lunes, 27 de agosto de 2012

Entrevista a Gregorio Bermejo


Capilla para pisar confiado. 320 x 190 x 170 cm. Piedra arenisca de Osona. La Comella. 2007

Entrevista:
Rufino Mesa, Gregorio Bermejo

Pregunta: Rufino Mesa. Buenos días Gregorio: gracias por la correspondencia mantenida y por concederme esta entrevista; es un privilegio que no te podré pagar nunca. Pienso que tus cartas son documentos valiosos, contienen respuestas y han sido útiles para el lector y por ello me he animado a hacerte una serie de preguntas. Estoy convencido de que serán argumentos que activarán favorablemente el final de los relatos.
Quién es el Chacal y dime: que motivos has tenido para escoger un perro como segunda figura en los relatos de Lucía.

Respuesta: Gregorio Bermejo. Este personaje ya es bien conocido en la literatura y suele presentar todos los perfiles humanos bien definidos. Ha sido nombrado así por su valor y por su lealtad y al final de la historia su sacrificio cobrará un relieve extraordinario. Ahora tiene dolores permanentes en el lóbulo izquierdo, es parte de la trama simbólica, del nudo de la cuestión; asunto que no revelaré por prudencia. Sólo puedo decir que el dolor es como  una piedra que se agita y amenaza con reventar en cualquier momento. Cuando está sufriendo el mal es incapaz de pensar nada, solo presiente un desmayo y sin mirar contempla la luz cegadora. Es un tipo de dolencia que desconoce el origen, no sabe las consecuencias y más aún el devenir que le tiene reservado.

P: R. M. Lucía está expectante, se podría decir que cada día le ha llegado la voz del emisario.  Él se desdibuja en las presentaciones, aparece como el enviado al que dictan el mensaje. ¿Es el Chacal un mediador, un nigromante, un impostor, o es un seductor que anhela sus favores y lo que hace es envolverla con palabras?

R: G. B. Es un personaje poliédrico: sabéis que en ocasiones se presenta como el narrador, en otras es el Amante de arrayanes y en muchas historias habla y dice lo que le viene en gana. Se trata de un alma libre que indaga para vivir en los límites del conflicto. Es una figura valiente, atrevida, sin compromisos que lo encadenen y en cierta manera paupérrima. Es un ser que está más allá de las formas y las convenciones sociales. En algunos casos se hace ver como médium pero, la verdad sea dicha, no es creíble; ¡es un sofista con mucha imaginación!

P: R. M. Pienso que el fallo en el juego que practica está en los enlaces, en como se transmuta en el otro. Sus tretas son tan reales que no sirven de señuelos y ahí queda su personalidad desdibujada y atrapada. Si no es creíble se desmonta al instante y arreglado
La falta de claridad abruma al lector y el riesgo de ser desenmascarado se hace evidente. 
¿Él lo presiente cuando se transforma? ¿Sabe que lo pueden descubrir en una palabra a contrapunto, que se pierde cuando lo sacan de contexto? ¿Intuye que puede ser revelada su impostura?

Recuerdo que esa posibilidad la admite en esta antífona y no obstante sigue el juego. Abierto al devenir como siempre dice...
Una mentira
Adorna mi sombrero
Cada mañana

R: G. B. El Chacal se construye así mismo y las jácaras le ayudan a mirarse, son fruto directo de las respuestas de Lucía. Él juega con una parte importante de la realidad, los encuentros con ella son verbales y en ocasiones ha constatado que una sola de sus palabras puede teñir todo el significado de su voz. Por otro lado es un creador convulsivo, su mente no tiene límites y se monta y desmonta a capricho con especial habilidad.
Rufino presta atención, escucha bien lo que te digo, es muy importante este detalle…
Un día intentó definir el misterio al final de una antífona; hablaba de una piedra en forma de huevo. Fue entonces cuando una paradoja inesperada se formuló en su mente y una idea diminuta se hizo tumoral. El hueso del pensamiento se abrió y le hizo bifurcar los caminos trazados, entonces detectó que estaba llegando al final de la vida. En aquel momento ocurrió una tragedia mayor que la que presenta esta historia. Resultó que aquel dolor punzante, aquel que se inició junto a Lucía, empezó a producir calor, mareos, frío…  a su vez, una fuerte luz le iba borrando los recuerdos.

Ante esa realidad se repliega y responde de manera absurda, no lo hace por cobardía, le está afectando el pensamiento. En los días impares él deja crecer su malestar; no puede hacer otra cosa. Habla como aquel que no dice nada, y musita cuando ha de callar, así de sencillo, y en los días pares hace lo mismo. Se rinde ante las sugerencias de Lucía, se cree sus historias y se recrea en ellas para hacerlas posibles.
Dice que una idea es una semilla que mañana será espiga, con esto te lo digo todo… Se ha identificado tanto con la voz de Lucía, con sus objeciones y caprichos, que ama su dolor, lo presiente y a él se arroja sin prevenciones. Mira lo que le dice…

En la tragedia
Convocas mi destino
En un instante

P: R. M. ¿Porqué cambia de personalidad?
El otro día llegó a sus oídos el eco de El amante de arrayanes; es curioso ya que en ocasiones queda transmutado en él mismo. En otras le seduce la idea de encontrarse con Lucía y desplegar en ella un rosario de caricias. Quiere verterse en su cuerpo como un animal en celo.
En los momentos más auténticos se conmueve de dulzura, en otras, con un aullido estremecedor deja tiritando el suelo y se vislumbra el inicio de un camino tortuoso, inesperado y sorprendente.
¿Piensas que al final habrá encuentro, el amor será posible? ¿Quién guía su destino cuando dice?

Si he de morir
Lo haré complacido
En mi voluntad

R: G. B. La situación con Lucía se va tensando día a día, la verdad es que no puede fundir el discurso en una sola voz y queda a merced de los impulsos que ella le produce. Por añadidura, recuerda que es una figura de ficción, está movida por mi voluntad y su boca también está cosida al propósito general del relato. No obstante, en ocasiones también a mí me sorprende, él tiene recursos independientes, me lo ha demostrado en la complicidad con la noche cuando afirma.

Como el lobo
Entre oscuridades
Mudo la piel

Es perspicaz y me dice que he de introducir más acción a los relatos, hasta me sugiere escenas pasionales, persecuciones, raptos y enlaces salvajes en el lecho. Me insinúa que el cansancio y el hastío puede ser un peligro para la historia, por ello quiere provocar el encuentro apasionado con ella y así activar al lector en el arrebato amoroso.
No puedo atenderle, tengo un deber que cumplir. Por su parte el dolor persiste y está herido. Aquí él es autónomo y opta por crear una trama de múltiples caminos, senderos que se encontrarán al final del desenlace. Ahora no me queda otro remedio que precipitar los acontecimientos, tengo que terminar la historia como sea. No estoy cansado, sigo pensando que sus diálogos son enriquecedores y me emociono cuando me dice casi llorando.

Dentro del hueso
Este dolor estanco
Me martiriza

P: R. M. Crees que Lucía desconfía, piensa que es un impostor, un hereje y un posible traidor. Qué se trata del mismo personaje de todas las tragedias, un ser travestido con las máscaras de Jano, o bien no puede pensar, sólo puede sentir y desgranarse en el duelo junto a ella. Es decir: ¿sin Lucía él tiene sentido?

R: G. B. No, por separado no tienen sentido ninguno de los dos. Para hablar alguien tiene que escuchar y él tiene dotes de oyente.
Habitualmente ella piensa que es leal, por otro lado está necesitada, demanda que alguien recoja sus quejas y de curso a sus plegarias. Otras veces distingue su rostro profundo, sus debates en la noche y observa que es persistente como un corredor de fondo, que se trata de un ser especial que compite consigo mismo y transita la oscuridad como ella. Un estepario que atraviesa el desierto y lo hace sin más compañía que su propia soledad; ¡ahí se encuentran los dos! En contadas ocasiones, ¡son las menos! piensa que quizá escucha voces errantes y las transcribe para ella; esta es una posibilidad remota que la tiene expectante. Escucha lo que le llega a decir…

Ya no te creo
Lanzaste tantas bolas
En la bandeja

P: R. M. Sobre esto quería preguntarte, la bolas en la bandeja; ¿son la viva imagen de sus ojos? ¿Empieza Lucía a amar la monstruosidad que él representa?
Tú eres el autor de estos relatos y en ellos dejas caer la ambigüedad del narrador. ¿Es intencionada la estrategia del desconcierto?

R: G. B. Sí las bolas hacen referencia a los ojos y recoge la creencia de que los seductores atrapan por la mirada; ¡acopian la ceguera de las almas!
El desconcierto: yo también soy espectador, los relatos crecen ante mis ojos y me construyo con ellos.
Intencionadamente conjugo cierta confusión en los personajes, pienso que es la manera de aumentar el desasosiego y propagar el enigma con fuerza. Pero el caos es creador de nuevas realidades y casi siempre me dejo llevar por él. En sus torbellinos fermentan ideas nuevas, estas me cautivan y en sus agitadas levaduras dejo caer mis propias quimeras. Estos delirios se los paso al Chacal, entonces enloquece y grita como un poseído; vocea con el pecho amplificado…

-¡Más vale locos que tontos! ¡dale fuego al chaparral! y ¡entre más torcido mejor cave...!-

Es la manera de mirar y entender el mundo que he preparado para él. Por este motivo lo presento en el fondo del pozo del dolor y hasta allí desplaza una queja permanente; ¡allí queda su voz amplificada! Pienso que son rugidos de un hombre cansado, afligido y mal pagado, gritos hirientes dentro de un caleidoscopio. Su pensamientos se ha fragmentado, es como un juego de espejos replicantes que le producen mareos. Me pongo en su lugar y siento los efectos. Percibo los sonidos que rebotan y se cruzan en su mente y también sufro las luces y sombras que en él se alimentan al infinito.  Así lo martirizo hasta que exclama rendido.

Si tu lo dices
Caerán de mis manos
Los oropeles

P: R. M. Manejarle en el caos puede llevarle a la locura y a ti al abandono. ¿Tienes algunos hilos tensados y fijados al suelo. Estáis cansados…?

R: G. B. Los dos estamos al borde de la extenuación y los dos sufrimos el mismo mal. No obstante hay una diferencia: él tiene el destino diseñado, yo no… Ese es un hilo fijo, invariable, fundamental…
Yo soy el artífice y muevo los hilos, sobre el papel conduzco el capricho y el devenir. Puedo hacer una historia interminable con los matices que aportan mis comunicantes, cada día es una aventura nueva.

Para modelar los cambios que Lucía ha de experimentar, he pensado que el Chacal ha de construir un laberinto de palabras indescifrables, un amasijo de símbolos que podrán confundirla o sacarla de la tragedia de una vez para siempre. He pensado que el motivo de su interés ha de ser simple; su ceguera y su pasión amorosa. Por debajo se encuentra la capacidad para experimentar el duelo de manera heróica; eso es lo que le ha seducido.
En las conversaciones que tiene con ella advierte que su mente es una lucerna, un hilo de inspiración pasional que desea guardar; con cuidado recoge sus voces en cajitas estables. Su cuerpo es desconocido para él, sólo lo ha poseído en sueños; suficiente para sentir que es el hogar que añora. La ceguera de Lucía y la manera de sacrificarse para conseguirla lo asombran. Le fascina como ha obtenido el favor de la oscuridad. El desprecio por la vida y el placer que extrae del dolor lo mantiene anhelante. En ocasiones también lo hunde en la agonía. No puede pasar ni un segundo sin pensarla y las horas del día son pocas para tenerla presente…

P: R. M. Quién es el Ausente y que representa el Chacal como su espejo.

R: G. B. Para hacernos una idea de la figura psicológica que ella ha creado entre el Ausente y lo que representa el Chacal, tenemos que centrarnos en la figura de Anteo y Hércules. Si conseguimos entenderlo averiguaremos un matiz significativo de estos relatos. Es muy conveniente que Lucía esté también atenta, ella conoce mejor que nadie el motivo de su perversidad. Pienso que también ha de colaborar en sacarse el dogal y empezar a respirar aire nuevo.
El Chacal como Anteo eran hijos de la tierra (Gea) y del mar (Poseidón) Conocemos el mito que dice que Anteo era invencible si sus pies tocaban el suelo. Sabedor de este detalle el Chacal utilizó una escultura que demanda tener siempre los pies sobre la roca y así recibir la energía por los pies como los árboles. Entre sus rivales estaba la figura de Hércules (El Ausente), que averiguó que el punto débil de Anteo era cuando perdía el contacto con la tierra, cundo era arrancado literalmente de raíz. Averiguó que en esa posición, su madre (Gea), no podía darle energía y entonces Anteo (El chacal), moría asfixiado por el abrazo mortal de Hércules…
Aquí he de señalar que Lucía es cómplice de la muerte simbólica de el Chacal...

P: R. M. ¿Porqué la mitología en estos relatos?

R: G. B. Por una fotografía que así lo demandaba; son las voces y gestos de Lucía las que ordenan algunos tramos de la historia. Por otro lado hay que conocer otros detalles que no puedo delatar, él recibió un mandato inesperado; ¡eso es todo lo que puedo decir y es demasiado! Fue en el momento de hacer un retrato con luz mortecina, el silencio lo llenaba todo y una paz interior se abrió para recibir el encargo. Cayó en él como un deber ineludible. No fue una carga o una expiación, fue una delegación ajustada a lo pactado, un riesgo que quiso asumir al instante. Él también estaba necesitado y tenía demandas pendientes que Lucía podía asistir si sus ojos volvían a disfrutar del beneficio de la luz.

Este grial de los inocentes es anterior al inicio de los relato y dan fe de lo que digo...

Se muy bien que no somos culpables de nada y también,
que me someten palabras poderosas para honrarte.
Se que no hay recuerdos claros en la memoria,
y sobran días de desesperación que
ayuden a caminarlos.
Como el mirlo,
ahora 
dormido,
en la exigua
luz que desprendes,
te espero con los ojos abiertos.

P: R. M. El chacal tiene presentimientos secretos; ¡desvaríos! Él cree que puede hablar con los habitantes de la noche. Como hacen los nigromantes, puede traer  mensajes del otro lado de la vida y hablar con los muertos. Aunque no parece muy dado a los actos de fe, menos aún a creer en supersticiones, ¿en realidad lo presentas con poderes de adivino? ¿Qué quiere decir en esta antífona?

Entre las cañas
Leo los pensamientos
De los difuntos

R: G. B. Es una atribución engañosa, él es un descreído pero le seduce el misterio. Susurra premoniciones entre corredores oscuros, los alumbra con los presentimientos y saca conclusiones al instante; ¡es un embeleco!
En ocasiones lo plagia de ti, de tus acciones pasadas, de tus metáforas de piedra, de tus acciones y relatos en: Fénix o la ciudad del sol. Te emula cuando se pone delante de una cámara de vídeo y deja caer en sus disertaciones, sus aullidos y murmullos.
Como autor deseo que se reconozca en él mismo, que se encuentre imbuido por un sentido metafísico, una fuerza que le haga presentir la realidad que ha de venir y la exponga de manera clara y ordenada.
Ahora bien, él no cree en lo real pero el mundo se proyecta sobre los claros muros de su mente. Lo curioso del caso es que sus observaciones casi siempre se cumplen…
Se atreve a afirmar…

De la cieguita no quedarán rastros evidentes en sus ojos.
 El chacal tomará sus sombras entre los dedos y las hará luz.

De esta manera divide el plano de lo real. Descansa un instante y cambia el tiempo verbal para seguir con el discurrir libre del pensamiento.

Para protegerla tras un fuerte muro, toma la palabra
y como perlas, deja caer un rosario de sonidos.
Del pensamiento germina una imagen fresca
y en el suelo, queda fundida al instante.
Dijo: !tienes muy frías las naranjas!
 Sí amor, si quieres tómalas
hasta dejarlas dormidas.
Un cesto de mimbre,
y una copa de
cerveza
con
crispis
bastó para
arrancar las piedras
que darían fin a la batalla.

Así empezó el amor sensual de las semillas.

R: R. M. Muchas gracias Gregorio, ya hemos terminado…

La Comella. 27-8-012


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