viernes, 31 de agosto de 2012

Conversaciones con El Chacal


Monumento nacional de la torre del diablo. EE. UU. Pensamientos de basalto y orden en las ideas...

Diálogos con El Chacal

Aclaración tardana: El Chacal ha adquirido la facultad del lenguaje y otras habilidades humanas que no enumero ya que son evidentes, por ello vale más lo que llega a decir que lo que oculta.

Pregunta: Rufino Mesa. Hola amado y bienquisto amigo: gracias por atenderme en estos momentos.
¿Cómo estas. Cómo quieres que te llame. Qué quieres decirle a Lucía?

Respuesta: Chacal. -Es un placer hablar con mi reflejo, para mi eres un referente singular y te admiro… 
Llámame como quieras; quizá puedes hacerlo como lo harías a un perro al borde de la tumba…
Mal… me encuentro vencido, cansado de esperar sosiego y demandar un segundo de ternura. Tengo temblores en la mano, hoy tomo muestras de tierra quemada, voces que vienen de los difuntos; ¡son restos de  carbonera! Presiento que en este suelo de barro y palma ella guarda el calor de siglos. Lucía, es la sonrisa tranquila de la madre eterna; ¡es la mujer que añoro! Como las plantas extiende el polen, lo propaga con el temblor de los pechos y la armonía de la cintura. Como Aurora, exhala por la boca las flores en primavera.

P: R. M. Qué le dices para que repare en ti, para que atienda tus demandas.

R: Ch. Le susurro entre suspiros de poniente, le venteo los ojos con aliento y le digo al oído: toma, coge el manojo de juncos, soporta el eje que ordena el centro, tómalo y cabalga enlazada en él, es el pilar que aguanta las vigas del cielo. Es de tu amado y lo traigo para ti, ¡intercedo en ello!
Es un regalo de la vida que penetra en ti y en un furtivo adiós se desgrana en la niebla de los días; como un sueño te humedece y después te posee en el rapto.
Por mi parte no puedo pedir nada, soy una figura de ficción entre el polvo en la calima del desierto. Pienso que con un beso amistoso quedará todo zanjado. No deseo nada para mi, sólo soy el mensajero y mi destino es morir después de la entrega del encargo. Mi existencia es renuncia cálida y veloz; ¡un cometido adeudado!

P: R. M. Cómo percibes su  falta de luz, su manera de razonar; su dependencia amorosa. ¿Crees que podrás modificar la dirección de su pensamiento?

R: Ch. No puedo, ni debo, ni quiero perturbar nada, solo decirle mirándole a los ojos; Lucía, eres un paño de porcelana que recoge el vaho de mi aliento, un prisma de cristal que refracta el color que viene del sol. Naciste más allá de nuestro tiempo y tu origen se une a la primera madre. Vienes de lejos, más allá de los prados placenteros del edén soñado. En mi mente se ha cultivado todo el sueño, cada palabra ha sido un tránsito precioso hacia un fin nunca esperado, ¡aquí lo dejo para tí! Pienso que los días largos ya han pasado y las noches se han hecho eternas mientras modelaba entre sueños tus senos de madre. De tu planta majestuosa ya solo tengo un leve recuerdo-

P: R. M. Creo que avasallas con tu manera de expresar el amor. Para que te atienda tienes que  musitar leve, quizá encogido como un reptil entre rocas... Piensa que ella mentalmente es una náyade, y tú un perro de presa que actúa por instinto. El amor te ha transformado, ahora tienes que ser más sumiso y humilde y ponerle cara de gato; ¡la has de seducir! En ocasiones tendrás que hacer sacrificios soberbios, heroicos, algo que la alague y vea en ti la figura legendaria. Tendrás que emular sus gestos hasta que se vea reflejada en tí. Haz como ella cuando escribía sobre las cenizas del amado, tú podrías hacerlo sobre la extensa piel del Sahel y dejar un rastro verde sobre la tierra. Las flores y los tallos tiernos empezarían a cubrirlo todo y tu falo podría llenar los surcos de semillas fértiles.
Se que tu baba es fecunda y allí por donde pases brotará la hierba, cantará la tórtola y pastará el alce. Te aseguro que si haces todo eso no habrá mujer que se resista a tus seducciones y si no hace caso después de semejante teatro de maravillas y despliegue de poder; ¡vaya hombre...! es que no merece la pena que suspires por ella ni un segundo.

R: Ch. Soy un chacal en el destierro y mi instinto me guía en un acto de procreación permanente. ¡Ay, ay, en un ay fui engendrado... Ay, anhelo el relincho de un caballito! (Metáfora de otras metáforas que aquí no se entenderán nunca) -

P: R. M. Sigues con la plegaria de un hechizado... caminas lentamente y vas dejando un reguero de semen que fecunda la arena; ¡no tienes remedio! Eres un semental perdido que escampa las semillas a boleo. Te aconsejo que voltees tus instintos, que modeles tu personalidad y abandones tu papel; deja ya la piel del mensajero entre las dunas y se tú mismo. Piensa que eres un saquito de esporas, cápsulas que el céfiro hace volar y cantar. De veras te digo que en seres como tu se tamiza la nueva raza…
Anda, dile al oído para animarla...
Te encintaré
Con trece maullidos
Gata sin dueño

¿Qué te pasa, hace un momento palidecías? Te he visto confundido con el Ausente y buscabas el movimiento de sus labios como un poseído… ¿Acaso te ha dicho lo que tienes que decir!
¿Porqué no contestas y sigues delirando, balbuciendo como un lelo, tienes miedo?

R: Ch. Miedo, no conozco esa emoción, ese rapto de los sentidos; ¡tu no me has dado ese espejo para mirarme, me has dado un pozo para abismarme y fenecer en la oscuridad.-

P: R. M. ¡Entonces, querido, desvaría cuanto quieras, delira mientras respires! Duerme en los desatinos hasta quedar rendido en el fondo, tendido en el suelo como una semilla que espera, inerte como un plastón de carne seca. Desvaría y dile lo que sientas...

R: Ch. Se que en la cueva de su vientre se oculta el lugar donde poder descansar eternamente y en esa su tierra fértil espero encontrar la paz y el relevo. Deseo adormecer las manos en el templo de los amantes y alertar los vigías que duermen con los pétalos encendidos.
 Tú no me duermes Lucía; ¡me desvelas! No ves el temblor de mis manos, día y noche sacudido por esa piedra de luz que metiste en mi cerebro…
 Amor, siempre estás con los ojos abiertos; ¿realmente estan turbados?
 Se que en tus pupilas umbrías se oculta un código secreto, ahora están ciegos a la luz del sol pero pronto lo verán todo, luminoso, trasparente y vital. Son como anaqueles rotos, estantes de la biblioteca de Alejandría. Son piedras que contienen un saber milenario y con la luz de los neutrinos hacen el nido de la ilusión perenne. Eres el chasquido sensual que señala una cadena infinita de encuentros, siempre presentes como las flores, como el relevo exigente en la vida, como el cordón que une el nacimiento y la muerte.-

P: R. M. ¿Eso le escribes sobre la arena? ¡perro, hijo de chacal y nieto de coyotes!
¿No te da vergüenza ser un menguado, un falicorto?
Porqué lo haces con el cúbito de un faraón en la mano: ¿no has encontrado otro bolígrafo más vulgar?
Así modelas las palabras mientras cuentas las horas perdidas y evaporas con el sol las lágrimas derramadas; ¡tu situación es lamentable!
Hoy seré un lector complaciente y por todo lo que me has regalado y ahora me ofreces; ¡te perdono y te absuelvo…! Como un anunciante enfiebrecido dejas caer palabras dulces, dolorosas y descarnadas; ¡por todo ello te perdono y te absuelvo…!
Las cincelas en el plano modulado del polvo, en ese tapiz que el viento borra al instante. Por ese detalle tan efímero y tan dado a la renuncia de la belleza; ¡te perdono y te absuelvo…!
Entonces constato que las vuelves a sembrar. Como semillas cultivas las palabras; eres persistente y por ello ¡te perdono y te absuelvo…! Las hundes en el surco, las ocultas en la zanja que abres con tú hueso erecto sobre la arena y la riegas con el Icor que emana de tu falo; por ese juego inusitado y sorprendente, casi celestial; ¡te perdono y te absuelvo…!

 R: Ch. Rufino admirado, ese páramo de soledades me consuela; ¡a ella la mortifica! Allí suenan las voces de sementera, me hablan los rayos del sol y como a ti en el Fénix; ¡me enloquecen los versos redactados, alzados y difundidos por las campanas!-

P: R. M. No me respondes: cantas una letanía sin rumbo, día tras día entonas una plegaria sin consuelo. Parece que Lucía es ciega por voluntad propia, pero es normal que no te entienda. No puede hacer otra cosa que estar sorda a tus plegarias; sin proponértelo nos conduces a la piedra de la locura…
Una y otra vez vuelves a tu cantinela perezosa y haces sonar tu voz con timbre de torrecilla destartalada. En el fondo eres igual que Lucía, sois piedras que ruedan por la pendiente; ¡no tenéis gobierno! El tema no está en rodar en el libre declinar; lo que has de hacer es invertit la gravedad y subirla a pulso hasta la cima, allí os encontrareis en el lecho de la eternidad...

R: Ch. Ya no importa subir o bajar, me consumo en la tumba del pensamiento, me escondo en las sombras de la mente, allí queda absuelta la oscuridad luminosa de la idea, el eterno resplandor del pasado.
El amor es viento efímero y se confunde en el canto. Todo queda aquí, inerme entre palabras, pero en los tímpanos resonará siempre. Escucho una voz mineral y le comunico la plegaría antes de dormir.
 ¿Cuantas voces oculta el bronce entre sueños?
¡Cuantas semillas esperan la primavera!-

P: R. M. Cuando hablas, dejas por sentado que la vida es un juego terminal y que sólo merece la pena los momentos pletóricos de sentido, el resto son despojos. ¿Para qué sirve la boca si no es para besar cerezas, para beber los jugos del placer y modelar el verso…?

R: Ch. Las quimeras imposibles son despreciables, si no hay respuesta prefiero vivir los fuegos de artificio en mi mente, por ello grito, que salte en pedazos mi cerebro, que explote como lo hace una sandía con una granada de piña en el centro.-

P: R. M. Siempre tuviste en la cabeza que la fuerza del amor puede enmendar todos los males. Por desventura, entre tus desvaríos revoloteó otra vez la presencia del amor sagrado; ¡quizá este fue el origen de tu tarea como Chacal!

R: Ch. Soy irreal, bien lo sabes: un muñeco gobernado por la mente de Gregorio Bermejo… El amor sagrado es literatura, otro sueño dentro el sueño… Ni siquiera conozco el profano, sólo me mueve el instinto y con él me cuelo como puedo entre las palabras del relato.

P: R. M. Pienso que al principio sólo tenías un compromiso determinado, marcado por ti y apoyado con el silencio del Ausente; ¡entregar el mensaje y adiós, muy buenas! Cumplido el mismo volverías a ser libre para hablar por tu boca. Tu deber  está cumplido, has llegado hasta el final y entonces vas y la lías con tus disfraces de comediante.
¿Porqué te transmutas en el amante de arrayanes y juegas a las pasiones amorosas?
¿Porqué confundes los sentimientos y te pierdes en ellos?
Claro que nada es grave, hay muchas maneras de refundar las tierras baldías.

R: Ch. Si ella está formada del mortecino hálito de los suspiros, de las plegarias de río, yo las tomaré como soplo vivificador y las guardaré en estuches de cobre como semillas salvadoras. No deseo nada más, el resto es forraje de invierno, pienso de dramaturgos.-  

P: R. M. Por este motivo te comprendo y veo que ahora pones más cuidado en las señales que despliegas. Haces más énfasis en el cruce de los nombres; no deseas pronunciar la palabra, ¡amor! ¿Piensas que es una cursilería y lo puede teñir todo con el color de la derrota?
Leo en el temblor de tus labios y nos confundes, en ellas emites otras voces; ¿es para engañarnos, para humillar nuestra debilidad y dejarnos desamparados?

R: Ch. Mira cómo me consumo, cómo me crujen los huesos, ¡mira, todavía sigo herido…!

Entre las dunas
Alboroto de hienas
Que me muerden

P: R. M. Pensaba que las pasiones amorosas eran las que movían el mundo, eran las que  podían cambiar el caudal de todos los ríos. Ahora te entiendo, eres el ardor que agoniza y sólo en la consumación sobrevives; ¡fuera de él feneces!
Eres la pasión que merece la pena ser invocada, con dignidad asistida. Desprecias la cadena de la fidelidad y te entregas a las pasiones furtivas.

R: Ch. Soy el fragmento doloroso de una leyenda; ¡la victima!


En la mente
Una piedra maligna
Me atormenta

P: R. M. Entre tus manos contemplo el nardo erecto; ¡es un báculo admirable! En tus ojos trasluce el deseo encendido. Exhalas aliento como polvillo de oliveras; en tus labios formas el beso de Eros y absorves el aliento de los amantes. En tus mejillas reverbera una imagen clara.
¿Es ese el rostro de la víctima? Qué vas a hacer, tienes poco tiempo y la decisión ya está tomada…

R: Ch. Sí, ya está tomada: qué más da ser o no ser correspondido. ¡Me pondré su perfume!-

miércoles, 29 de agosto de 2012

El necro-litos


A Safiya, Piedra que pende sobre nosotros, Los Monegros.  2006 Colabora: Mar Sanchez

El necro-litos
El Chacal, antes el amante de arrayanes, sufre el desamor de Lucía. Recorre las llanuras del Sahel y exclama en el abandono. Aúlla sin esperanza alguna y hostiga las tinieblas con un palo. Sabe muy bien que aunque Lucía le envía besos suaves y tiernos, aunque escucha sus plegarias y dice que son un lenitivo a su dolor, él es una escusa para ella, lo observa en cada gesto que le dedica y está acoplado a su destino como algo inevitable. Hasta ha manifestado su conformidad en sustituir al Ausente y ponerse el perfume que no le pertenece. Él es leal y cumplirá el compromiso asumido y como siempre, pagará cantando el tránsito por la vida. Dice para sus adentros.

-Con la soledad se finiquita el importe debido; ¡así se desvanecen los sueños!-

Para ti, amor,
tan sólo la llorona
canta de noche

Con las palabras amables y amorosas que ella le enviaba hizo un hatillo y lo guardó con celo en el interior de la piedra, justo donde antes él había grabado su nombre. Primero la llamó Mirto-litos, piedra de mirto o caja de luz, pero al final, al ver el rumbo que tomaba la situación, se vio obligado a cambiar toda la trama de los relatos. Cayó en la cuenta que era mejor dejar las cosas como estaban, Lucía era un diamante engarzado en alianzas del pasado, por ello decidió llamarlo Necro-litos. (piedra muerta) No supo donde esconderla y al final la ocultó en el lóbulo lateral izquierdo de su mente; ¡allí quedó en el olvido!
De esta manera se han dibujado los destinos de estas personas cargadas de sufrimiento y renuncia; ¡todavía se desconoce el final! Nos encontramos delante de una historia que se ha desgranado entre palabras, que podía terminar de manera alentadora, pero ahora queda suspendida, frustrada y rota en un mundo tan necesitado de consuelo.

Tu no me quieres
Juegas como el aire
Entre suspiros

Como acabo de anunciar, él lleva en la mente el necro-litos, la piedra necrosada que lo determina, lo hace sufrir y a su vez apacigua el fiero dolor del mundo. Sabéis también que en su interior oculta el nombre real de Lucía ( ) y los recuerdos amables que se han gestado entre ambos. Pero ella desconoce el tema, no sabe la utilidad práctica de toda esta litúrgica, aunque en su día lo sabrá. Conocéis el hecho de que el Chacal le dio una pequeña réplica para que tuviera cercano el eco permanente del mirto. Es un objeto simbólico que ella ignora y seguramente ahí ha de quedar; ¡una señal más en el olvido! Aunque ahora, después de la recaída de Lucía, se han avivado los significados y cambiado el sentido de los relatos. La piedra irradia aliento benefactor, proporciona confianza y al tiempo hará que las cosas tomen el rumbo debido. En el momento de la entrega no se enteró y es posible que aquella humilde piedra blanca con manchitas rojas continúe extraviada en el bolsillo de su pantalón.

Toma la piedra
Es el espejo fiel
De mis palabras

No obstante piensa que no todo esta perdido, ella lee los relatos con suma atención y hace esfuerzos considerables para encontrar el significado de mensajes que se escapan a la razón de cualquiera. Realmente se trata de un galimatías indescifrable, por otro lado, hay demandas que Lucía no puede cumplir por el momento. Algunos conceptos, los más importantes, quedan encriptados, ocultos como las hojas quedan camufladas en el bosque. Otros, los indiscretos, son los que la hieren directamente; ¡es un tema sumamente delicado! No obstante, ella busca algún valor aplicable para solucionar su aflicción y tiene en la mente la despedida del Ausente con los honores debidos.

Hoy te esperaba
Entre los crisantemos
Clama el adiós

Lucía vivía la dependencia amorosa como un estado de autentica verdad; ¡es una situación sin consuelo! Vive en un litigio permanente consigo misma y le falta confianza para poder avanzar en la vida. No encuentra gran cosa fiable en el contenido encriptado de las antífonas, tampoco en lo que puedan destilar estos textos. Emocionalmente lo puede compartir pero no consigue descifrarlo y menos reanimarse en él. Por otra parte, no cree en los símbolos, no cree en Dios, sólo cree en sus propios sueños y en las vivencias del pasado… Todo esto lo dice pensando en voz alta, casi a gritos, lo hace así para ratificarse en su posición de firmeza.

-Los sentimientos lo son todo, la razón es café frio, ¡con ella sólo se pueden hacer cálculos inocentes y pastelitos de anís!-

Hay momentos que le es indiferente la luz del sol, no cree en nada y se desespera entre contradicciones. Seguidamente puede representar una cara totalmente nueva y también, sentir como nadie la certeza absoluta en el rostro de la muerte. La vive como algo reversible; ¡así espera el retorno del amor perdido! Precisamente ella, la que sabe que el pasado ya no es nada y piensa que sólo es dolor en el recuerdo, se niega a avanzar i se refugia en el duelo.
Lucía se resiste a aceptar lo irremediable, a despedirse definitivamente y así poner las cosas en su lugar; ¡el Ausente lo súplica en las sombras de su rostro!

-¡Por favor, déjame marchar!-

Le dice también usando intermediarios que ella no quiere escuchar.
Lucía tiene un rostro bello pero lo ha cambiado por otro sin pensarlo; ¡ahora es una mascara dolorosa que actúa por instinto! Sin saberlo se encuentra fundida en el poder de su nombre; el coraje, y este poder femenino se oculta en la letra que la describe. Hoy es una voz oscura en el alma de una piedra terminal. Es un poder que se enlaza a los misterios del mundo pero ella lo desconoce y por lo visto no llegará a entenderlo nunca. Lucía tiene el valor de perder la luz de los ojos por un amor imposible y taparse los oídos para llenarlos con murmullos arrancados del sueño; ¡no contempla otra realidad que la que dibujan sus manos!

Te suplicaba
 Con los dedos escribí
En tus cenizas

No obstante la turbación, su obsesión y temor, advierte que el Chacal tiene bajo los pies la firmeza de la losa de los lindes y en su boca se destilan palabras que delatan las presencias del misterio. Le oye cantar cada día, ahí se encuentran en una letanía permanente…

-El mundo es ilusión y la vida es un juego transitorio. -

El Chacal delibera entre verbos obtusos y dice que con ellos refunda el sentido de la existencia y la hacen estable. Es por este motivo que construye los alegatos y los ordena con el cuidado de un jardinero. Modela el discurso letra a letra, como cincela un orfebre un girasol sobre una plancha de cobre. Igual que el escultor infunde sentido a la piedra; golpe a golpe, él imprime en el discurso el poder del creador. Así dibuja la realidad con la leve evocación del verso.
Dice que la voz es la esencia invocada, esa es su verdad y se ilumina en el instante que toma cuerpo de hombre. Junto a la acción de las manos, las palabras son el aderezo dulce que fertiliza los campos y piensa que con ellas se puede seducir el corazón humano. También sabe con certeza que la destilación de las mentes, el fruto del pensamiento en la obra, es la parte esencial de la belleza del mundo.
Afirma que todo aquello que permanece se hace memoria y queda como sentimiento que se mece en el tiempo. Al final del itinerario del ser sólo eso cuenta y merece la pena ser vivido. Por último se comporta de manera cruel y afirma que si hace falta quemar los labios, los ojos y las manos, se queman; todo ha de ser sacrificado por un cometido que eleve el sentido de la vida.

Para Lucía la mirada que se vierte sobre lo real lo es todo: para ella, una piedra pequeña, diminuta, sin sentido, está perdida en un cajón; ¡no significa nada! Para él, ahora es una idea cargada de tragedias, una réplica del corazón herido, el latido mortecino del mundo; es un dolor endémico que anida en su mente.

Sobre la mano
Duerme el símbolo
Nace el saber

Esto decía a la vez que dibujaba una incisión invisible en el aire, una garabato indescifrable pero lleno de emoción. Entonces la piedra tembló una vez más y empezó a rebosar luz irradiante en el lóbulo lateral izquierdo de su mente.
El encuentro entre los dos era imposible, un abismo se abría y ahondaba la tragedia. Ella miraba el pasado, cabalgaba con el caballo invertido y cogida del rabo. Él se despidió con un gesto leve, marchó en silencio y no supo decir nada más

Lucíala no llegó a entender que pasaba…

-El verbo se hizo carne y la piedra sentimiento…-

Esta frase no entra en los anaqueles de la razón, sólo es posible entenderla en las penumbras de la fe y en el oscuro poder de las emociones. Para Lucía representa la fuerza del deseo y el reencuentro con el jardín perdido. Es una frase crepuscular que ampara muchas lecturas, entre ella el renacimiento espiritual. Para algunos es un señuelo para niños, para otros es la revelación del misterio, el camino a la reencarnación. Para el Ausente ya es el prado que se prolonga más allá de sus suspiros. Para el amante de arrayanes una esperanza cargada de melancolía, para el Chacal la puerta que da acceso a los espacios del silencio y para mí, Gregorio Bermejo, un recurso literario…
Con todo esto él llegó a pesar y exclamar otra frase obvia, transparente, y seguidamente otra obtusa e impenetrable. Al final terminó con una sentencia que encadena el juego libertino de las palabras en un discurso absurdo y despiadado…

-¡La luz del amor es una expresión comprensible hasta para los más ciegos!
Lo que cuenta en la vida es como de él se arranca el saber, como se forman las canciones y los maullidos agónicos de las calimbas...
El desamor nos lleva al sacrificio; ¡en esta historia se hace obligado! La piedra de la razón es ahora temblor maligno y crece imparable.-

Él podía entender las dos realidades y la sentencia final también. La palabra germinal y fecunda del amor (en la obra se encuentran las dos) y el dolor y la soledad del creador. En los dos mundos se encuentra la tragedia humana, el inicio y final de todos los procesos vivos. Son las caras de Jano que se alimentan mutuamente, la puerta de entrada y salida de todas las situaciones. Son vasos comunicantes que nos interpelan y nos dejan sentados entre el anhelo de gloria y las heridas del infortunio. A su vez, afirmaba que en los dos lados se daba la relación posesiva, temerosa y egoísta. Afirmaba que el amor crea el impulso que mueve el mundo y con él causa dolor, inseguridad, dependencia y desconfianza. ¡El amor mata!
La pasión amorosa tiene muchos rostros, seguramente Afrodita presenta el más simple y Apolo el más complejo; las dimensiones humanas del saber. El dios Jano y Prometeo tienen sus atribuciones, las máscaras de los días, el inicio del tiempo y el final del mismo, todo queda registrado en el pensamiento humano y él es el que da entidad al ser y da significado a todo lo que hace.
Cada persona tiene su propia configuración del hecho amoroso y en realidad, cada persona se ama así misma, el otro es el objeto de su dependencia amorosa. Queda anotado que es un tema que hace mover los engranajes del mundo y con esa gravedad el Chacal quiso hacer una tesis sencilla, comprimida en tres versos:
En mi se cela lo que de ti deseo.
En ti jadea el sol por un instante.
Los lazos que nos unen son eternos.

lunes, 27 de agosto de 2012

Entrevista a Gregorio Bermejo


Capilla para pisar confiado. 320 x 190 x 170 cm. Piedra arenisca de Osona. La Comella. 2007

Entrevista:
Rufino Mesa, Gregorio Bermejo

Pregunta: Rufino Mesa. Buenos días Gregorio: gracias por la correspondencia mantenida y por concederme esta entrevista; es un privilegio que no te podré pagar nunca. Pienso que tus cartas son documentos valiosos, contienen respuestas y han sido útiles para el lector y por ello me he animado a hacerte una serie de preguntas. Estoy convencido de que serán argumentos que activarán favorablemente el final de los relatos.
Quién es el Chacal y dime: que motivos has tenido para escoger un perro como segunda figura en los relatos de Lucía.

Respuesta: Gregorio Bermejo. Este personaje ya es bien conocido en la literatura y suele presentar todos los perfiles humanos bien definidos. Ha sido nombrado así por su valor y por su lealtad y al final de la historia su sacrificio cobrará un relieve extraordinario. Ahora tiene dolores permanentes en el lóbulo izquierdo, es parte de la trama simbólica, del nudo de la cuestión; asunto que no revelaré por prudencia. Sólo puedo decir que el dolor es como  una piedra que se agita y amenaza con reventar en cualquier momento. Cuando está sufriendo el mal es incapaz de pensar nada, solo presiente un desmayo y sin mirar contempla la luz cegadora. Es un tipo de dolencia que desconoce el origen, no sabe las consecuencias y más aún el devenir que le tiene reservado.

P: R. M. Lucía está expectante, se podría decir que cada día le ha llegado la voz del emisario.  Él se desdibuja en las presentaciones, aparece como el enviado al que dictan el mensaje. ¿Es el Chacal un mediador, un nigromante, un impostor, o es un seductor que anhela sus favores y lo que hace es envolverla con palabras?

R: G. B. Es un personaje poliédrico: sabéis que en ocasiones se presenta como el narrador, en otras es el Amante de arrayanes y en muchas historias habla y dice lo que le viene en gana. Se trata de un alma libre que indaga para vivir en los límites del conflicto. Es una figura valiente, atrevida, sin compromisos que lo encadenen y en cierta manera paupérrima. Es un ser que está más allá de las formas y las convenciones sociales. En algunos casos se hace ver como médium pero, la verdad sea dicha, no es creíble; ¡es un sofista con mucha imaginación!

P: R. M. Pienso que el fallo en el juego que practica está en los enlaces, en como se transmuta en el otro. Sus tretas son tan reales que no sirven de señuelos y ahí queda su personalidad desdibujada y atrapada. Si no es creíble se desmonta al instante y arreglado
La falta de claridad abruma al lector y el riesgo de ser desenmascarado se hace evidente. 
¿Él lo presiente cuando se transforma? ¿Sabe que lo pueden descubrir en una palabra a contrapunto, que se pierde cuando lo sacan de contexto? ¿Intuye que puede ser revelada su impostura?

Recuerdo que esa posibilidad la admite en esta antífona y no obstante sigue el juego. Abierto al devenir como siempre dice...
Una mentira
Adorna mi sombrero
Cada mañana

R: G. B. El Chacal se construye así mismo y las jácaras le ayudan a mirarse, son fruto directo de las respuestas de Lucía. Él juega con una parte importante de la realidad, los encuentros con ella son verbales y en ocasiones ha constatado que una sola de sus palabras puede teñir todo el significado de su voz. Por otro lado es un creador convulsivo, su mente no tiene límites y se monta y desmonta a capricho con especial habilidad.
Rufino presta atención, escucha bien lo que te digo, es muy importante este detalle…
Un día intentó definir el misterio al final de una antífona; hablaba de una piedra en forma de huevo. Fue entonces cuando una paradoja inesperada se formuló en su mente y una idea diminuta se hizo tumoral. El hueso del pensamiento se abrió y le hizo bifurcar los caminos trazados, entonces detectó que estaba llegando al final de la vida. En aquel momento ocurrió una tragedia mayor que la que presenta esta historia. Resultó que aquel dolor punzante, aquel que se inició junto a Lucía, empezó a producir calor, mareos, frío…  a su vez, una fuerte luz le iba borrando los recuerdos.

Ante esa realidad se repliega y responde de manera absurda, no lo hace por cobardía, le está afectando el pensamiento. En los días impares él deja crecer su malestar; no puede hacer otra cosa. Habla como aquel que no dice nada, y musita cuando ha de callar, así de sencillo, y en los días pares hace lo mismo. Se rinde ante las sugerencias de Lucía, se cree sus historias y se recrea en ellas para hacerlas posibles.
Dice que una idea es una semilla que mañana será espiga, con esto te lo digo todo… Se ha identificado tanto con la voz de Lucía, con sus objeciones y caprichos, que ama su dolor, lo presiente y a él se arroja sin prevenciones. Mira lo que le dice…

En la tragedia
Convocas mi destino
En un instante

P: R. M. ¿Porqué cambia de personalidad?
El otro día llegó a sus oídos el eco de El amante de arrayanes; es curioso ya que en ocasiones queda transmutado en él mismo. En otras le seduce la idea de encontrarse con Lucía y desplegar en ella un rosario de caricias. Quiere verterse en su cuerpo como un animal en celo.
En los momentos más auténticos se conmueve de dulzura, en otras, con un aullido estremecedor deja tiritando el suelo y se vislumbra el inicio de un camino tortuoso, inesperado y sorprendente.
¿Piensas que al final habrá encuentro, el amor será posible? ¿Quién guía su destino cuando dice?

Si he de morir
Lo haré complacido
En mi voluntad

R: G. B. La situación con Lucía se va tensando día a día, la verdad es que no puede fundir el discurso en una sola voz y queda a merced de los impulsos que ella le produce. Por añadidura, recuerda que es una figura de ficción, está movida por mi voluntad y su boca también está cosida al propósito general del relato. No obstante, en ocasiones también a mí me sorprende, él tiene recursos independientes, me lo ha demostrado en la complicidad con la noche cuando afirma.

Como el lobo
Entre oscuridades
Mudo la piel

Es perspicaz y me dice que he de introducir más acción a los relatos, hasta me sugiere escenas pasionales, persecuciones, raptos y enlaces salvajes en el lecho. Me insinúa que el cansancio y el hastío puede ser un peligro para la historia, por ello quiere provocar el encuentro apasionado con ella y así activar al lector en el arrebato amoroso.
No puedo atenderle, tengo un deber que cumplir. Por su parte el dolor persiste y está herido. Aquí él es autónomo y opta por crear una trama de múltiples caminos, senderos que se encontrarán al final del desenlace. Ahora no me queda otro remedio que precipitar los acontecimientos, tengo que terminar la historia como sea. No estoy cansado, sigo pensando que sus diálogos son enriquecedores y me emociono cuando me dice casi llorando.

Dentro del hueso
Este dolor estanco
Me martiriza

P: R. M. Crees que Lucía desconfía, piensa que es un impostor, un hereje y un posible traidor. Qué se trata del mismo personaje de todas las tragedias, un ser travestido con las máscaras de Jano, o bien no puede pensar, sólo puede sentir y desgranarse en el duelo junto a ella. Es decir: ¿sin Lucía él tiene sentido?

R: G. B. No, por separado no tienen sentido ninguno de los dos. Para hablar alguien tiene que escuchar y él tiene dotes de oyente.
Habitualmente ella piensa que es leal, por otro lado está necesitada, demanda que alguien recoja sus quejas y de curso a sus plegarias. Otras veces distingue su rostro profundo, sus debates en la noche y observa que es persistente como un corredor de fondo, que se trata de un ser especial que compite consigo mismo y transita la oscuridad como ella. Un estepario que atraviesa el desierto y lo hace sin más compañía que su propia soledad; ¡ahí se encuentran los dos! En contadas ocasiones, ¡son las menos! piensa que quizá escucha voces errantes y las transcribe para ella; esta es una posibilidad remota que la tiene expectante. Escucha lo que le llega a decir…

Ya no te creo
Lanzaste tantas bolas
En la bandeja

P: R. M. Sobre esto quería preguntarte, la bolas en la bandeja; ¿son la viva imagen de sus ojos? ¿Empieza Lucía a amar la monstruosidad que él representa?
Tú eres el autor de estos relatos y en ellos dejas caer la ambigüedad del narrador. ¿Es intencionada la estrategia del desconcierto?

R: G. B. Sí las bolas hacen referencia a los ojos y recoge la creencia de que los seductores atrapan por la mirada; ¡acopian la ceguera de las almas!
El desconcierto: yo también soy espectador, los relatos crecen ante mis ojos y me construyo con ellos.
Intencionadamente conjugo cierta confusión en los personajes, pienso que es la manera de aumentar el desasosiego y propagar el enigma con fuerza. Pero el caos es creador de nuevas realidades y casi siempre me dejo llevar por él. En sus torbellinos fermentan ideas nuevas, estas me cautivan y en sus agitadas levaduras dejo caer mis propias quimeras. Estos delirios se los paso al Chacal, entonces enloquece y grita como un poseído; vocea con el pecho amplificado…

-¡Más vale locos que tontos! ¡dale fuego al chaparral! y ¡entre más torcido mejor cave...!-

Es la manera de mirar y entender el mundo que he preparado para él. Por este motivo lo presento en el fondo del pozo del dolor y hasta allí desplaza una queja permanente; ¡allí queda su voz amplificada! Pienso que son rugidos de un hombre cansado, afligido y mal pagado, gritos hirientes dentro de un caleidoscopio. Su pensamientos se ha fragmentado, es como un juego de espejos replicantes que le producen mareos. Me pongo en su lugar y siento los efectos. Percibo los sonidos que rebotan y se cruzan en su mente y también sufro las luces y sombras que en él se alimentan al infinito.  Así lo martirizo hasta que exclama rendido.

Si tu lo dices
Caerán de mis manos
Los oropeles

P: R. M. Manejarle en el caos puede llevarle a la locura y a ti al abandono. ¿Tienes algunos hilos tensados y fijados al suelo. Estáis cansados…?

R: G. B. Los dos estamos al borde de la extenuación y los dos sufrimos el mismo mal. No obstante hay una diferencia: él tiene el destino diseñado, yo no… Ese es un hilo fijo, invariable, fundamental…
Yo soy el artífice y muevo los hilos, sobre el papel conduzco el capricho y el devenir. Puedo hacer una historia interminable con los matices que aportan mis comunicantes, cada día es una aventura nueva.

Para modelar los cambios que Lucía ha de experimentar, he pensado que el Chacal ha de construir un laberinto de palabras indescifrables, un amasijo de símbolos que podrán confundirla o sacarla de la tragedia de una vez para siempre. He pensado que el motivo de su interés ha de ser simple; su ceguera y su pasión amorosa. Por debajo se encuentra la capacidad para experimentar el duelo de manera heróica; eso es lo que le ha seducido.
En las conversaciones que tiene con ella advierte que su mente es una lucerna, un hilo de inspiración pasional que desea guardar; con cuidado recoge sus voces en cajitas estables. Su cuerpo es desconocido para él, sólo lo ha poseído en sueños; suficiente para sentir que es el hogar que añora. La ceguera de Lucía y la manera de sacrificarse para conseguirla lo asombran. Le fascina como ha obtenido el favor de la oscuridad. El desprecio por la vida y el placer que extrae del dolor lo mantiene anhelante. En ocasiones también lo hunde en la agonía. No puede pasar ni un segundo sin pensarla y las horas del día son pocas para tenerla presente…

P: R. M. Quién es el Ausente y que representa el Chacal como su espejo.

R: G. B. Para hacernos una idea de la figura psicológica que ella ha creado entre el Ausente y lo que representa el Chacal, tenemos que centrarnos en la figura de Anteo y Hércules. Si conseguimos entenderlo averiguaremos un matiz significativo de estos relatos. Es muy conveniente que Lucía esté también atenta, ella conoce mejor que nadie el motivo de su perversidad. Pienso que también ha de colaborar en sacarse el dogal y empezar a respirar aire nuevo.
El Chacal como Anteo eran hijos de la tierra (Gea) y del mar (Poseidón) Conocemos el mito que dice que Anteo era invencible si sus pies tocaban el suelo. Sabedor de este detalle el Chacal utilizó una escultura que demanda tener siempre los pies sobre la roca y así recibir la energía por los pies como los árboles. Entre sus rivales estaba la figura de Hércules (El Ausente), que averiguó que el punto débil de Anteo era cuando perdía el contacto con la tierra, cundo era arrancado literalmente de raíz. Averiguó que en esa posición, su madre (Gea), no podía darle energía y entonces Anteo (El chacal), moría asfixiado por el abrazo mortal de Hércules…
Aquí he de señalar que Lucía es cómplice de la muerte simbólica de el Chacal...

P: R. M. ¿Porqué la mitología en estos relatos?

R: G. B. Por una fotografía que así lo demandaba; son las voces y gestos de Lucía las que ordenan algunos tramos de la historia. Por otro lado hay que conocer otros detalles que no puedo delatar, él recibió un mandato inesperado; ¡eso es todo lo que puedo decir y es demasiado! Fue en el momento de hacer un retrato con luz mortecina, el silencio lo llenaba todo y una paz interior se abrió para recibir el encargo. Cayó en él como un deber ineludible. No fue una carga o una expiación, fue una delegación ajustada a lo pactado, un riesgo que quiso asumir al instante. Él también estaba necesitado y tenía demandas pendientes que Lucía podía asistir si sus ojos volvían a disfrutar del beneficio de la luz.

Este grial de los inocentes es anterior al inicio de los relato y dan fe de lo que digo...

Se muy bien que no somos culpables de nada y también,
que me someten palabras poderosas para honrarte.
Se que no hay recuerdos claros en la memoria,
y sobran días de desesperación que
ayuden a caminarlos.
Como el mirlo,
ahora 
dormido,
en la exigua
luz que desprendes,
te espero con los ojos abiertos.

P: R. M. El chacal tiene presentimientos secretos; ¡desvaríos! Él cree que puede hablar con los habitantes de la noche. Como hacen los nigromantes, puede traer  mensajes del otro lado de la vida y hablar con los muertos. Aunque no parece muy dado a los actos de fe, menos aún a creer en supersticiones, ¿en realidad lo presentas con poderes de adivino? ¿Qué quiere decir en esta antífona?

Entre las cañas
Leo los pensamientos
De los difuntos

R: G. B. Es una atribución engañosa, él es un descreído pero le seduce el misterio. Susurra premoniciones entre corredores oscuros, los alumbra con los presentimientos y saca conclusiones al instante; ¡es un embeleco!
En ocasiones lo plagia de ti, de tus acciones pasadas, de tus metáforas de piedra, de tus acciones y relatos en: Fénix o la ciudad del sol. Te emula cuando se pone delante de una cámara de vídeo y deja caer en sus disertaciones, sus aullidos y murmullos.
Como autor deseo que se reconozca en él mismo, que se encuentre imbuido por un sentido metafísico, una fuerza que le haga presentir la realidad que ha de venir y la exponga de manera clara y ordenada.
Ahora bien, él no cree en lo real pero el mundo se proyecta sobre los claros muros de su mente. Lo curioso del caso es que sus observaciones casi siempre se cumplen…
Se atreve a afirmar…

De la cieguita no quedarán rastros evidentes en sus ojos.
 El chacal tomará sus sombras entre los dedos y las hará luz.

De esta manera divide el plano de lo real. Descansa un instante y cambia el tiempo verbal para seguir con el discurrir libre del pensamiento.

Para protegerla tras un fuerte muro, toma la palabra
y como perlas, deja caer un rosario de sonidos.
Del pensamiento germina una imagen fresca
y en el suelo, queda fundida al instante.
Dijo: !tienes muy frías las naranjas!
 Sí amor, si quieres tómalas
hasta dejarlas dormidas.
Un cesto de mimbre,
y una copa de
cerveza
con
crispis
bastó para
arrancar las piedras
que darían fin a la batalla.

Así empezó el amor sensual de las semillas.

R: R. M. Muchas gracias Gregorio, ya hemos terminado…

La Comella. 27-8-012