los huesos…El ave lira
No obstante su espectáculo era incompleto, le faltaba la pista para deslizar sus soplos ligeros, carecía de un bajo sonoro.

En su estilo era único y pensé que yo tenía la voz apropiada para el acompañamiento. Me pasó por el magín que podía ayudarme y hacer con él la gran obra esperada. Mi instrumento también era gutural, pero más abajo, partía desde las tripas y en ocasiones subía hasta la garganta o bajaba hasta el fondo. Otras atravesaba las gruesas capas de grasa hasta convertirse en una bajo sonoro bien acompasado. De todos los escapes y fugas salían sonidos más graves que el de un contrabajo, más profundos que el de una tuba y más dinámicos que el bajo eléctrico. Ensayé tanto estos sonidos que podía emular auténticos órganos, de hecho ya lo eran… 

Juntos creamos el espectáculo más subterráneo que se pueda imaginar. Las noches de amores prohibidos se dejaba oír desde el piso de arriba y las de los amores regulados sonaba desde abajo. Era un concierto universal que dio la vuelta al mundo.

¡Los dos creamos el dueto de los prodigios!

Cuando sonábamos bien ajustados éramos magistrales, las notas arrancaban pellizcos emocionados al aire y el público se estremecía hasta el llanto. Entonces, en ese momento mágico, él bajaba el tono de voz, se contraía hasta quedar en un murmullo que se alejaba lentamente. Yo, quietito, con la punta del pié, la palma de la mano y un tono ventral inhumano, marcaba el compas. Lleno de ausencia, radiante en su presencia, los dos estremecíamos el aire en un espacio dilatado. Así permanecíamos un tiempo que se hacía manteca dulce en la boca, un mugido largo que dilataba los instantes. Entonces: entraba él como un carrillón excitado, era el momento álgido del espectáculo y todo volvía a tensarse. Un trino estremecía a otro, un gorjeo daba paso a un segundo y con todo, un collar de perlas se desprendía de manera precisa y se precipitaba por una garganta de campanas.

¡No se puede narrar, qué sonidos!

Nadie es capaz de describir con palabras lo que ocurría en aquel instante, solo un color inspirado podría igualarle. Cuando su garganta se excitaba, emitía sonidos más ágiles que un trino y más livianos que el aliento de un niño. Sus sublimes tonos si comprimían y a escalas altas podían llegar a ser inaudibles. Entonces los cristales saltaban en millones de fragmentos, se rompían los espejos y los ojos se inundaban de lágrimas. En ocasiones era más placentero, los tímpanos se deleitaban hasta llegar al orgasmo.
Como era natural en esos instantes emocionados, yo no me quedaba corto, con el órgano ventral dejaba ir aires entrecortados, algunos serenos, otros fuertes. En conjunto eran más sutiles que un lamento y mucho más profundos que el rumor de las olas, en realidad eran siseos del viento que refregaban las bajas membranas.

Un día me dijeron que tenía la próstata mal: ¡me sentí morir! Era parte de mi garganta y estaba moribunda… ¡qué pasaría con el dueto!
Ya era tarde para remendar los rotos y mi compañero del alma se fue solo a cantar entre los bosques moribundos del Brasil…

¡Allí está, cantando entre el rumor de jacintos, más solo que la una!

viernes, 27 de enero de 2012

Las piedras rusas

Anell de pedra. La Comella. Tarragona 1975-2001 Granito de la Ex-U.R.S.S. 17 x 3,20 m.


Prolegómenos
Del encuentro con el círculo en la playa de Castelldefels  y del círculo que se ocultó en la arena se desprende la presente historia; la que relata los pormenores del Anell de pedra. Ver: El anillo incipiente
Desde el año 2001 es una realidad firme, se han hecho obra permanente y es una de las esculturas que más me alientan. Ella sola da sentido al trabajo realizado en La Comella. Nunca he elaborado tanto  una idea, a nada  le he dedicado tantas horas de reflexión y esfuerzo. Ella me presenta hoy y espero que será mi aliada en el futuro! Quiero aclarar no obstante, que el trasiego que me ha causado no garantiza nada, ¡igual sólo ha sido un pasatiempo personal, una quimera unida a mi destino!


Las piedras rusas

Un día de julio del 1993, Jordi Llevat me dijo…­­

—¿Rufino, vols pedra? —

La oferta me dejó absorto unos instantes y al conocer el material y tener un proyecto para él me colmó de inquietud. Me impresionó sobremanera ver aquellos bloques agrupados en hileras, quietos, informes, poderosos como paquidermos dormidos.

Pero… sigo con el preámbulo.

Después del encuentro de Castelldefels estuve inquieto durante unos días, lo sucedido me atraía demasiado como para dejarlo sin la atención debida. En realidad no sabia el significado profundo de la acción ni la procedencia de aquellas sensaciones. Me puse a trabajar para saber que me unía al enigma de esas contingencias con la naturaleza y en ello ocupe años de observación. En aquel momento intuí que se trataba de un impulso personal dirigido hacia lo desconocido y misterioso. Todavía observo como casi siempre quedo atrapado en lo indecible. Más tarde dibujé una anatomía más precisa sobre los sentimientos y emociones experimentados en la naturaleza. De aquellas pesquisas salieron ideas, conceptos, esculturas, vídeos, fotografías y dibujos que me llevaron a trazar el camino personal en la dirección que he recorrido. Con los años realicé la tesis doctoral sobre estas observaciones y acontecimientos y los hechos que de él se derivan han quedado anotados en el link que acompaño a continuación. Anell de pedra

Regreso a la oferta de las piedras: perdonad pero dejé a Jordi Llevat con el dedo en el aire, con el cuello torcido, el pie levantado y la palabra en la boca…

—Són cinc-centes tones de granit negre; han vingut desde la Unió Soviética i esperen al mas de les Ànimes a Reus.—

Depende del precio... le digo…

Ahora pienso como fue el proceso de reflexión; el concepto del anillo me ayudó a enlazarme con la naturaleza desde el principio y así se abrió la necesidad de crear acciones en el suelo firme. Como en aquella época no tenía recursos, por el momento me conformé con acciones leves, materias precarias y terminaciones efímeras. Recuerdo que hice un trayecto espiritual precioso, lo invoco como la época de mayor crecimiento interior de mi vida. Fue entonces que descubrí un lenguaje que dormía entre las cosas más comunes y estaban ahí esperando desde hacía millones de años. Me servía todo lo que encontraba a mano; piedras, hierba, desechos, ramas y hasta llegue a hacer círculos en el agua lanzando pequeñas piedras sobre la superficie. Esas y otras acciones venían de mi niñez, cuando jugaba en la cantera o en el río Arba en Ejea de los Caballeros.

La base de la idea, "el pacto", era muy sencilla, pensé que para sobrevivir en la tierra era necesario crear alianzas con la naturaleza, vivir con arreglo a sus normas y dedicarle el tiempo necesario para recibir después sus presentes. En aquel tiempo eran actos efímeros y repetidos, se trataba de aprender con las manos y afianzarme en el imaginario personal. Con las piedras rusas se presentaba la oportunidad de hacer la obra de manera permanente y así afianzar la voluntad utilizando las cualidades de la materia como aliada. Siempre he hecho lo mismo...

—Baratas, —

Me dice… y se queda mirándome fijamente.

— Em pagues el lloguer que em deu Alonso, el marmolista del cementiri i són teves. Ja fa tres anys que las te aquí i em diu que no pot fer res amb elles…—

Me las quedé sin pensarlo un momento. Cargado de ilusión e incertidumbre, cargué con ellas con la determinación de vender la obra por el precio de las piedras y los gastos del transporte. Preparé unos dibujos, redacte el proyecto y lo entregué a Aureli Ruiz, entonces era el que llevaba la sala Reus y hacía las funciones de asesor en el ayuntamiento. También se lo entregué a Antoni Pinyol, por entonces responsable de urbanismo de Salou y más tarde lo fue de L’Espluga de Francolí, donde se estaba haciendo una gran intervención en el río, frente a las cuevas de la Font major. Ahora es un museo dedicado al paleolítico entre otros objetivos. Me las quedé, cargado de ilusiones me hice cargo de un material que no podía guardar en ningún sitio. Poco a poco el tiempo me vino a decir que no había manera de construir el anillo de forma definitiva…

Durante tres años estuve buscando alternativas y hubo momentos que las di por perdidas. De hecho, algunas, las más enfáticas fueron secuestradas, una la tiene el escultor Artur Aldomà, otras las colocó el ayuntamiento de Reus para soportar placas en espacios urbanos y otra se quedó muy cerca del lugar de partida. Todas ellas son hoy objetos ornamentales sin ninguna intención emocional. Si transmiten algún valor es por sus cualidades intrínsecas, no por las intenciones conceptuales que les han asignado. Sinceramente pienso que esas piedras tendrían que venir a La Comella, las compré y eran mías, ese era su destino. Pienso que no hicieron un periplo de miles de kilómetros para convertirse en objetos exóticos o para soportar placas conmemorativas. Por designación propia las veo allí donde están como piedras desnudas de contenido, no son nada, como máximo se acercan al Kitsch…


El relato del viaje

Todo lo que conozco sobre las piedras me lo relató el jefe de Grúas Altes, si hay algún error no será voluntario. Él me dijo que los bloques eran una partida de granito que venia desde la Unión soviética: (Bielorrusia) Unos industriales holandeses habían comprado el material y por desavenencias comerciales el barco que las traía quedó varado en el puerto de Ámsterdam. Los marineros no cobraban, los días pasaban, el muro de Berlín se vino abajo y la Unión Soviética se fraccionó. El barco ruso quedó sin gobierno y sin dinero para pagar a la tripulación, estos decidieron confiscar la carga y venderla a buen precio. Unos industriales de Bilbao se enteraron de la situación de los marineros y las ventajas de la carga, vieron el negoció y decidieron comprar el material. Una vez en el puerto, los vizcaínos se desdijeron y otra vez los marineros quedaron estancados entre los giros de la fortuna. No querían las piedras, no podían hacer nada con ellas, el proceso de elaboración industrial era demasiado caro para los beneficios que podía reportar.

Un marmolista de Reus (Alonso), se enteró de los pormenores del caso y envió un gemólogo para ver la calidad del material y decidir con criterios científicos que hacer con ellas. Lo observo como si yo estuviera en el barco, asombrado ante los inmensos bloques de granito negro perlado, petrificado ante sus resplandores y empequeñecido ante su dureza. Lo veo con una pequeña piqueta escarbando entre fragmentos de mica y cuarzo; “inspecciona” para decidir el destino de unas piedras gigantes. Conclusión: el informe es favorable y la piedras se compran sin dilación. Grúas Altes es la encargada de traerlas hasta el Mas de les ànimes en Reus.

A los tres años de todo el trajín, desconocido para mi, Jordi Llevat me vino a ofrecer el material; ya conocéis la oferta. Como queda explicado anteriormente me dijo que Alonso no podía hacer nada con ellas… Después de un tiempo, por la prensa me enteré de otra partida de piedras traídas de Bolivia en las cuales también estaba implicado el marmolista citado, entonces pensé sobre las piedras de Rusia, fue una ráfaga repentina que me turbó el semblante…¿Quizá lo que tenía que hacer con ellas ya lo había hecho?

El 15 de marzo de 2001, ya instalado en la Comella y con el espacio disponible, por fin pude instalar la obra definitiva. Hacía 28 años que la idea volteaba en mi mente y por fin llegó el día esperado. Llegó claro, fresco y cargado de buenos presagios. Nunca pensé que una cosa así me iba a suceder algún día; ¡fue una fortuna! Mientras los camiones acarreaban bloques de granito desde Reus, escribí estas palabras sobre el lienzo del suelo.

El centro del anillo es mi centro y el de esta piedra también lo es. Todos tenemos un centro sobre el cual pivota la vida.

Omega y los diáconos
La piedra en cuestión fue la última en llegar, por lo tanto le llamé Omega. La coloqué como un monolito, de pié y serena, era la respuesta a los farallones que había observado en las montañas. Lo pedía sin palabras y llegó con las circunstancias medidas en años de reflexión. Hoy preside el lugar, creo que sin orden premeditado aunque todo estaba muy medido en mi memoria. El proyecto se decantó, como todo mi trabajo como escultor, hacia el juego de las probabilidades; el anillo de piedra valora el concepto, el sentir de la alianza con la naturaleza y proporciona gravedad a la materia.
El hito omega tiene siete perforaciones en una de las caras; era un símbolo a tener presente, una circunstancia que me fascinó y hice que miraran hacia el centro. Han esperado mucho tiempo y seguramente continuaran esperando. Su vacío me inquieta tanto como las casualidades que las han traído hasta mí. Todo lo sucedido entorno a la obra me asombra; su periplo no deja de segregar misterio. En cuanto a los agujeros ya tienen su destino, son el cobijo de los siete diáconos. El siete También son escenarios vacíos, orificios para susurrar versos; pienso que soportan las canciones de la tierra y las plegarias no atendidas de los escépticos.

miércoles, 25 de enero de 2012

El anillo incipiente


Círculos y alianzas. Castelldefels 1974. 

El anillo incipiente

Hacía 28 años que había sucedido un hecho insólito en mi vida: fue un domingo por la mañana en la playa de Castelldefels. Con un palo dibujé un círculo en la arena; declaro que nunca una forma tan sencilla me llegó a turbar tanto. Cubierto por el azul del cielo y apoyado por ideas incipientes; me emocioné hasta verter lágrimas sin motivos aparentes. Después de un tiempo dilatado y difuso (aparece hoy desmedido en la memoria), le dibujé dos rayas en el centro. Las miré durante unos minutos más y al final puse el pié encima con cierta energía; ¿para borrarlas, pensé? Siempre me preguntaré el motivo de aquella acción; ¡aún hoy no lo entiendo…!

Fue un encuentro misterioso y, por un instante, ¡tan sólo por un instante! se hizo luz clara en el pensamiento, El agua y las olas borraron el círculo y con él también las operaciones relatadas. El tiempo fue indiscreto y devoró los instantes: no obstante, sobre la arena quedó impreso un testamento sutilmente visible. Hicieron falta varias pasadas de las olas para que el dibujo perdiera toda gravedad ante los ojos, pero el círculo ya estaba impreso en la memoria; yo continuaba viendo vestigios de la acción sobre la playa y todavía hoy los veo. Observo como aquel circulo se aleja, se difumina ante los sentidos pero no se pierde nunca. En aquel momento pensé que los sucesos siempre permanecen, que la materia memoriza todo lo que acontece, lo recibe como una huella sobre el barro tierno y lo guarda para siempre. Al instante un soplo recóndito entró en mi mente y determinó la manera de enfrentarme al hecho creativo para el resto de mi vida.

Como he dicho, aquel suceso dejó un rastro imperceptible en la memoria de la arena y también en mi vida. Durante años hice crecer aquella experiencia como una contingencia determinante. Formulé una manera de ver las cosas y me sirvió de mucho, ¡aún estoy en ello! Primero fue alumbrar la acción, constatar como una idea en la mente toma forma y se cuela en la materia y ahí queda para siempre el concepto. En aquel momento la intención era sencilla, casi infantil; hacer una alianza con la naturaleza, un pacto oculto en los mantos de la playa, entre los vestigios de la arena. Como ya he dicho, experimenté uno de los momentos más gozosos de mi vida. Allí nació esta crónica, el relato de una acción que me ayudó a definir el concepto de “realidad estética”. Fue un instante de reconciliación con el tiempo, un encuentro con los requiebros del mundo y a su vez, una visión clara del juego de las percepciones materiales. Medité sobre el tema y todavía lo hago hoy, aquella acción trasfiguró la playa y también transformó mi vida. Decidí crear un eje conceptual entre la naturaleza y la obra, la materia y la idea. En conclusión; enlazar el pensamiento con las permutaciones del mundo físico.

El círculo, el anillo, fue para mí una forma que presentaba el compromiso de manera dinámica, una disposición ética más que una forma estética. El devenir estaba abierto, había que esperar acontecimientos…

viernes, 20 de enero de 2012

El cascabel inocente


Sacrificio y celebración. 2009 Fénix o la ciudad del sol. Tarragona



El cascabel inocente 1a Parte


Quiero pensar que el luchador es noble en sus actuaciones, convencido y convertido entre creencias. Observo como es empujado y jaleado, aplaudido y bendecido por los grupos de presión, por tanto es inocente de sus posibles acciones criminales; ¡su mente esta secuestrada! La han “envenenado lentamente”. Han hecho de ella el nido del rencor y sus conjeturas se parecen a una papilla de mandioca. Su psique esta perturbada en todas las direcciones, ¡vaya! retorcida y anudada como una cuerda en un saco. Su situación es confusa en todo, excepto en ver con claridad el rostro del enemigo. En realidad él es el sitiador sitiado; no lo sabe y no lo sabrá nunca...

Su pensamiento se configura dentro de patologías agresivas y empujadas hacia la venganza. Sus quimeras saturan su mente hasta dejarle sin aliento. Su discurso es agrio, lleno de aversión y puede tener tendencias más o menos destructoras. Se ha de entender que el fruto de su creación, la victoria prometida, nacerá después de que la tierra quede desolada y yerma. Sus ideas no son fruto de sus convicciones y experiencias; no pueden serlo ya que él nunca disfrutó de un escenario abierto a los reflejos del mundo. Él no dispone de luz propia para analizar los espejos deformados por los pasiones; ¡simplemente se precipita en ellas! Su pensamiento se ha modelado desde fuera y no se ha enterado. Es un Golen amasado con mala baba y sus ideas han entrado como un edulcorante disuelto en el biberón. Las convicciones han sido licuadas e inyectadas directamente en la vena y eso se lo han hecho ver y sentir desde el mismo día de la gestación.

El pobrecito esta perdido..., ¡atrapado entre sentimientos contrahechos!

Todo transcurre de la siguiente manera: alguien mueve el cascabel y queda hipnotizado. De niño le dieron carne de cabrito cocida con leche de su propia madre, de mayor pudieron ser más explícitos y le dieron una pistola y un cometido que cumplir. Al alba le susurraron al oído y le dijeron que era el día de la justicia.

Se despidió de su madre con un beso, tomó la mochila, salió a la calle y se paró en el paso cebra con un cigarrillo entre los dedos. Al primer coche que llegó le pidió fuego. El conductor abrió la ventanilla y le dió los buenos días con una sonrisa amable.

¡Gesto que sentenció su perdición!

Él sacó la 9 mm. Parabellum y le disparó tres descargas en la sien. Pensó sin pausas:

-¡Es lo que se merecía...!-

Está claro, en el inductor, el afilador de navajas, está oculto el delito… Tenemos pués bien dibujado al culpable, bien trazado y sombreado. En la mano que excita el cascabel esta la amenaza y el origen del dolor. ¡Es la sierpe que agita el señuelo para que la cabeza pueda morder e inyectar el disparo. A su vez podemos pensar que la perversa mano también es inocente, también es victima de otra mano y esta de una anterior; así se encadena el rencor en los genes y el resentimiento se remonta hasta el origen de la creación.

Somos hijos del amor pero algunos lo son del odio y del miedo...

Podríamos pensar que se trata de un vector animal, quizá tribal y primitivo, un impulso protector y a su vez asesino que orienta la vida desde los primeros tiempos. Seguramente quedó expresado en la mente de Adán-Lucy cuando sientieron la punzada de la repugnancia al sentirse subyugados por el sigilo de la serpiente…

El odio se funde con el miedo, juntos fermentan y de sus vapores nace el valor. Es una patología grave sin pronóstico y sin cura alguna. Una enfermedad que se cultiva y se remonta hasta las enzimas que formaron al primer humano. Posiblemente es parte integral de los inicios de la vida, ¿como protegerla si no?

Seguramente en su momento fue necesario e inevitable, pero ahora tenemos que pensar que los cambios evolutivos importantes ha sido justamente cuando hemos sido capaces de crear alianzas. Por otro lado, el poder que hemos generado es de tal magnitud, la capacidad destructora del hombre es tan desmesurada, que si no controlamos ese instinto estamos abocados al exterminio...

Prestad oídos a las voces de la tierra, ¡sólo en ella se puede confiar...!

Incorporo al movimiento del cascabel una acción de Marina Abramovich: espero que sirva como reflexión sucinta…

¡Es una dulce conversación de matrimonio...? AAA-AAA

miércoles, 18 de enero de 2012

Como piedras al sol


La caída: como piedras rodantes. 2010, La pedrera de El Medol. Tarragona..

Como piedras al sol


Mi infancia transcurrió en Ejea de los Caballeros (Zaragoza). Crecí saltando entre los riscos de la cantera, haciendo cuevas en aquellos cortes de arcilla y lanzando piedras por la pendiente hasta alcanzar el río. En aquella tierra quemada por el sol y azotada por el cierzo, templé el carácter y descubrí los reflejos del mundo, ¡era una atalaya extraordinaria!




Las imágenes que afloran a la mente de aquel período son las vistas de las Planas del Saso desde la Corona; ¡mi barrio! Cuando me asalta la melancolía añoro aquellas casas huesudas y tambaleantes. Después de estas evocaciones aparecen las calles de tierra; auténticos barrizales cuando llovía, mezcla de todos los olores que transpiran los cuerpos; el barrio era uno de los más pobres de las Cinco Villas.

Desde la Corona se podían ver los campos de trigo movidos por el viento, ¡eran soberbios! El verde del maíz tenía tonos plateados que deslumbraban, se perdían en el horizonte. El viento era permanente, traía olor de alfalfa seca y las sementeras en primavera brillaban como peces de colores. Los labrantíos sobre tierras de secano se dibujaban como un cuadro de Paul Klee; ¡todo lo recuerdo como un tiempo mítico! El color nos llegaba en ráfagas dulces mezclado con el polen de los frutales. El sol quemaba la piel ya ennegrecida y los niños jugábamos en aquellos riscos sin miedo y sin arneses; ¡era una época que nos situaba en otro mundo!

El río Arba pasaba por abajo; lo veía pasar apacible así como los kilómetros de estela verde que dejaban sus riberas. En ocasiones bajaba a dormir a la sombra de los olmos y entre sueños dejaba en libertad barquitos de papel que navegaban hasta el Ebro. Siempre estaré allí, esperando y mecido en la memoria. El río, en silencio se llevará mis recuerdos hacia el mar y los dejará muy cerca de la Comella; ¡me encuentro equidistante y aquí los relato!

Los percibo lejanos pero están aquí, ¡latentes!

Aquellos tiempos fueron decisivos, estoy colmado de sus fragancias y endurecido por los fríos inviernos. Allí se templaron los sentidos, se formaron las llaves del pensamiento y se modelaron los sentimientos en un tiempo capital; la niñez. Puedo pensarme allí como un montículo de tierra lavada, como una grieta que se despeña hasta el río. Consigo sentirme arcilla, roca que resbala, lodo y polvo y con todo ello ser parte activa en el trabajo presente. No podría concebir el lenguaje secreto del mundo sin aquel aprendizaje; ¡fue determinante!

A los doce años cogí un puntero y un martillo y di forma humana a unas piedras que teníamos en el tejado del cobertizo; ¡fue una acción de demiurgo! Estaban allí para evitar que las levantara el viento y yo les di voz con un puntero y un martillo. Por entonces aquellas piedras eran funcionales, una costumbre muy usual en la arquitectura popular de la zona. Todas las casas tenían este remate, piedra calentándose al sol y haciendo equilibrios para no caer encima de la gente; ¡eran una amenaza permanente…!

Con ellas hice un conjunto de cabezas. Aprovechaba el relieve que proporcionaba la forma y terminaba de dibujar los ojos y la boca, el resultado fue arcaico y expresivo. Con los ojos abiertos y estrábicos miraban en todas las direcciones posibles y creaban la sensación de vigilantes permanentes. Mi padre les llamó bolindros… Aquellas piedras proporcionaron una impresión extraordinaria en mi imaginario. Hoy daría cualquier cosa por sacar una imagen impresa de mi mente y poder ilustrar este relato con ella.

Aquel ejercicio fue una diversión de adolescente, pero marcó parte importante de mi vida posterior. Con él se abrió una ventana misteriosa, a través de la cual, desde entonces he mirado las cosas asombrado, aterrado y cautivo por el misterio. Todavía oteo el horizonte y siento el aire fresco y la luz reverberante de los brazales…

Pasaron años antes de conocer las causas que motivaron aquella acción. Fue en la Facultad de Bellas Artes en Barcelona: un compañero de clase, Sebastián Majadas, hizo lo mismo que había hecho yo años antes. Para él, todas las piedras redondas eran cabezas calientes encubadas por el sol. Su motivación estaba bien localizada; los "Barruecos", unas piedras de granito redondeadas por la erosion que se encuentran en Cáceres y otros lugares de Extremadura. Aquellos pedregales se habían colado por los ojos y habían modelado el pensamiento. Aquel territorio donde habíamos nacido los dos, tenia algo de paisaje lunar, de tierra primigenia y aquellos canchales era semillas vivas de grandes proporciones.

Más tarde pensé que las cabezas de Ejea ya estaban en mi mente, resonaban des de antaño en la memoria biológica, eran parte de un paisaje transmitido en la retina como se transmite el color de los ojos.

Soy escultor y quizá ya lo era antes de nacer. Para mí la vida se ha tejido sobre una urdimbre casi sin forma, solo el concepto ha podido transitar por una leve insinuación de la materia. Por extraño que parezca, camino y hago camino sin pensarlo, por tanteo lo hago y confío en el instinto. Exploro y sigo adelante por pura inercia, como una piedra que rueda por la vertiente. Como ella me precipito por el declive de los años y compruebo como me empujan los hechos y los recuerdos.

Las ideas, los recuerdos, son trenzados en la yema de los dedos, ahí los revelo lentamente. Son bolindros que afloran de las piedras informes y se hacen pensamiento. Como bolitas de pan aparecen y ruedan como mis días de trabajo. La verdad es que la acción del niño se ha convertido en la experiencia de la vida, ¡fue un sueño que vislumbro cada día en el taller!

Con aquellos recuerdos deseo descubrir certidumbres, señales permanentes y estables…

¡No lo consigo!

domingo, 15 de enero de 2012

Aliento y derrota



Homo crisis de: Enric Llevat Gateu. Grafito sobre papel. 2011. Tarragona, Transmisión de móvil y retoques en Photosop.

Aliento y derrota

El presente relato trata un aspecto especial del sufrimiento: el fracaso en el traumático tránsito por la vida. Es decir: la derrota moral, económica y política en las pugnas humanas.
Le comunico el tema al "buraco oracular" ya que pienso que es un tema de órdago que nos va a dejar a todos sin aliento…
Como siempre es un enigma su respuesta. En esta ocasión se adelanta y me contesta antes de formular la pregunta. Sorprendido de la celeridad del día, compruebo que el agujero en cuestión es inteligente como un lince y teje las historias con una perspectiva inusual en los humanos…


—No me digas ni una palabra más, ¡eres un bisoño! el tema no tiene remedio y tú dale, dale que dale, ere que erre que herre. No obstante, como soy la voz que nace entre aguas ígneas y me divierte perder el tiempo contigo, te relato una fábula ofrecida a aquellos que dedican la vida a una causa oblicua, macerada en la esperanza de un sueño: la visión de las anamorfosis permanentes…—

Empezó a desgranar el tema; ¡madre de dios, qué palique! Con autoridad petulante, incansable como siempre y con entonación justiciera siguió durante horas.
¡Aquí dejo unas notas y empiezo a sudar de miedo...!
Así son los dioses... ¡No sabéis como me cansan!


—Mi voz es el burbujeo del agua y me dirijo a aquellos que sacrifican la juventud en batallas emocionales, quimeras que secuestran los mejores años de su vida.
Les digo a los patriotas amortajados con banderas: te lo buscaste, truhán, ¡te lo buscaste! Querias ser un héroe y mira lo que has encontrado, el foso de los latentes... Te lo dije en más de una ocasión y no hiciste caso... Te fuiste a la batalla a buscar tu bala de plata, ¡ya la tienes entre las cejas incrustada!
¡Te lo dije una y mil veces; en esta dirección sólo se cultiva el dolor! 
Te anunciaba lo peor en cada oído: ten cuidado, no seas temerario y menos un incendiario, el “triunfo” siempre es pagado con el sufrimiento propio y el de los demás... ¿?
No hiciste caso y ahora te aguantas por terco, obcecado y engreído..., ¡te aguantas y sufres en el infierno! Quién te creías que eras para montar el pollo y salir airoso. Mira el rostro que les ha quedado al los triunfadores de ayer; os han dejado en la ruina y ahora callan como zorros, aunque todavía quedan algunos que airean fintas de confusión. Son los irreductibles, su inteligencia esta dispuesta en el filo del cuchillo, ¡no tienen otra!.

A toro pasado es facil hacer pronósticos, le digo. Hasta el más pintado se apunta cuando suenan los clarines. Todos tenemos miedo a perder e tren y quedar arrinconados por la historia...
¡Ni escucha! Él continua con su cháchara y arremete con más brío, ¡también es un pozo terco!


A los anabaptistas les digo que lo practiquen ya, que se auto determinen de una manera efectiva e irreversible. Que dediquen el tiempo a cultivar los campos, a reconstruir las masías destruidas, a arreglar caminos y reforestar los bosques. Esa es la nación real, no hay otra. El alma de la patria está fundida en la visión completa de los montes, el cantar de las cañadas, la bruma de los ríos, el color de las primaveras y el trinar de las aves, esa es, no hay otra; vívela y no  quieras sangrarla. Deja que los demás miren los montes con sus propios ojos, no los consumen ni los desgastan haciéndolo.
Intuyo que no tomarán ese camino, no lo harán por que cansa,  esa es la verdad; ¡los montes seguirán ardiendo y no harán nada en esa dirección! 


Le replico con la voz quebrada. Me intimidan estos temas, soy víctima libada con orines; en más de una ocasión ultrajada. Estamos secuestrados, conducidos por una situación social que nunca se hará responsable del dolor causado; engañados y disminuidos. Cuando nos queremos dar cuenta nos vemos agrupados en batallones de combate, dispuestos a morir por una causa que no hemos entendido ni consensuado. Cuando la refriega toma inercia ya es demasiado tarde para detenerla y recapitular. Es como si la charnela de la mente entrara en colapso. De súbito, ¡las heridas se abren y taponan la razón! Se lloran los hijos perdidos, se observan los campos quemados y en los oídos suena permanentemente el estruendo de los cristales rotos.


—Iniciada la batalla no hay marcha atrás; es la hora de los incendiarios, los que cultivan el "entre peor, mejor", ¡es el momento de purgar el dolor acumulado! Los espejos deformantes han ganado y la luz de los ojos es guiada por las frustraciones personales.
Tras la derrota los agitadores desaparecen. No se puede pedir cuentas ya que nadie es subsidiario del pensamiento tribal. Nadie revelará ser el responsable de los males provocados. Las felonías encubiertas bajo el velo del espíritu colectivo quedan impunes. Hay responsables, está claro; los que tienen el poder y lo ejercen de manera interesada lo son. Los que han tenido una posición privilegiada y la han ejercido de manera irresponsable y perversa lo son. Los que emiten discursos incendiarios lo son, los irresponsables que airean sus eructos envenenados lo son.
Ante el teatro de la confusión y el horror afirmo que hay que erradicar las prácticas violentas para obtener el poder, también las emisiones salvíficas para curar las mentes.
¡Ya esta bien de candidez impostada y de justicia que extermina al otro! Pero al tanto, no  hablo de caridad cristiana, el otro no siempre es el débil, ni el fuerte. El otro es el no tú, ¡hijo de la gran verdad...!
Pienso que la manera eficaz es aislar a los generadores del conflicto es dejarlos que se consuman en el silencio. Los que les dan voz, los que les jalean y dan aliento y crédito, son los más responsables, son los causantes del sufrimiento devenido. —

Sí, seguramente si se les deja solos aguantan poco… Le digo mientras escucho el burbujeo del agua calmada i en ralentí. De todas maneras le replico que la pequeña ventana de Facebook es aliento de libertad. Es bueno que la gente airee sus opiniones. Siempre enriquecen, máxime si son de buen tono y hábiles juegos del pensamiento.


—Los que generan crímenes, genocidios colectivos, tienen que ser juzgados, de lo contrario llegaréis más pronto que tarde al exterminio. Las practicas del machete han existido siempre y podéis alegar que es consustancial a la condición humana. Siempre os enfrentáis en lucha por un hueso; vuestra pequeña fuente de ambición empieza en un palmo de tierra. Ahora los machetes son tan poderosos y ligeros y el hueso tan invisible que el peligro esta cargado de fatalidad.
Mira, mira bien iluminado, guardian de la soberanía: sin enterarte, ahora mismo hacen una transacción comercial y vacían los silos de trigo. En un segundo te has quedado sin pan en los próximos veinte años. Un dígito mal valorado y se derrumban todas las previsiones, te arruinan sin indulgencia alguna…
Es un cuadro económico, sociológico y psicológico al cual has quedado adherido de manera inconsciente. Tus juegos y vanidades lo difundieron como “la luz de la verdad y el bienestar.” Es una realidad que se ha destilado en los medios de comunicación, en la presión política, en los órganos de poder, en el cantar de los poetas, en las homilías dominicales y las tertulias de café. Un vector de opinión que hace hueco en las mentes, en los comportamientos sociales y en los oportunismos personales.—

Una explosión súbita, una burbuja gigantesca se desanuda en el fondo del pozo y me acusa de ser más incauto que una brizna de hojaldre en medio de una galaxia de vapor naciente. La burbuja


—La historia de la humanidad esta escrita con el influjo de estas variables y podéis afirmar que son la causa del conflicto humano. Son las predicciones fatales las que formulan expectativas entre los jóvenes, esperanzas que desembocan en dolor personal y en la ruina colectiva.
Los murmullos inducidos se hacen opiniones sociales, el rumor de justicia se hace ley y cae en el surco como semilla que germina y yerma la tierra. Es hierba que inhabilita los campos de cultivo y trae el aliento de la miseria. Derrotados, ¡así volvéis a empezar con la espalda curvada! Es una aparición inevitable la que trae el crepúsculo de los tiempos del sueño. El guía espiritual, el que veía más allá del horizonte, el que dibujaba el devenir y soñaba con espigas de oro, levanta los paternales brazos y os sumerge en los delirios hasta la extenuación. Al inicio es un deseo que os colma de gozo los instantes, pero con el tiempo hos dais cuenta que aquellas palabras vacían la mente y las despensas.
Los que manejan las estadísticas, disponen, de un regimiento de asesores y poetas para escribirles las más “bellas homilías”, los que consultan el oráculo y sacrifican el cordero el día de la patria (ahora son los mostrencos políticos), os han hipnotizado y han aprovechado para saquear el país. Con el dedito curvo os enseñaron los nuevos cultivos. ¡Que desengaño! Eran hierbajos pero visteis flores de azafrán. Con gestos de magos de oriente los mostraron un día y otro, presentaron sus ensoñaciones en forma de parques temáticos y os cautivaron la voluntad. Ahora advertís las bondades del mundo a través de sus ojos patrios, tiernos y candorosos.
Cuando eso pasa, ¡ay de vosotros, ya sois presa de la ilusión! Veis que al germinar las nuevas semillas aparecen tallos bellos, jugosos, ¡inocentes! Hambrientos de justicia y de esperanza, ¡los tomáis como maná, les creéis a pies juntillas y cuando os dais cuentas estáis enfangados hasta los corvejones! Ignorantes ellos también, os llevan de la mano al precipicio y allí perecéis todos embarrancados en un cenagal putrefacto. En aquel muladar en descomposición emerge un grito; ¡Sálvese quien pueda salvarse!
En el delirio final, en el estruendo de la gran estampida, es donde sois devorados sin piedad alguna. Todo ha sido un sueño, pensado, creado, fermentado y adobado para el día de la derrota...
En esta hacienda desolada: ahora si, saturada de injusticias reales y con claros síntomas en descomposición, se observa que de sus légamos fermentan los héroes. —

Se acaba el relato, se hace silencio y en el fondo se oye una voz que se eleva sobre el burbujeo moribundo. ¡Aliento leve con síntomas de clara agonía…!

—¡Hay que renacer de nuevo…!— Fénix

viernes, 13 de enero de 2012

Héroes y eructos de niño.


Alex el enigmático.  2012 Tarragona 

Héroes y eructos de niño.

El azogue de la realidad nos pesa a unos más que a otros, eso se hace evidente en el cuidado de los dientes, el brillo de la mirada y el pelo que nos luce. Sobretodo se observa en el reparto de bienes naturales, en las capacidades personales y en el coraje con que nos dota la vida para enfrentarnos al mundo. Queda claro que desde el mismo momento de nacer ya somos diferentes, nos trenzamos entre posiciones sociales, cuestiones de clase, grupos de referencia, tribus urbanas, estados de ánimo, etc. y eso configura una suma de referentes que grava con fuego los tejidos del pensamiento. Con ese equipo se forma el nudo de las contingencias personales, caminamos con ellas y constatamos como en el uso de los recursos y en el saber manejarnos están las claves de nuestra vida…

Algunos ya quedamos sometidos al dolor en el momento de nacer; desde ese instante quedamos abatidos por la carga viral que nos toca. La herencia que nos es dada se revela lentamente y dibuja los misteriosos designios de la humanidad. Somos animales gregarios sometidos al grupo, almas sitiadas entre propósitos engañosos, !no podemos descifrarlos! Algunos podemos sobrellevarlos, otros negarlos o combatirlos, pero si no hacemos nada quedamos atrapados. Permanecemos encadenados por los sentimientos, prisioneros de las palabras, esclavos de los ensueños, secuestrador por el miedo de ser cobardes o traidores. Los más quedan varados, perdidos en la tierra de nadie y sin esperar nada de la contienda, se ven envueltos en el terror que se despliegan ante ellos.

Los tropiezos nos enseñan el camino, es sinuoso y largo y la desdicha aparece siempre amenazante. Parece que escogemos el camino voluntariamente pero no es cierto, él se presenta ante nosotros como algo inevitable; el horror entra en nuestras vidas como aliento envenenado. En el fondo de todo el entramado no elegimos nada; el libre albedrío no es cierto, para la mayoría de los mortales no existe. No tenemos la lucidez suficiente para escoger algo que sea fundamental en la vida, no disponemos de la libertad para decir no, ni de la fortaleza para enfrentarnos a los mandatos de la “sociedad”. Sin quererlo ni amañarlo nos secuestran el destino. Podemos afirmar que nos encontramos permanentemente sitiados por contingencias que nos hacen naufragar y constatamos en ello que nuestro fracaso es fortuna para unos pocos, que, a su vez, también se sienten fracasados. Hasta los jefes de gobierno quedan sometidos a esta sensación de deriva y de complot universal.

Pero…, ¿hay un complot universal?

El mayor complot se cocina entre dudas, dentro de nosotros mismos, ¡no sabemos gobernarlo! Lo mas sencillo es siempre encontrarlo fuera, (que haberlos hay los). Hay motivos para hallarlos entre masones y rosacruces, entre codiciosos sin moral y banqueros sin país; almas sin nombre deambulando en paraísos fiscales... hay de todo en las sementeras de la tierra, ¡pobrecitos!

En ocasiones tomamos una opción equivocada, vemos claramente los errores, presentimos el dolor y las consecuencias que conlleva, pero no tenemos la capacidad, ni la voluntad, ni la sabiduría para voltear la ruta, no queremos ni sabemos llevar el gobierno de nuestras vidas. Le damos el gobierno a “los nuestros”, cedemos la soberanía personal a un grupo de referencia que en la mayoría de los casos es el guía virtual que ilumina la ceguera colectiva. Si tuviéramos la capacidad para gobernarnos no habría complot posible, nadie podría hablar por nuestra boca ni estirar de las cuerdas de nuestro destino. Como no es así, como somos criaturas a la deriva, ahí quedamos atrapados, sitiados, contrahechos, ensombrecidos y aprisionados en nuestra propia debilidad. En ocasiones tenemos la percepción de que somos nosotros los que gobernamos y hacemos la obra, pero es una ilusión. La mano que la ejecuta, el gobierno de nuestros gestos, está tutelado por un poder invisible que tiene su centro en la caja de la ambición y el pozo de las vanidades. Su sede es ubicua y se disuelve en el aire como el cetro del poder. Su flujo sanguíneo es el dinero, un instrumento fatal de sonido hechicero.

Lo más curioso es que el determinismo no es del todo cierto, nos queda la ilusión de que somos nosotros los que establecemos el juego y en ocasiones es así en lo cotidiano, podemos dormir al sol o a la sombra, ¡escogemos las cosas sin gravedad, eso es todo…! En los grandes temas constatamos que nuestro pensamiento queda varado y oculto, intencionadamente omitido. En el fondo de la cuestión sólo disponemos de la libertad para tomar el café más o menos frío…


sábado, 7 de enero de 2012

La Forma


Ció. Donants, donantes. Granito de Quintana de la Serena y bronce, 3,10x12m. Hospital de Reus

La forma, el contenido
La actividad escultórica se ha liberado de muchas funciones que la han mantenido activa en el curso de los siglos: decorativas, patrimoniales, pedagógicas, económicas, espirituales, científicas, históricas… Ahora casi no le queda ningún cometido social para seguir viva. Actualmente parece que la construcción de formas no tiene  ningún sentido; la matemática, la geometría, la tecnología y la pureza de las formas es un territorio propio de la ingeniería y la arquitectura. Ningún artista puede competir con estas disciplinas,  artes que están sometidas al poder económico y político. Ningún escultor puede hacer una forma de las dimensiones de la Burj Califa si no es una caja vertical para contener y producir dinero en su interior…

Los artífices de esas grandes obras son equipos tecnológicos complejos, estrategas que ponen la técnica y el atrevimiento de los sueños entre las relaciones de poder y su pensamiento. En estas acciones constato que todo el entramado creativo  esta nublado de vanidades y de intereses económicos; ¡por lo visto no puede ser de otra manera! Personalmente no me maravillan estas obras, son operaciones de soberbia y en el fondo ejercicios de simple academia. Sus desmesuradas pretensiones son evidentes, sus contenidos se centran en el poder, y las ideas son escuetas y pueriles. En el fondo de tanta prepotencia técnica se oculta una estética vacía y una apología de la nada, una escultura gigante fuera de toda dimensión humana. Podríamos afirmar que se trata de una tiza puesta de pié que demanda ser derribada…  Pienso que detrás de tanto espejismo hay poca cosa y creo que todavía no se han preguntado cómo se aguanta una caña, como flexiona accionada por el viento, o como se crea el espacio interior de cada nudo… y si se lo han preguntado algún día, no han sabido encontrar la respuesta; ¿porqué no se rompe con los desafíos naturales?
Pero, mira, mira, eso está al caer; ¡Empieza la era de los delirios!... Serpiente en el cielo 
Estas batallas de poder son una excusa para seguir por los caminos transitados y no equivocarse nunca. La autoridad tiene que demostrar su dominio y este está unido al espectáculo de la longitud, la altura y la proximidad con Dios... Piensan que con eso queda dicho todo lo que pueden llegar a decir para que el espectáculo les funcione…

No obstante mis prevenciones, que son muchas, me parece muy bien los que practican esta vía si lo hacen con entrega y el resultado es bueno. En la mayoría de los casos no es así, pienso que son el testimonio más disparatado de nuestra era. Ellos son los  responsables de los desatinos de nuestro tiempo y a todos pienso sumergir en el pozo de las vanidades... conceptualmente no dejaré ni un alma subida en la atalaya de los dioses… Creo que los baluartes se derrumbarán y del estruendo quedaremos derrotados por muchos años…

Las torres caerán por su propio peso… ¡ya lo hemos comprobado!


martes, 3 de enero de 2012

II Testamento.


 Testimonio. Glíptica. Detalle. Marmol y plomo. 2004-2007. La Comella. Fot. Josep Borrell Garciapons.


II Testamento
En la contemplación de una obra primero valoro la emoción recibida, seguidamente el concepto, la gravedad moral y ética de la idea y por ultimo la maestría, la oportunidad del material empleado y la sinceridad del trabajo... Siento que en la gravitación de sus enlaces, en sus íntimas relaciones se encuentra el lecho de los significados. Lo que más me cautiva es que estas relaciones se den limpias, sin engaños envolventes: moda, oportunidad, complicidad, afinidad, etc. ¡Se dan o no se dan!

La idea
La idea, el concepto, han sido para mí el sentido primordial de la obra, el propósito existencial del camino recorrido como escultor. Las esculturas son los vestigios de lo pensado, el resultado de la voluntad que ha trenzado mi vida.  Afirmo que las obras, quizá sin pretensiones, sin valor alguno, son mis “tesoros”, mis pensamientos amasados en piedra! Ellas forman el testimonio del esfuerzo realizado y el deseo frustrado de permanencia. Confío en la complicidad del tiempo para que se soporten solas; esta es la mayor de mis contradicciones. Son obras en el límite, entre la desnudez de la idea y la presencia rotunda de la materia, por ello admito con tristeza y cierto pesar que todas pueden disolverse entre cenizas. Si nadie las avala pueden quedar perdidas en el olvido rápidamente. 
Parte de mi trabajo son pensamientos ocultos, realidades omitidas, palabras silenciadas. El trabajo escrito (estas reflexiones), ha servido para definir mi posición en el mundo no para revelar sus contenidos... Las ocultaciones han sido un reto impensable, me han dado perspectiva en la mirada y también la disposición moral para aceptar la derrota con cierta fortaleza. Después de lo dicho confío que en el último momento no me traicionaré y, descompuesto, me entre pánico escénico y combinado con mal de vientre desee reescribir un nuevo testamento...

Los contenidos pueden ser variados: morales, éticos, históricos, evocadores, misteriosos, asombrosos y terribles, todos emiten señales que conmocionan y templan las fibras del ser. Todos forman la malla que ordena y trenza los sentimientos, los regenera y los deja dispuestos en su lugar. La experiencia estética nos anima, nos reconforta y nos hace más capaces; eso pienso. (¿?). Esta trama de contenidos es fundamental en la obra, le proporciona sentido y configura el blindaje que ampara una buena salud mental, una disposición comunicativa y un enriquecimiento personal y colectivo. Pienso que una sociedad espiritualmente motivada, abastecida de significados morales y éticos, sobrelleva mejor el desasosiego. Vuelvo a la idea central: creo que el pensamiento construido sobre la base de la experiencia se hace más sosegado y firme. También que los límites ordenados y en afinidad con la naturaleza nos ayudan a ordenar el caos. De esta manera podemos quedar acoplados en ella y comprender la dirección de la vida. Entiendo que vivir sus leyes con calma puede contribuir a que seamos un poco más felices y podamos sobrellevar mejor el dolor de la vida. Conformado así, el ser se observa más tejido con los misterios del mundo y más apto para soportar la incertidumbre, que aquel que valora el todo vale en el libre juego de las vanidades… 

Compromiso
Personalmente me siento comprometido y complacido, en mi trabajo he sido afortunado y la vida me ha regalado mucho, ¡más de lo que esperaba! Como escultor no deseo otra cosa que lo que estoy haciendo y no anhelo otro éxito que el que me manifiestan mis seres queridos; la mayoría ex alumnos, algunos ya amigos adheridos a mis sentimientos de por vida.
En cuestiones vitales, el destino se ha ensañado conmigo, ha sido tan doloroso que ha empañado los claros del pensamiento, me ha carcomido el semblante y distorsionado el perfil de la vida. Supongo que eso también se respira en la obra y la hace más cruda. En este aspecto me es igual, no tengo ninguna intención de hacer nada para bonito y tampoco estoy motivado en decorar salones graciosos…
Trabajo para los sentidos espiritualmente compartidos, me complazco en los demás y deseo que la orientación de la obra esté al servicio de la vida. Deseo que su desarrollo potencial implique la voz de la naturaleza y en lo posible, esta pueda ser descifrada por todos. Es una opción que me asigno con placer e intento ordenar lentamente; son susurros que dejo caer entre los surcos que me traza el tiempo. Así es como me percibo: me siento acoplado al devenir y, cuando toque, que espero sea más tarde que pronto, estoy dispuesto a disolverme entre la nada. Vivo las contradicciones con cierta tolerancia y me siento conforme con un sentido global de la existencia. Confio que este sea el aliento que se respira en La Comella y la palabra que describe el trasiego de mis días.

Materia y esperanza
Pienso que entre la vida y la muerte, la materia y sus permutaciones físicas y químicas lo son todo. Ella es la única creadora y su dinámica impone el sutil juego en la naturaleza. Su obra nos proporciona un intervalo corto, agitado y viral; es el plazo asignado para pensar y alumbrar hipótesis, para crear soportes mentales donde afianzarnos. La existencia la contemplo como la luz de un instante. Es tan corta que se convierte en un soplo irrisorio, un segundo furtivo que, en el mejor de los casos, permite dibujar las observaciones más peculiares. En el peor se hace larga, interminable, aburrida y tediosa: te vas de este mundo sin enterarte para que has venido… En realidad tenemos un minuto para grabar nuestras experiencias más sentidas, para incidir en la placa dorada de la memoria colectiva; ¡a veces es un segundo! Lo grave del caso es que casi siempre el minuto se escapa entre el perverso juego de las vanidades.

En este pequeño instante me siento inspirado; escarranchado en la atalaya rocosa de La Comella oteo el horizonte y pienso… ¿Será este mi minuto?

El trabajo
Lanzo un susurro que perfora la tierra y espero que se aloje en su corazón llameante, allí quedará mi esperanza a la espera del feliz encuentro; brizna conceptual del ser, idea fosilizada que la acompañará hasta el final de sus días.
El tiempo pasa retorcido y veloz, ¡es imparable y lo devora todo! Es tan virulento su rugido que me espanta, me llena de terror y me ordena un período de prudencia. Me digo: debo templar las manos, ¡las tengo nerviosas y dislocadas!  Me demando la sabiduría que no dispongo y el oficio para el que no estoy capacitado; vencido respondo con instintos maleados. Un cuadro de ineptitud, torpeza, indolencia y fatiga me acorralan; ¡he de reponerme! Tengo que poner remedio y hago propósitos para enderezarme...
Empiezo la faena y aporreo una piedra, la golpeo con furia, la acaricio con ternura. Ella ruge entre estampidos; respiro su aliento, la traspiro y en la piel se hace un barrillo genital y fértil... La trabajo durante horas hasta quedar rendido, extasiado paralizado… Me tumbo en el suelo y descanso en la fatiga, con todos los músculos distendidos duermo, ¡por fin respiro en libertad! ¡es un momento de placer extraordinario!


El tiempo
El sol rompe el silencio nocturno cada mañana, las tinieblas huyen y minúsculos rayos de luz golpean los ojos; son  ventanas que se abren ante nosotros, lucernas para que cada uno escoja las semillas fértiles con sus propias manos y las meta en el surco. Mudo y poderoso como la luz que nos hace renacer, dice la voz del sol: 


-Que cada ser cultive su vida y gobierne sus recreaciones; ¡si le dejan y no muere en el intento!- 

Es tiempo de reflexión: el lienzo dorado del cielo es la mesa de trabajo, el espacio donde podemos ejercer nuestras figuraciones y así lo hacemos… Feliz aquel que ha conquistado la libertad del niño y juega con las nubes; baño de formas imaginarias que se funden con los deseos sin reparar en nada. Mirar de frente los sueños y esperar el devenir sin parpadeos, plantar las estacas que nos dibujan los límites del mundo y ahí, en la frontera, lanzar un eructo  que transforme todo lo pensado...

Comprimido
El mundo se ha empequeñecido, ahora lo sostengo en la palma de la mano y lo contemplo emocionado. Observo a mis coetáneos con respeto; hay profesionales que administran muy bien su tiempo y de su mente florecen los mejores requiebros. Les doy las gracias a todos; ha sido un placer compartir una época compleja con ellos. Pero también hay desvaríos sin límites, estamos en la era de los mostrencos. Algunos han escogido el atajo para realizar la obra y queriendo estar entre los entendidos lo llenan todo de murmullos y de ruido escandaloso. ¡Sin grasa, son los que más chirrían!
Ante este panorama desconfío de los argumentos sin emoción, del virtuosismo técnico sin contenidos, de la puesta en escena que cautiva la voluntad pero que es fácil constatar que detrás no hay nada. (Hay que evitar a toda costa el atuendo de los esnobs y los remiendos de los pipiolos). Sabemos que hoy todo es fruto de la estrategia, de la fortuna de un instante, de las compañías y de estar presente... (por si un caso pasan lista) El cometido aparece ante los ojos con gran estrépito, es trasparente y claro: el éxito inmediato, el glamour de los micrófonos y los regalos del mercado que, de tanto pervertirlo, ya no existe. 
Ante este escenario desolado se representa "la comedia del arte" ¡hoy como siempre la vida es sueño!

Renuncia
Así es y todo vale en esta selva de jíbaros; yo también estoy luchando por sobrevivir e impedir por todos los medios que me reduzcan la cabeza. Lo hago con todas las fuerzas en el trabajo de taller, escribiendo y haciéndome blogero a los sesenta años. También en la renuncia actuo en cuestiones importantes. La retirada ya es evidente, hace años que me escondo, he decidido atesorar mis conceptos en el seno de las piedras. Pero ojo, no oculto los ejes fundamentales; ¡trabajar en las ideas para seguir vivo! Sospecho que no lo hago por bondad y que en el fondo hay en mí una dosis considerable de hedonismo, ¡a mí también me puede la vanidad! En este sentido soy un impenitente que no se arrepiente de serlo y presume de sus defectos sin sonrojos. Me consuela decir que mis desvaríos los he pagado yo y con libertad puedo afirmar que no debo nada; sólo agradezco el apoyo incondicional de mis amigos.

Las mascaradas, los simulacros, las estrategias y los navajazos mortales van aclarando el territorio, cada día quedan cadáveres en el camino y el ejercito de creadores emergentes se evapora en la tierra. Al final quedan pocos y cansados; ¡duermen agonizantes! Algunos comprueban tarde que se pierde mucho tiempo mimetizándose con el éxito y muriendo de hambre, otros se han hecho penitentes y se alimentan de las migajas que reparten en los vernissages...
Estas cuestiones son inútiles y confunden los mejores pensamientos, hacen de ellos harina de bobalicones. Bajo mi punto de vista, todo eso no sirve para nada; vamos a morir muy pronto y tras el óbito: (humm, hoomm),  ¡todos vestiremos una máscara de silencio!

Siete pájaros al alba. Fénix o la ciudad del sol. Tarragona 2010  Fénix o la ciudad del sol.  Comella Escultura Natura

Metáforas
El mimetismo, el camuflaje, el señuelo, me parecen geniales si son instrumentos de la inteligencia, armas para sobrevivir en esta selva de realidades cambiantes. En los salones del museo, las galerías y las ferias internacionales, siento como zumba el cascabel de la serpiente, me alerta entre el barullo del mundo. Es la confusión de los predicadores de toda estirpe: los tomo, los amplifico y difundo su castañeteo desde los campanarios de todas las ciudades y villas. Poco a poco se disuelve como la brisa por los campos y llega como un elixir homeopático a los oídos de los anhelantes. En la lejanía los niños se alertan, escuchan los versos del mal y se llenan de emoción, distinguen el terror y huyen de los salones, se alejan de los torreones y los crespones negros, de lo expuesto no quieren saber nada, de los pregoneros tampoco.
La serpiente y su cascabel en la cola para distraer mientras muerde... ¡es una metáfora espléndida!
En los mismos salones, en los mismos santuarios del arte, contemplo la desprendida cola de la lagartija; es descomunal y golpea los muros, destroza las obras que configuran la historia y borra todos los nombres; ¡del pasado no queda nada! Me sirven sus veloces vaivenes, el zig zag nervioso y agónico que marca una era terminal, de auto-contemplación proyectada con mil pantallas. Los novicios quedan alucinados ante el señuelo; el caleidoscopio crea las más bellas simetrias pero el contenido es violencia, desorden y caos. Los asistentes no ven otra cosa que el latigazo agitado de un fragmento sin sustancia y aplauden incansables ante los efectos. Mientras tanto, la inteligencia del animal se ha puesto a salvo en su guarida, se cuela por la cloacas, se adentra en el monte libre y empieza a tejer su cola nueva... ¡La lagartija y su rabo forman una secuencia inolvidable de la creación incesante de la naturaleza!
Entre los laberintos del saber me maravilla el poder hipnótico del abanico de mil ojos: la cola del pavo real. Es un espectáculo cromático sin parangón en la realidad estética. Es una muestra de la inteligencia de la naturaleza que combina en justa proporción; belleza, inteligencia, estrategia, armonía, fragilidad y potencia. Todo esto se da en un "ente" con el cerebro más diminuto que una nuez... Qué ridículo experimenta el depredador cuando al atacar se encuentra con uno de sus espejos, se estrella ante su 
furiosa ceguera y advierte su torpeza. La cola desplegada con sus múltiples ojos es el pozo de las vanidades, la luz que asombra y contra ella mueren los zarpazos torpes de la prepotencia y la insolencia. Aquí los fuertes son derribados por la belleza, la fragilidad y la inteligencia.
Ni que decir de las virtudes del camaleón y de toda acción de camuflaje. La habilidad para confundirse con el medio y hacerse invisible es una muestra clara de la inteligencia de la vida y de la presencia activa de la realidad estética… Esta es una de las más atrayentes; la más gloriosa de las  estrategias. La lechuza se ha hecho corteza del árbol, tronco para el fotógrafo que la percibe tarde, ya es imagen de papel cuando se da cuenta de su ceguera, en la ampliación, en el procesado se hace consciente de los reflejos del mundo. Demasiado tiempo perdido: ella ya está a salvo en los frondosos bosques y canta en las noches de luna llena.

La naturaleza es la biblioteca sublime, donde se ocultan los tesoros del saber de la vida. En ella se encuentran implícitas las estrategias de gran eficacia y sabiduría, metáforas espléndidas que nos ayudan a entender lo complejo y a comprender la estética de la realidad. La naturaleza presenta el camino, no para mimetizarla, para copiarla, sino para emular su inteligencia en el sentido más profundo…

Mentiras
El juego simbiótico entre las especies vivas y sus performances nos enseña algo elevado de la agudeza y penetración de la existencia. Si estas muestras de sabiduría son presentadas como un gesto de pasarela, una acción movida por la mentira, desarman totalmente el entendimiento y sumergen la razón en las brumas de la confusión. No creo que debamos soportarlo y más aún si están motivadas por los simplismos de la moda. Contemplamos cada día una comedia sin límites y en sus espejos confundimos todos los términos. Por ello no queda más remedio que recelar de los poseídos, de los mesiánicos, de los camaleónicos, de los simplistas, de los cerebros reducidos, de los estrategas que se nutren de los negros, de los lacayos menudos y tiralevitas y, también, de los razonamientos puros si no son ejemplares y su discurso no es fruto de la experiencia. Hasta creo que hay que recelar de mí; diamante puro entre cantos de río.. Hay que malpensar de mis argumentos si no los he sudado, si no se puede observar como se destilan en la frente, si no se tocan los clavos incrustados en la piel, bien sujetos con el calibrado de cada segundo...

La deuda
No soy original en nada y de todo soy deudor, especialmente del color de las auroras. Mi pensamiento es el compendio de millones de acciones y palabras que se han cosido, se han zurcido en la memoria desde el inicio de los tiempos; ya son parte de mi y las presento como propias. Lo son al hablar en primera persona pero las dejo aquí para que el sol las adobe con el tiempo. Pienso no obstante que son de uso público, todo esta ahí para ser reciclado. Si pueden servir para algo o para alguien, tomadlas sin pudor alguno. Sólo pido que se recuerde la procedencia, ¡no es mucho pedir! Es una postura política ante los derechos de autor, un compromiso que tomo ante los beneficiarios de la cultura. Si lo hacéis así, con transparencia y generosidad,  estaré admirado de vuestro trabajo y profundamente agradecido por la atención a mi persona. Si no lo hacéis será una muestra más de la calidad humana y de la templanza del pensamiento, no habréis entendido nada de las metáforas  comentadas. Creo que no sirve de nada “tocar” de oído, apropiarse de los pensamientos de otro si no han sido asimilados en su totalidad. El pensamiento es libre y en libertad se mueve, tomamos lo que nos da la época y nos mimetizamos con ella haciendo pequeñas aportaciones, en tal caso también es ejemplar si sabemos hacer buenas conjeturas…