domingo, 31 de mayo de 2015

Asociación Tiluchi: un hogar en Bolivia

Entre un grupo divertido, un niño que gira los párpados. Tiluchi, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. 2015

Asociación Tiluchi: un hogar en Bolivia

La condición humana

Bolivia es un país rico en recursos naturales, cuenta con grandes reservas energéticas, mineras, agua en abundancia, tierras fértiles, un clima cálido y variado y un territorio interminable.
¿Qué pasa para que las desigualdades sociales sean tan contrastadas…?
¡Quizá son víctimas de la condición humana!

Algunas personas se encuentran totalmente desamparadas: la sanidad pública es deficiente, la educación también y el orden social es precario. No obstante pienso que el nivel de felicidad es más alto que aquí. En general, allí el sosiego personal no se basa en el tener, si no en el disfrutar lo que les es dado, lo que la vida ofrece y se toma con alegría. La pobreza se asume con tranquilidad y la tierra, el sol y los ríos proporcionan abundancia para vivir. Pero en la ciudad se crean desarraigos, exclusiones y abusos producidos por la condición humana: ¡situaciones de miseria e indignidad...!

Las clases poderosas son depredadoras en todas partes y si los mecanismos de control son deficientes las corruptelas arruinan a un pueblo: aquí lo sabemos muy bien. En todas partes somos víctimas de la “condición humana”.

Sea en el sistema que sea, los que tienen el poder se apoyan sobre sus clases sociales y sobre bases populares desclasadas... Los poderosos hacen servir los sistemas de propaganda, la prensa escrita, la TV. la educación, la manipulación de la historia, la religión o las ideas políticas. Así construyen a los suyos y le llaman "el pueblo". Les dan, o aparentan darles, prebendas pírricas y con su consenso y apoyo se corrompen y arruinan el país. Los poderosos no tienen otra moral que aquella que produce beneficio, es un impulso insaciable que no pueden controlar ya que es un estado emocional irreflexivo. Sus impulsos son la respuesta psicología a la realidad que observan y así convierten en ley su categoría moral. En su interior se justifica la anulación de los derechos y valores del otro, ellos son herederos de una realidad superior.
¡Así es la condición humana!

Así somos de soberbios ya que todos vemos lo que queremos ver, sentimos lo que queremos sentir y condenamos a los que no están con nosotros. Por derecho propio pensamos que los recursos son para unos pocos, los herederos legítimos de la tierra: ¡los nuestros! Posesión inmoral que se hace para comprar o secuestrar voluntades y mantener el poder como sea. En estas circunstancias las riquezas naturales no se invierten en el desarrollo del país, el capital huye y se refugia en los paraísos fiscales, en negocios virtuales y productos financieros.
El dinero es un estado invisible que genera poder en cualquier lugar de la tierra. En su dinámica también genera miseria espiritual y se apodera de la voluntad de las gentes. Somos víctimas de la condición humana y quedamos cautivos de sus señuelos…

Centro Tiluchi. Santa Cruz de la Sierra. Bolivia. 2015

La fuerza del bien común
Ya se que todo es discutible, revisable y mejorable, pero pienso que los defectos que producen las grandes heridas sociales surgen de la “condición humana”. No sabemos administrar la vida y no conocemos el beneficio del bien común. No contemplamos la equidad en los asuntos cotidianos, no observamos ese valor y si alguien lo hace dudamos y miramos más los motivos de porqué lo hace. Muchos creen que la labor termina firmando manifiestos, llenando los despacho de peticiones y colocándose una banderita en la solapa: eso no es el bien común, eso es medrar para coger lo que se pueda.

En la vida estamos sometidos a las leyes naturales y en el momento de nacer, los más desfavorecidos siempre quedan excluidos, expulsados del paraíso. Podemos buscar culpables, ensayar sistemas, hacer revoluciones, acogernos a dioses y religiones, invocar los derechos del hombre, confirmar las condiciones de los buenos, esperar que los poderosos cumplan la palabra dada y sanear las democracias: ¡siempre estaremos movidos por la incertidumbre! La Icaria esperada es un sueño que solo pervive en el pensamiento. No obstante hay un deseo que nos impulsa a respirar cada día y siempre pervive como fuerza paralela a la condición humana y es “la acción del bien común”.

Pienso que la humanidad es esencialmente generosa pero los impulsos de poder y los intereses primarios de la tribu la hacen perversa y ahí los débiles también contribuyen con sus acciones, sus omisiones y sus silencios. El error está en confiar en propuestas que sólo se apoyan en los sentimientos inducidos y en las promesas que no serán atendidas. No se pueden esperar soluciones de los individuos que impulsan y activan la “condición humana”. Si que podemos y tenemos que esperar algo de aquellos que se proyectan en “la fuerza de la razón y el bien común”.

La vida es más valiosa que el oro.
Parece ser que poseer bienes apoya y calma la soledad y aparentar tenerlos ayuda a obtener mayores dosis de felicidad. La riqueza es poder y llama a tener más poder pero conlleva la soberbia, la vanidad, el egoísmo y con su peso caer en una espiral enloquecida. Las riquezas crean la ilusión de conquistar la inmortalidad, pero es un estado engañoso: ¡sólo es una ilusión! Hasta los metales preciosos, los tesoros del Sr. de Sipan, no hicieron nada por salvarle la vida. Ahora los vemos y nos hablan de la historia y de una situación colectiva. Ha quedado la fuerza común de un pueblo, sus habilidades, creencias y conocimientos. Están ahí fruto de un tiempo, pero no recuerdan su rostro, ni contienen su alma y tampoco pronuncian su nombre. El oro no sirve para la vida, es una "acuerdo colectivo", la garantía que tiene el poder para mantenerse y apoyarse en su valor. Es una señuelo como todos los instrumentos de autoridad, los signos y símbolos permanentes de la condición humana. Ahora no es el oro la convención suprema del valor, es el crédito y este se basa en la seguridad del sistema...

Paradójicamente al acopio impulsivo de trastos inútiles se le llama “síndrome de Diógenes”. Se trata de una atracción hacia la acumulación, un impulso que no tiene final y se muestra como la expresión de la propia inseguridad. De igual manera puede ser el acopio de dinero y de poder. ¿Para qué más dinero si no te lo puedes comer, para que más poder si no puedes tomar el sol…?

La paradoja es que en realidad Diógenes abogaba por lo contrario, la renuncia a todos los bienes y objetos inútiles. Vivía en la calle y enseñaba sin cobrar, con un candil buscaba por los rincones las acciones de los hombres buenos (no encontró ninguna), dormía dentro de un tonel para no tener ni puertas ni ventanas, bebía con un cuenco y cuando averiguó que lo podía hacer con la mano lo tiró a la basura. No obstante era un sabio respetado por su comunidad y cuando el Gran Alejandro de dijo qué deseaba para él y le recriminó que con su actitud avergonzaba a su pueblo, Diógenes le contestó que todo lo que necesitaba era disponer del calor de los rayos del sol, aquellos que él le estaba quitando en aquel momento.

Niño con tres cabezas. Tiluchi, Santa Cruz, Bolivia 2015

Acción por los demás
Expuesto este marco social donde parece que solo se salva el fuerte, el que tiene recursos y el consentimiento de la fortuna, también se encuentran lugares para reparar los males sociales. Hay que pensar que la ayuda y entrega a los demás se hace de muchas maneras, Diógenes lo hacía hablando en la calle y manteniendo una actitud ante la vida. Otros lo hacen de manera directa y sacrifican sus vacaciones para ayudar como médicos, maestros, ingenieros o albañiles. ¡Hay mucho para hacer!

Ayudar en caso de desestructuración familiar, paliar la falta de formación, corregir los efectos de las drogas, apoyar a las mujeres que son maltratadas o están dentro de la prostitución, acompañar a los que se han abandonado y animar a los que no tienen esperanza. Algunas de estas personas pueden encontrarse en procesos irreversibles pero pueden tener un apoyo moral, una mano amiga que ayude a calmar su soledad. Otros pueden ser atendidos a tiempo y consiguen estudiar, aprender un oficio, crear una familia y regresar a la vida normalizada. Tambien se ayuda a los demás haciendo bien el trabajo, enseñando a los jóvenes como mirar el mundo y dando ejemplo con la actitud de cada día.

En Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) hay un centro que funciona con ayuda española donde es posible protegerse de la “condición humana” y encontrar la paz y la fraternidad en el bien común. Es un centro bien construido con ladrillo visto y maderas del país. Está ubicado en la naturaleza exuberante de Cotoca y el barrio de Guapilo Norte. Dispone de espacios generosos, de agua abundante y árboles frondosos. Se llama Asociación Tiluchi, la dirige Gregorio Monroy y su mujer Rosa Ruiz. Los dos han hecho allí su hogar basado en la idea del bien común. Administrar y dirigir la asociación se ha convertido en una manera de existir. Sobre la marcha, la experiencia y la búsqueda de soluciones han enlazado varios proyectos que van dirigidos a paliar las dificultades de la exclusión social...

Toborichi, árbol sagrado. Escuela Tiluchi. Santa Cruz de la sierra, Bolivia 2015

La Asociación Tiluchi
Es un proyecto que se enfrenta de manera clara a los problemas que genera la marginación, la pobreza y la soledad. Es una apuesta humana que tiene como objetivo proporcionar un hogar a los niños sin techo, a las mujeres de la calle y a sus hijos. La dirección del centro expone un cuadro de actuación social de la siguiente manera.

Bolivia es uno de los países más pobres de América Latina. Si bien la pobreza siempre se ha medido en términos económicos, también se manifiesta de otras maneras:

Hambre y malnutrición, mala salud, falta de acceso o acceso limitado a la educación y otros servicios básicos, alta tasa de natalidad, alta tasa de mortalidad causada por enfermedades, vivienda inadecuada (infravivienda) o carencia de ella, condiciones de inseguridad, discriminación y exclusión sociales, desestructuración familiar, violencia de género, promiscuidad, falta de participación en la vida civil, social y cultural y en el proceso de adopción de decisiones.

Una sonrisa solidaria. Tiluchi. Santa Cruz de la Sierra. Bolivia. 2015

Los niños 
Estuve muy poco tiempo con los niños y el que pude disponer lo dediqué a hacerles fotos y a enseñarles los resultados: ¡se divertían mirando sus caras! Ellos se miraron en un espejo tecnológico nunca visto y con aquella sencilla excusa me pude acercar a sus problemas y mirarlos desde su altura. Podía ampliarles un detalle, hacerles ver la comisura de los labios, el reflejo de los ojos, el candor de una sonrisa: ¡todo era sorprendente para ellos! Rápidamente se creó un ambiente festivo y de gran empatía. Los vi curiosos como lo son todos los niños, calmados y cariñosos, solidarios entre ellos, educados y agradecidos. El contexto era cálido y estaban en un ambiente sano donde la falta de sus familiares era compensada con una familia más grande y moderada con registros comunitarios. Disponían de espacios luminosos, naturaleza exuberante, ambiente de camaradas y una cocinera que daba de comer en cualquier momento. Casi no pude hablar con los profesores, eran horas de descanso pero “Goyo” me enseñó las instalaciones, los centros y los espacios de recreo. Entre los muchos temas que trató de explicarme me hizo observar:

-En este marco social los niños y adolescentes, los jóvenes de ambos sexos que viven en la calle, se encuentran en una situación vulnerable. La necesidad les conduce a la mendicidad, a la delincuencia o la prostitución. También buscan como satisfacer sus carencias afectivas, para ello se refugian en la droga como medio de sobrellevar la vida.-

La impresión fue la de estar ante un programa ético que se ramifica en varios proyectos. Los propósitos de Tiluchi son aportar soluciones y la ayuda social que el estado no cumple. Los diferentes centros acogen a gentes necesitadas sin pedir nada a cambio, todo está elaborado y ejecutado en beneficio de todos. Para mantener en marcha los centros cuentan con aportaciones públicas, entidades privadas, ayudas de empresas, apoyos particulares y una gestión contenida, sobria y bien trabada.

Mi Rancho, Santa Cruz de la Sierra. Bolivia. 2015

Mi rancho
Mi Rancho tiene como finalidad reconducir la educación y las esperanzas de los niños de la calle. Es un programa de formación integral dirigido a niños y adolescentes desamparados, aquellos que viven de la mendicidad, la picaresca y sufren todo el dolor que produce no tener hogar, ni familia, amigos o referentes estables. Algunos no son capaces de adaptarse y marchan, pero no todo termina ahí. Mi Rancho se deviene para ellos en lugar de referencia, un refugio para buscar soluciones cuando la desgracia aprieta, un hogar donde ir si caen enfermos, donde encontrar consejo o el calor de la familia si lo necesitan. También es una escuela donde adquieren hábitos, se socializan, comen cada día, tienen un lugar para dormir y unos amigos con quien jugar. Aprenden rápido que allí tienen el lugar donde existe la posibilidad de mejorar la vida.

El Pahuichi
El Pahuichi empezó su actividad como casa de acogida para mujeres en situación precaria, algunas vivian de la prostitución y con hijos a su cargo. Mujeres que salían de familias rotas, madres solteras, moralmente heridas o condenadas al maltrato.

De esta iniciativa surgió otra actividad paralela, un apéndice de Pahuichi que tomó forma en el jardín de infancia para sus hijos.

Los dos patitos. Santa Cruz de la Sierra. Bolivia. 2015

Los 2 Patitos
Empezó como “escuela infantil”, un lugar para recoger y atender a los hijos de las mujeres de El Pahuichi, pero con el tiempo se ha convertido en un jardín de infancia abierto. Ahora es un lugar de encuentro, un espacio integrador donde los padres de la comunidad del barrio de Guapilo Norte llevan a sus hijos.

Contemplar la sencillez con que tratan los problemas, asumir la complejidad de todos, hasta los más graves, e integrarlos en la comunidad como parte de la vida, es sin duda una acción en favor del bien común.

Jardín de Tiluchi. Santa Cruz de la Sierra. Bolivia. 2015

Mujeres SoñArte,
Mujeres SoñArte es otra propuesta que intenta buscar soluciones laborales y creativas sostenibles. Su actividad se centra en el diseño de objetos artesanos, (básicamente sobre tela) y posteriormente buscar su venta y distribución. Ellas cosen los objetos y los pintan a mano inspirados en sus vivencias personales, en relatos populares, en imágenes tradicionales o en fragmentos de obras de artistas conocidos como Mamani Mamani.

viernes, 29 de mayo de 2015

Santuario y mercado de Cotoca, Bolivia



Dña. Claudina en las ofrendas. Cotoca. 2015

El santuario de Cotoca, Bolivia
Fue una visita breve y nutricia: Dña. Claudina tenía que encenderle unas candelas a la virgen y pasamos allí una horas inolvidables. Fuimos en un micro recargado de abalorios y un rótulo destacado que anunciaba: COTOCA. Éramos un grupo familiar numeroso, bien avenido y teníamos el propósito de pasar el día en uno de los centros más populares de Santa Cruz. El calor era sofocante, la gente se agrupaba en multitud y los creyentes hacían colas en todas partes. Se trata de un “pueblo santuario” donde la fe popular se ha manifestado entorno a la virgen del mismo nombre.
Cuentan que se les apareció en el hueco de un árbol y los calmó de la huída... Eran dos fugitivos que iban a linchar acusándolos de asesinato. Ella los ocultó y salvó ya que eran inocentes. Cuando encontraron a los culpables se hizo el primer milagro y las gentes la creyeron con fe manifiesta. Apareció y allí se quedó para siempre. En el año 1799, la imagen se veneraba en una cabaña de motacú en una finca privada, no obstante la imagen ya era popular y visitada por las gentes de la región. A comienzos de siglo XX se hizo la iglesia de estilo colonial, se colocaron las campanas donadas por una persona que también salvó la vida ayudado por la virgen. Le prometió las campanas mientras se ahogaba en el tumulto de las aguas de un río: ¡ no se como pudo hacerlo! Salió vivo de aquella y cumplió con su palabra: ¡vaya que sí la cumplió!

Santuario de la virgen de Cotoca, 1902, Bolivia 2015

Allí todo es humilde, las gentes alegres, los días relajados y el sol agradecido. Hasta la aparición de la virgen tiene mucho de amparo a los desfavorecidos, de consuelo sencillo, de esperanza posible. Las peticiones son atendidas porque la gente que acude a la virgen no pide imposibles, pide que se cumplan las leyes de la selva y que la vida se de con generosidad. Se cuentan tantas intervenciones divinas, tantas bondades "celestiales" que podemos afirmar que se trata de el santuario “milagrero de la América del sur”.

Batidora. Cocineras de Cotoca. 2015

El mercado
Es un pueblo sin pretensiones: desde el principio fue poblado por descendientes de los esclavos. Sus gentes fueron negros, mulatos, mestizos y obreros que trabajaban en las haciendas colindantes. Todavía hoy se ve esta hermosa herencia en los mercados populares, en las calles, bares y barberías.

Cocineras de Cotoca. 2015
Cotoca fue en el pasado una parada obligada para los viajeros que iban a la Chiquitanía o rumbo a Brasil. Está cercana al lugar donde estuvo por segunda vez la ciudad de Santa Cruz, "la Vieja" Las tierras son frondosas, fértiles y húmedas y la exuberancia de la naturaleza es una réplica exacta del jardín prometido...

Sonrisas "generosas" de las cocineras de Cotoca. 2015

El mercado es una fiesta sensual, un elogio al color, a los olores y sabores. La amabilidad de las gentes ayuda a que los visitantes se queden a consumir alguna cosa en la zona de comedores. Una sala inmensa, con el techo de calamina y unos grandes ventanales que no se han limpiado nunca. Los ventiladores giraban sin cesar no obstante el humo de la carne chamuscada saturaba el aire y sin querer se iba abriendo el apetito: se comía carne sin pensar…

Cocineras de Cotoca. 2015
Tomamos asiento en una mesa grande y solicitamos comida y bebida. Yo pedí un majadito de cordero y una cerveza paceña para reponer fuerzas. La comida era abundante, el gentío estimulante, las cocineras, músicos, camareras eran amables: terminé rápido y me dediqué a hacer fotos de aquellas gentes.

En aquel momento pensé en la situación como si fuera un sueño, una construcción mental que puede desaparecer en cualquier momento. Todo era presente de manera extraña: el humo de los braseros, el olor de los asados, las grandes ollas con sopa o cocidos parecidos a los nuestros, los hornillos con brochetas de verduras y carne, el color de los vestidos, el rostro de las mujeres, las manos de los hombres, la sencillez y humildad de todo… Era una fiesta colectiva en estado de comunión...

Rosa. Cocinera de Cotoca. 2015

Destacaba en aquella gran sala el griterío de la cultura criolla, especialmente el tono anunciador de los que querían atraparte al vuelo. Son muchos y todos a la vez los que reclaman a los clientes con paciencia y una sonrisa en los labios. Anuncian con una cantinela que los hace ser diferentes y lo hacen sin cesar:
 ¡Arepas deliciosas, pastel de choclos, chupe de papalisa, chhanqa de conejo…!

 Los puestos de la huerta están más lejos y allí anuncian las ensaladas y refrescos frutales. Sus voces resuenan en el fondo: ¡hay zumo de papaya, payaya, ayaaa, ayaa…
¡Ensalada de durazno y guayaba, guyabaaa, yabaa, aaa, aa!
Las comidas tienen una tradición de origen español y árabe: todo combinado con la creatividad nativa que hace que nada y todo sea reconocible. Los nombres son propios y descriptivos y los voceros los cantan como una letanía dulce:
¡ch'aqi de trigo, chicharrón de cerdo, majadito de gallina, fidius uchú, pique macho, puchero de carnaval, sullka, sullka, sullka…!
(Carne de res a la parrilla con mote de maíz).

Cocineras de Cotoca. 2015

Todo era nutricio, estimulante, sabroso y excitante. Los paisajes de la mente se hacen sólidos en aquellos instantes. Son nuestros escenarios de actuación y solo allí podemos modelar la forma del mundo: ¡aquello era parte de un sueño! Ahora tengo que buscar las palabras que lo definen y lo hacen plausible, real y sentido como un espacio vivido que puede recuperarse. Si no lo hago se perderán para siempre dentro de mi pensamiento, las voces huirán hacia la sombra oscura y quedaran borrados, dormidos, ocultos. Así que me esfuerzo para que no se pierdan, para que aquellos instantes no sean pensamientos erráticos y tengan rostro, sean otra vez sentimientos, experiencias y situaciones nuevas al ser leídas. Si los describo ya no serán erráticos, quedarán fijados sobre el papel y se convertirán en algo evocador, en “realidad interpretada”.
Todo lo que sentimos y recreamos en la "obra" es un intento de dejar testimonios fiables de lo vivido: ¡entre palabras todo esto tiene razón de ser…! Son poca cosa pero aquí quedan atrapadas como en estuches de piedra, presentes en las imágenes y en las invocaciones y desde aquí desprenden su energía leve y permanentemente. Desde este lugar pueden trascender sus límites iniciales y llegar a ser patrimonio, recuerdos colectivos…
Son respuestas a las maneras de ver y pensar, un madrigal en el camino que canta:
¡Mocochinchi, guacho, mocochinchi, guacho!

Nota: si alguien de Cotoca ve estas fotos y reconoce a las personas, le pido que se lo haga saber, ellas no tenían correo y querían las imágenes... Gracias a todos.

El nacimiento del río Espejillos. Bolivia.

Nacimiento de río Espjillos. Bolibia 2015

El nacimiento de un río
Quizá uno de los fenómenos naturales más sorprendentes es ver el nacimiento del día, sentir como la luz del sol desplaza a las tinieblas y como los rayos luminosos visten el mundo de colores...

Después de la “avenida de la luz” viene la emoción de todo ser nacido, el instante de salir al mundo y mostrarse, “darse a la luz”. Este tema lo he trabajado en varias ocasiones, la obra que lo trata de manera más directa es “La ventana del asombro”. Es una de la esculturas que contempla el instante de nacer y a la vez salir al encuentro del destino.

Nacimiento de río Espjillos. Bolibia 2015


Durante años tuve muy cerca de casa el nacimiento del río Urederra, está no más de 30 kilómetros de Estella y en primavera es un espectáculo extraordinario. El lugar donde brota el agua es un marco vigoroso: la fuente sobrepasa todo lo esperado y forma un caudal con la voz profunda de un ser poderoso. El agua ha modelado la montaña y ha cortado el valle, grano a grano lo ha depositado en la cuenca del Ebro y este lo ha llevado hasta el delta. Sí hasta San Carles de la Rápita han llegado las rocas molidas de los montes de Urbasa... El agua actúa como un martillo gigantesco que desprende rocas de gran tamaño y las disuelve como azúcar en la lengua. Cuando encontré el orígen del río Espejillos me acordé de aquellas barrancas abiertas por el agua y me sentí cerca de casa. También sus aguas se hacían murmullos, risas, rumores , aullidos y gritos que se precipitaban entre rocas. Para comulgar con ellas dejé un susurro entre las grietas de aquella garganta de piedra. Nada más pude hacer ante el escenario que presentaba el mundo, solo entender que aquello era una réplica diminuta de mi propio nacimiento.

Nacimiento de río Espjillos. Bolibia 2015

El nacimiento de un río es análogo al de los colores de la aurora cuando estos se abren en el horizonte. Si el agua emerge del suelo, de la roca o de la ladera de la montaña, es un flujo incesante que fertiliza la tierra y también se abre al azar. El río es genésico y presenta todos los estadios de la vida: desde el vigor, la frescura, la pureza y el arrojo de la juventud, hasta la calma y el arrastre de vivencias buenas y dolorosas que acompañan a la vejez: al final muere confundido en el mar y queda dispuesto para empezar de nuevo.

Nacimiento de río Espjillos. Bolibia 2015

El espejillos se precipita en una cascada elegante, ordenada y bella. Su cauce se ha hecho con gotas de lluvia que desprenden las laderas, Con los dedos de agua y abrasivos de arena modela con esmero de escultor los salientes de la roca. Con las dinámicas propias de las pendientes hace torbellinos con el agua y con ellos se forman pozas delicadas, toboganes rápidos, formas caprichosas que hacen del caudal una fuente de energía creativa sin comparación. Pongo unos ejemplos ordenados para abreviar el desarrollo de la explicación y a su vez incido en la comprensión de la realidad estética.

  • El río es un "ente vivo" formado por moléculas de agua (H2O), que se agrupan por gravedad y atracción física.
  • En su caída deshace la roca, la percute como un tambor, purifica los desechos y los recicla.
  • Con su paso arranca trozos de la montaña, los disuelve y los lleva al valle. Hace de aquella tierra una marimba, la vibración de la cual hace posible la vida.
  • Modela las rocas del lecho del río proporcionando formas ajustadas a sus movimientos.
  • En su avatar, crea reservas de agua para que la vida sea posible.
  • Construye las vertientes de la montaña para hacer mas fácil su tránsito, agruparse como cuerpo vivo y definir el rostro del río y el perfil de la montaña.
  • Proporcionar humedad para que todo el valle sea un muestrario de vida esplendorosa.
  • Llegar al final calmado y confundirse en el mar. Después, ya sin nombre, volver a ser moléculas de vapor que suben amables,  ligeras o en trombas violentas.
  • Ya en estado de "semillas celestes", estas se enfrían, se agrupan y se precipitan para formar después parte de otro río…




Decía en el relato de Fénix o la ciudad del sol sobre el tema:

Ció es tierra germinal que ha nacido y se ha hecho viento cálido; después de cantar las antífonas se ha desvanecido entre aromas de mirto. Es en el sueño que me cautiva, me seduce con los pistilos que anidan en el gineceo de la futura hembra, la de los senos pletóricos de leche y calor de madre. Con su poder regenerador nos alimenta a todos y nos da un hogar póstumo. Nuestra deuda para con ella es ilimitada, sólo la muerte paga el monto debido.

El nuevo día trae resplandores que llenan la mente de preguntas y esperanzas; la luz reverberarte nos habla a los ojos… Como siempre ha sido, la concepción del nuevo día la que nace en el hilo del horizonte, los colores que le preceden son llamaradas de fuego, las nubes enrojecen como carne de sandía, las semillas germinan al calor de la tierra. Entretanto, yo, el demiurgo, contemplo el horizonte y escucho las antífonas que me trae el viento. Los cantos de los engendrados hacen un coro incesante, la hierba crece, las yemas florecen, los colores del sol tiñen el paisaje. El misterio de la vida ya es presente, se ha revelado porque es posible…

!se ha revelado!

¡se ha revelado!

Nacimiento de río Espjillos. Bolibia 2015

Nacimiento de río Espjillos. Bolibia 2015

También el río emerge de la tinieblas del inframundo y sale a la luz, se hace torrente en la montaña, laguna en el valle y verde en las riberas, pero el momento de nacer es un canto de alegría. Lo mismo pasa con una bestia, un pájaro, una planta, o el argumento de un relato…

miércoles, 27 de mayo de 2015

El río Piraí y el Espejillos. Bolivia

 El río Piraí. En ruta hacia el Espejillos. Bolivia 2015

El río Piraí y el Espejillos
Era un día excelente, domingo, con sol radiante y teníamos la intención de hacer una excursión para encontrarnos con paisajes primigenios, selvas vírgenes y ríos abiertos. Partíamos de Santa Cruz de la Sierra, una ciudad equidistante entre las altas montañas y los grandes espacios verdes del amazonas, su clima es subtropical y su crecimiento es exponencial como lo fueron sus selvas.
La organización del itinerario corrió a cargo de Ana Méndez Delgadillo y ella fue la que decidió que lo más prudente y el mejor lugar para llevar a unos ancianos, (su padre, madre y yo mismo) y a una recien embarazada, (Susana, su cuñada), era ir a ver el nacimiento del río Espejillos.
Para llegar hasta allí teníamos que alquilar un 4X4 ya que los caminos son auténticos pedregales, había que atravesar rieras, subir y bajar barrancos y lo más sorprendente, atravesar el río Piray por la zona menos profunda.
El Piraí es un río amazónico sin límites definidos, es el caudal el que hace paso y define sus dimensiones de manera súbita. Es un afluente del Yapacaní, el cual en su tramo final forma parte del río Grande. El río pasa cerca de la ciudad de Santa Cruz y hacia allí nos fuimos en microbús cargados de viandas y con las naturales ganas de aventura.

Don Pancho: padre de Ana y Celia Mendez Delgadillo, agarrado fuertemente al techo de la camioneta. Bolivia. 2015

Vadeando el río: es prudente hacerlo en caravana. Bolivia 2015

Compartimos el coche con todos los habitantes de la región que salían al paso, aquello era un servicio publico en medio de la selva. Según las costumbres y la ayuda humanitaria, nadie se queda en tierra siempre que pueda agarrarse a un clavo.

 Compañero de viaje. Atravesando el río Piraí. Bolivia, 2015

Atravesar el río fue apasionante, hubo momentos que la corriente hacía flotar el coche y los bandazos hacían muy fácil que algunos de los ocupantes de la camioneta fueran catapultados hasta el agua:¡no se perdió ninguno! Al regresar de Espejillos el caudal había subido y un coche que nos seguía con mucha cautela se quedó allí atascado. En el periplo de vadear el caudal, el que nos seguía no tomó la misma trayectoria, se desvió de la rodada de la fortuna y alguna poza oculta lo bloqueó: allí quedó clavado. Parado y semi hundido en medio de aquellas corrientes de aguas embarradas. Allí quedó acompañado del griterío aterrado de sus gentes y el gesto divertido de los mirones que estaban en la orilla, entre ellos algunos policías con coches bien equipados.
¡Espero que ya hayan salido…!

  Compañeros de viaje. Atravesando el río Piraí. Bolivia, 2015
El resto del camino no fue tan peligroso pero los traqueteos y bandazos del coche obligaban a estar atento y bien agarrado a lo que pudiera suponerse que era un soporte estable. Cada cual hacía lo que podía, los más adiestrados iban de pie y cogidos al techo de la cabina, los menos lo hacían semi-sentados sobre fardos, sobre las piernas de otros, a horcajadas sobre la carga. Asidos a los laterales, a la carrocería, al vecino o a cualquier saliente que proporcionara seguridad. Yo fui haciendo fotos con una mano y con la otra asido a un lateral, trabado entre las piernas de los demás y como podía. Así hicimos el viaje de ida.
No todo era tan seguro como parecía estarlo. Al regresar dejé la cámara en descanso. Menos mal ya que en un mal momento la puerta posterior de la camioneta cedió y yo iba cogido en el ángulo de la misma. El peso que descargaba sobre ella era excesivo, los vaivenes de la gente aflojaron los sistemas de cierre y los laterales se abrieron. Durante un tiempo breve tuve que impedir que la puerta trasera se abriera del todo y con los brazos tensados hacer de cierre. Fue un momento que puso a prueba los reflejos de los ocupantes y como una sola mano todos los miembros se unieron. Los músculos de cada individuo se tensaron y mantuvieron unida la carga en un grupo compacto y sólido: ¡no pasó nada pero unos cuantos podían haber ido al suelo!
También era un ejercicio interesante y cómico tener que esquivar las hojarascas de los árboles: eran caminos estrechos bordeados por grandes árboles y en ocasiones las ramas invadían el paso. De tanto en tanto, alguna te golpeaba la cara o te obligaban a hacer flexiones, fintas y movimientos de cabeza, todo al ritmo de una danza que marcaba las rocas del camino.

El jardín de las vírgenes. Espejillos Bolivia. 2015

Al llegar a Espejillos tuvimos la sensación de entrar en un espacio mágico, vivo, activado por fuerzas vitales que creaban sensaciones estimulantes. El mejor ejemplo lo encontré en una pequeña repisa de roca donde unas florecillas se ordenaban de manera delicada. Al instante le puse nombre: el jardín de las vírgenes”. El resto era una naturaleza tan exuberante, tan poderosa y acaparadora que no hace falta ni comentarla, con una imagen podéis haceros a la idea.

El jardín de las vírgenes. Espejillos Bolivia. 2015

En ningún lugar he tenido la sensación tan clara de que la vida no está sólo entre los animales y plantas, que también es parte de una “vibración genésica, una substancia germinal que satura el espacio. Hay lugares donde se puede sentir de manera clara, se nota ese impulso genital, esa resonancia sexual que impulsa el goce de los bello y estimula la fecundación. Cuando más se hace presente es en primavera, prueba de ello es que tenemos una frase que la hace tangible y vigente. “La primavera la sangre altera”. Quizá lo hemos sentido pero no lo hemos reflexionado como una de las variables de la realidad estética. Quiero decir que "el espacio es creador", es una marmita donde se gestan los sentidos. No es nada extraño, es un aliento vivificador que excita los sentidos y los llena de gozo. Podríamos hablar de un masaje bascular que hace que las endorfinas se distribuyan por el cuerpo y produzcan una sensación de eterna juventud… Es una droga natural que se produce químicamente en el cerebro y se excita y se contagia con el impulso progenitor del contexto. La vida personal encuentra su lecho y una danza creadora le eleva y fecunda con las resonancias de aquellos agentes activos. El yo, ubicado en el cuerpo animado, es unido a todo lo vivo, reunido y religado al pálpito de las plantas, animales, humedales y ríos. La realidad se expresa y se goza de manera íntegra, sin intermediarios, activada por elementos externos. La naturaleza es la productora de sensaciones complejas, emociones poderosas y permanentes: el amor, el deseo, el temor, el asombro, el misterio…

En lugares especiales la vida se hace presente como propiedad intrínseca de la materia, es un estado disuelto en sus justas proporciones: humedad, temperatura, nutrientes, equilibrio de la biodiversidad, potencia regeneradora y reciclado instantáneo de todo lo orgánico. En este contexto el aire, la luz, el verde y el esplendor de la vida se hacen catalizadores de los elementos químicos que se encuentran en la glándula pituitaria y el hipotálamo. Allí se activan y, “del vacío”, de la nada, se crean composiciones nuevas, ¡sensaciones fascinantes! Las motivaciones que segrega el lugar generan endorfinas que se hacen transmisores de sensaciones de placer y deseos de vivir. La “cualidad vital”, la que está presente en el aire, es la que con su acción estimula a que la vida se excite y se ofrezca de manera tan generosa. 

Nota: Creo que el tema hay que desarrollarlo mucho más, ilustrarlo con otros ejemplos, algunos ya los he presentado… Tambien quiero decir que si hay esos espacios que excitan la vida y hacen posible la creación, tambien los hay que invocan la muerte y generan el ocaso del pensamiento...

martes, 26 de mayo de 2015

La Chiquitanía. Bolivia. Arquitectura religiosa de los jesuitas entre cabañas de paja.


 Templo de San Javier. Su estructura y soluciones formales parten de las cabañas de los nativos. Chiquitanía, Bolivia. 2015

Arquitectura religiosa entre cabañas de paja.
Cuando los españoles llegaron al Gran Chaco y la Amazonía y concretamente a la Chiquitanía, estas eran tierras de grandes ríos y frondosas selvas y la mayoría de los habitantes vivían en cabañas ordenadas en círculo formando una plaza en el centro. La orientación era radial y destacaba la casa del pueblo o de “los ancianos”. En todos los casos el lugar tenía que tener condiciones para la vida, agua potable, caza, pesca y algunas zonas cultivables. En ocasiones el espacio estaba organizado por las cualidades de un árbol, una gran piedra o bien por un palo alto que situaban en el centro: era el referente que atraía la atención y generaba orden en el “lugar”. Las construcciones eran realizadas con troncos, ramas y paja y solían tener formas rectangulares con las aguas descargadas en las dos vertientes. Estas comunidades se organizaban en aldeas pequeñas, no más de 20 o 30 familias y siempre en función de los recursos existentes. Por aquel entonces el territorio pertenecía al imperio Inca pero la zona de concentración de poder y civilización estaba en Perú, en los alrededores del lago Titicaca. No obstante su cultura se extendía por todo el altiplano andino y en el siglo XV ya había incorporado todo lo que hoy es Argentina, Bolivia y Chile.

No por este hecho oculto la importancia de culturas anteriores que dejaron un patrimonio más sencillo pero de gran magnitud, como las que se ubican en el Noroeste Argentino: La Rioja, Jujuy, Salta, Catamarca y Tucumán.

 Templo de San Javier. Chiquitanía, Bolivia. 2015

Como en todas las culturas su mayor problema siempre fue la coexistencia con los vecinos, la lucha por los mejores tierras, lugares de pesca, espacios con defensas naturales y las guerras por el poder. Hago recordar que los incas y sus grandes enclaves en el Perú estaban lejos y habían conquistado aquellos territorios tan sólo sesenta años antes de la llegada de Pizarro. También que el dominio de los españoles fue relativamente fácil debido al odio que los nativos tenían hacia los incas, a las técnicas de guerra: uso de arcabuces, lanzas y caballos y a la confrontación entre los hermanos Huáscar y Atahualpa, hijos de Huayna Cápac. El conflicto de sucesión al trono derivó en una guerra civil que debilitó el imperio y facilitó la victoria a los “conquistadores”. Estos siempre estuvieron ayudados por los nativos, enemigos de los incas, como lo prueba la batalla de Lima…

  Vista de la fachada. Templo de San Javier. Chiquitanía, Bolivia. 2015


 Templo de Concepcció, Chiquitanía Bolivia. 2015


 ExterioresTemplo de Concepcció, Chiquitanía Bolivia. 2015

Cuando los jesuitas llegaron a estos lugares llevaron con ellos el pensamiento occidental-europeo bajo bandera española y cambiaron absolutamente todo. La lengua, la creencias, la ciencia de la época, la religión, el derecho, las técnicas de cultivo, la minería, la arquitectura, la ingeniería, la música: ¡todo! De la antigua cultura mítica, inclusive de la realidad del imperio inca, quedó una presencia física que todavía es presente, pero de la sociedad pasada quedó un recuerdo borroso que los cronistas de la época se empeñaron en dejar bien disfrazado.

Todo cambió menos las gentes y un substrato cultural que pervive dentro de la cultura occidental: sociedad esta que se implantó rápidamente. Las nuevas formas de colectividad se sobrepusieron de manera imparable pero todavía hoy se dejan notar las convulsiones del viejo y del nuevo mundo.

En la Chiquitanía, la nueva religión tomó un referente directo y la tradición arquitectónica de aquellas aldeas sirvió de inspiración. Seguramente fue una manera de hacer que aquellos templos para nuevos dioses fueran más suyos y que superaran en grandeza a los que acababan de destronar. Los arquitectos españoles, holandeses y alemanes hicieron las iglesias cristianas recordando los edificios que los nativos tenían como las “casas del pueblo”. Les dieron un esplendor que nunca tuvieron, los orientaron en espaciosas plazas que formaban el centro de un damero, una cuadrícula que ordenaba la ciudad a la manera romana y permitía el crecimiento de las ciudades manteniendo el orden, la disciplina y movimiento fácil. Decoraron las iglesias son colores vivos y trabajos virtuosos en madera para que recordara el esplendor de la selva. Entronizaron las figuras de los santos, la virgen con el niño y la muerte de Jesús para recordarles que la vida es el camino del dolor y el sacrificio. La figuración realista destronó la imagen mítica, la solución abstracta y la apariencia indefinida de los dioses andinos. La presencia de la madre determinó la fe en algo que es muy propio en todas las culturas, el amor y el respeto a la madre. El esplendor de los templos y la liturgia de los nuevos ritos hizo que la nueva fe despertara una energía espiritual como nunca había vivido el continente americano. Con estas premisas el cristianismo se implantó en Latinoamérica con mayor vigor que lo había hecho en Europa.

 ExterioresTemplo de Concepcció, Chiquitanía Bolivia. 2015

 Exterior de S. José de Chiquitos. Bolivia. 2015  El torobochi o ceiba, el árbol sagrado en primer término.

No todo eran selvas y aldeas en el continente suramericano, la cultura Huari y Tiahuanaco son antecedentes primordiales del imperio inca y estos a su vez hicieron importantes enclaves humanos que hoy nos asombran. Cusco como capital del imperio Inca todavía impresiona al igual que Machu Picchu. Otras ciudades como Tambo en Lima nos dicen la extensión de su poder y Huanacopamba, entre Cusco y Tomebamba, nos hablan de la capacidad estratégica y organizativa de un imperio que en aquel momento era el más extenso de Sudamérica. Pachacámac, ciudad templo casi tocando al pacífico, nos da una relación ordenada de cómo las diferentes culturas se han ido sucediendo y eclipsando desde el siglo III hasta el ocaso del imperio Inca y los tesoros del Señor de Sipán nos dice cual era su ideario espiritual, su sentir en la vida, la sumisión de sus gentes y esplendor de los poderosos que se confundían con sus dioses.

 Exterior de S. José de Chiquitos. Bolivia. 2015

Una constante en las “ciencias andinas” fue considerar a los astros como dioses y los emperadores sus legítimos representantes en la tierra. El templo del sol y el de la luna ya están presentes en Pachacámac y la consideración a la madre tierra fue también uno de los motivos animistas más reverenciados: ¡es natural, eran culturas agrarias!
En su tradición oral se contempla el mito del origen que dice:
El sol, observó el estado esforzado y mísero de los hombres, y para aliviarles les creó una pareja semejante a ellos: el hombre y la mujer. A él le llamó Manco Cápac y a ella Mama Ocllo, su esposa y hermana. Cuando los tuvo delante les ordenó ir a civilizar a los pobladores de la tierra y les concedió un bastón de oro. Con este objeto se valían para ordenar los campos, valles y montes ya que tenía las propiedades de encontrar el lugar para fundar ciudades y templos los cuales habían de implantar el culto al sol.

domingo, 24 de mayo de 2015

El saber de los árboles en San Javier de Chiquitos




El abrazo. San Javier de chiquitos. Bolivia 2015

El saber de los árboles. 
Cualquier masa de materia ejerce sobre nosotros una influencia considerable, en algunos casos es determinante pero nos resulta desconocida. Su “radiación” es sutil, su “resonancia” imperceptible, su poder incontrolable y además se manifiesta de manera diferente en cada persona. En la mayoría de casos solo tenemos en cuenta su valor como referente en el paisaje, su cualidad protectora y valoramos cuando es beneficiosa si nos procura bienestar y maléfica si nos enferma o inquieta. Estoy convencido que los estudiosos y maestros en Feng shui tienen bases experimentales sólidas y saben lo que hacen. Pero el tema es difícil de controlar y es un territorio fácil para aquellos que se buscan la vida con la venta de principios exóticos y cháchara fácil.

 Cortes mecánicos. San Javier de chiquitos. Bolivia 2015
El feng shui utiliza el “aliento vital de la materia” cuyo flujo queda alterado por la orientación cardinal de los objetos, las formas y volúmenes que le circundan, la posición en el espacio y los cambios temporales. Pienso que todo eso es más o menos cierto: estoy convencido de que el contexto nos hace, pero todavía no tenemos medios plausibles para considerar las infinitas variables que se presentan. No podemos ni sabemos escoger la mejor posición, la orientación optima de nuestro lugar en el mundo. Además, estas fuerzas son tan leves que pueden contrarrestarse entre si o bien modificarse con la presencia de un árbol, la rotura de una roca o el movimiento de la tierra. Para estar orientado en la elección de un lugar para vivir, una buena opción es hacerlo allí donde la vida lo tiene fácil y el lugar proporciona seguridad: eso ya es una garantía...


Helechos.  San Javier de chiquitos. Bolivia 2015

 Líquenes.  San Javier de chiquitos. Bolivia 2015


Canchales. S. Javier. 2015
En ocasiones los grandes canchales, los soberbios pedregales, configuran un paisaje extraño y benéfico. Las rocas y cuevas han sido nuestro hogar durante millones de años y eso lo llevamos incorporado a la genética mucho más allá de la especie. Cada piedra, hueco, gruta, abrigo, tienen su propia imagen y todas juntas establecen en nosotros un discurso oscuro y misterioso. Lo primero que acude al pensamiento es qué hace aquello allí y como se han moldeado aquellas caprichosas formas. Después ves que aquel paisaje es parte de los restos del pasado, focos de resistencia que allí han mantenido su posición y han sido cobijo de muchas especies en situaciones diferentes. Son lugares con memoria, lechos naturales que dan cobijo a formas vivas.

El contexto del pedregal de S. Francisco Javier tiene todos los principios que busco en la naturaleza, el asombro y la fascinación ante aquellas formas durmientes, el misterio que se resiste a los ojos y el pathos dramático que destila el espacio.

 San Javier de chiquitos. Bolivia 2015

El lugar ya ha sido visto en la zona, especialmente por un escultor que ha hecho allí su hogar. Juan Bustillo se ha instalado en aquel enclave a sabiendas de que el poder de aquella propiedad rocosa influirá en su pensamiento. Es natural, las intuiciones siempre se alimentas de lenguajes ocultos. Allí los misterios se destilan, bañan cada día la atmósfera donde vive y se pueden hacer presentes en la obra si él es receptivo. Juan Bustillos percibe el poder admirable y dramático de los granitos y con ello templa sus expresiones. Cómo no ver la fuerza de los tendones que abrazan los canchales, cómo no aprender de los tensores hechos con las raíces de los árboles, cómo no sentir su abrazo cuando estos coronan la piedra y literalmente se encadenan a ella, como no ver como abren la roca con la complicidad del tiempo.

La grieta.  San Javier de chiquitos. Bolivia 2015

También han sido visto por gran variedad de plantas y han asumido la dureza de la existencia naciendo en una grieta. Allí se han hecho un rincón fértil y han aprendido a luchar para sacar los nutrientes y hacerse árboles poderosos. Las raíces tienen ojos, han mirado con atención como abrazarse a la roca, han aprendido a entrar en las grietas, buscar los apoyos, distribuir las fuerzas, tensar los músculos, abrir la boca y alimentarse de aquella roca abisal. Los árboles, una vez sujetos, suben confiados y cabalgan las piedras: sobre ellas se hacen robustos, frondosos y bellos.

Rebuscadas las grietas, los rincones y capilares húmedos, cada hueco pequeño es un lecho vivo que se expresa con todas sus posibilidades. En San Javier se han reunido y abrigado las fuerzas naturales y han hecho de aquel lugar un rincón único, un vientre fértil que se nutre con simbiosis generosas.