domingo, 10 de julio de 2011

La mano invisible




"Juego", La muerte llega sin razón. Agua y sal. De la serie: Arquitecturas del alma, Bronce 70 x 32 x 18 cm. Castellvell 1988. Para recordar la acción de ETA en Tarragona.


La mano invisible
Habían llegado de Francia y se instalaron en Valladolid para tener el lazo largo y maniobrar con cierta libertad. En aquella ocasión se tuvo que desplazar para indicar los objetivos, era la madrugada del 5 de mayo de 2001. Fue directo a su encuentro y con una nota en el buzón les marcó las acciones en la capital de España.

En su día salió de casa de manera apresurada, al parecer tenía un asunto urgente que resolver. Cuando llegó dejó otra nota para los inquilinos de una habitación en la calle Piamonte, en el barrio de Chueca; él se hospedó en la calle Fuencarral, en el hostal de siempre.
Se aseó un poco, cogió un portafolios y se dirigió directamente a su destino. Se identificó y pidió hablar con el secretario. A los pocos minutos un hujier lo acompañó fuera del edificio. Sin decir ni una palabra lo dejó en un despacho suntuoso. Al instante tenía ante él una mano tendida y una sonrisa amable. Le entregó los documentos y se quedó con la cubierta entre los dedos. Mientras el secretario escaneaba los documentos y daba la orden de cotejar los datos, él examinó el lugar y empezó a susurrar...

Ezagutzen al dezu /Pedro Latze-kua? /Ez gizon altua, /motza ta sendua; /aren semea nazu/ onlako trapua / aitak etxian nai ez ta / bialitakua.

¿Sabes tú quién es / Pedro el de Latze? / No es un hombre alto, / sino pequeño y fortachón; / yo soy su hijo, / semejante guiñapo. / Mi padre me echó / porque no me quería en casa.

—Todo es perfecto—

—Tienes que salir del país ahora mismo… mañana caerán tus compañeros, nada puede detener el proceso. Tu no has estado aquí, yo no paso las ordenes, en este departamento no constamos, en ningún lugar consta nuestra existencia. En la primera fase nadie es visible, una mano oculta es la que gobierna, nadie tiene responsabilidad sobre ningún caso; se ha copiado la manera de proceder del destino. El proceso es automático con búsquedas aleatorias y decisiones arbitrarias, se opera en un protocolo informático y el programa dispone las coordenadas a seguir. Cuando se hace visible la policía actúa al instante, entonces se convierte en causa social y se cumplen las ordenes diseñadas en varios departamentos. Como ves nadie sabe lo que hace hasta que el resultado se hace evidente—

Sin hacer caso regresó a su casa como siempre, mientras tanto pensó en la forma de operar en el otro lado del conflicto, era una copia exacta de como él actuaba . Por la prensa se enteró de las consecuencias de su labor; en una redada había desmantelado el comando Txirrita y habían caído algunos de los señalados.

Él era una unión sin conexiones, viejo en la contienda y conocía el recorrido de otras células, sus precauciones y contraseñas, él diseñaba los movimientos en un tablero de ajedrez donde la figura capital estaba siempre fuera del fuego. Nunca fue el jefe de la organización, nunca disparó directamente ni colocó ningún artefacto explosivo. La información que pasaba y las retribuciones que recibía eran de dos fuentes: una de los fondos reservados y otra del dinero que aparecía en unos agujeros repartidos entre la sierra de Urbasa, Aralar, Aitxuri, Andia, Aratz, Gorbea y el Anboto que era el más frecuentado. El recorrido le obligaba a ser uno de los montañeros más preparados del euskal mendiak, aunque últimamente enviaba a uno de sus hijos, él ya no estaba para esfuerzos.

Sobre su identidad oculta era un misterio y a su vez era un ciudadano bien conocido por todos. Había podido tratar siempre con personas diferentes y no estar localizable nunca. Pertenecía al cuerpo sin nómina y era confidente sin rostro; pertenecía a ETA pero estaba liberado desde el inicio del conflicto, nadie sabia su nombre aunque todos conocían su existencia. Él se presentaba en el lugar apropiado, detrás de los que lo hacían con una gorra voluminosa, y una capucha blanca. Cuando tenía algo entre las manos que ayudaba a avanzar en el proyecto común él era presente y siempre se encontró equidistante con las ideas claras; él tenía un propósito diseñado que nadie conoce su rostro final.

—La actividad es agotadora, interminable, el 11 de enero 2011 me pongo a trabajar con más brío que nunca, hay que conectar con los jóvenes, reactivar los comandos durmientes, crear el nuevo rostro de una espada, (la del vizcaíno), que ha de estar permanentemente en el aire. La nueva operación garantiza la continuidad, se agruparan todas las fuerzas, es un compromiso de nuevo corte. La rueda trágica gira una vez más y no se para nunca…—

Agitado y solícito transitó el laberinto de su vida, cada día más hundido en el misterio. De pronto se paró ante un espejo y no se reconoció, luego pensó en el seminario y en los comienzos, fueron momentos de gloria, esperanza y traiciones; cincuenta años en el mismo juego. Pensó que ninguno de los activos había nacido cuando él pasó la primera orden y el primer informe. Por un momento acudió a su mente una luz reveladora; tengo que calmar el faisan...

—¡Soy el hoyo asombroso que lo absorbe todo, el acero que escarnece el aire, el enigma terrible de un teatro interminable…!—

viernes, 1 de julio de 2011

El Árbol del dolor.


El Árbol del dolor.
La Comella era una piedra enjuta que verdeaba con la lluvia y el aliento del sol. En verano la roca se calentaba y la hierba sucumbía en pocos días, era un pastizal seco y en ocasiones se devenía en un hachón en llamas. Su rostro era una úlcera en la tierra, un saliente en la senda que yo transité al descubrirla. Fue un encuentro afortunado para ambos y así lo hemos pactado. Sin saberlo encontramos el destino y ya nada puede separarnos, los dos estamos dispuestos a quedar fundidos para siempre. Como digo, la encontré por azar y sin querer ha modificado mi vida. Le hice caminos para transitarla, le traje tierra nueva y recogí las aguas de lluvia. Le acaricié la cara para amarla, hacerle un rostro nuevo y ahuyentar la pústula de la miseria. Aquí, en este paraíso reconstruido lo dejaré todo y me sentiré bien pagado si alguien decide ser su jardinero. En ella he invertido años de trabajo y muchas horas de entrecejo. En su suelo he consumado una alianza y son misteriosos los momentos que dedico a conversar con los árboles y piedras que la habitan. Los paseos por el bosque me ayudan a entender el lenguaje de la naturaleza y de ella extraigo lo que conozco sobre mí mismo; podría decir que ella me ha terminado de hacer mientras la hacía.


Agujero y susurros. Sara, el árbol del dolor. La Comella 2004
Uno de los ejemplares vivos más singulares de La Comella es el Árbol del dolor, una encina cargada de siglos que ha visto sucesos indescriptibles. Por su edad avanzada y por la cantidad de hijuelos que nacen en su sombra le he puesto de nombre Sara. En la base de Sara, donde se bifurcan las raíces, se oculta una roca que recuerda un cráneo petrificado. Cuando lo vi por primera vez pensé que se trataba de la cabeza de Adán. Como el tronco estaba tan descarnado y la sequía había sido permanente le puse varios camiones de tierra, la traje de Reus, de un lugar llamado el Mas de les Ànimes. Con la tierra aportada el cráneo ha quedado escondido, pero está ahí, oculto, como tantas cosas de mi trabajo. La procedencia de la tierra fue una coincidencia afortunada y ha proporcionado un nuevo color a las historias que acompañan la encina.

El cazador de ángeles. La Comella 2011



En la base del tronco, justo detrás de la vista principal del árbol, tiene un hueco que es el que hago servir para susurrar y buscar un bálsamo a mi desconsuelo. Ahora lo habita un gato atigrado de perfiles terribles. Su madre era huraña de trato y lo tuvo en un estante del taller; allí nació como una camada de conejos, oculto entre trastos viejos. De pequeñito cayó desde arriba y se dio un golpe tremendo en la cabeza, se torció el cuello, las puntas de las orejas le quedaron aplanadas al hueso, se le dobló el cráneo y la columna quedó dañada. Fue tal el golpe que hasta la cola la tiene quebrada, zigzagueante como un rayo. No puede mover el cuello por lo que tampoco puede limpiarse como hacen todos los gatos y para caminar se mueve lentamente, casi no mueve las articulaciones lo que produce una sensación sobrecogedora. Su aspecto es deslustrado y los ojos entornados desprenden el furor del maligno…


A pesar de su aspecto lisiado es un gran cazador. Como vive salvaje en el bosque no se acerca al pienso de gatos que les damos, él sobrevive por sus medios. Come conejos y palomas torcaces, ayer devoró una grande y hermosa que vivía con su pareja en un acebuche junto al estanque. Su pareja quedó perdida y probablemente morirá de dolor. Él dejó una alfombra de plumas extendida en el suelo… Sara lo acoge con gentileza en el hueco de los susurros, ella tiene todas las caras de la tragedia inscritas en su piel, algún día las relataré, sin duda es un árbol misterioso que nos mira con asombro.

Relaciono este árbol con alguna cuestión transcendente en la vida, algo hay en ella que humaniza y llena de sentido nuestra presencia. A pesar de los años la veo reanimada cada primavera, la siento despertar al alba, sus ramas huesudas conquistan el aire con fuerza, las hojas secas hacen una alfombra sonora bajo los pies y en ocasiones me sorprende y digo para mi... ¡ah, ahora duerme…!

A Sara, ya no la oigo como antes y el gato atigrado todavía no tiene nombre… creo que está cercano su fin…