viernes, 20 de enero de 2012

El cascabel inocente


Sacrificio y celebración. 2009 Fénix o la ciudad del sol. Tarragona



El cascabel inocente 1a Parte


Quiero pensar que el luchador es noble en sus actuaciones, convencido y convertido entre creencias. Observo como es empujado y jaleado, aplaudido y bendecido por los grupos de presión, por tanto es inocente de sus posibles acciones criminales; ¡su mente esta secuestrada! La han “envenenado lentamente”. Han hecho de ella el nido del rencor y sus conjeturas se parecen a una papilla de mandioca. Su psique esta perturbada en todas las direcciones, ¡vaya! retorcida y anudada como una cuerda en un saco. Su situación es confusa en todo, excepto en ver con claridad el rostro del enemigo. En realidad él es el sitiador sitiado; no lo sabe y no lo sabrá nunca...

Su pensamiento se configura dentro de patologías agresivas y empujadas hacia la venganza. Sus quimeras saturan su mente hasta dejarle sin aliento. Su discurso es agrio, lleno de aversión y puede tener tendencias más o menos destructoras. Se ha de entender que el fruto de su creación, la victoria prometida, nacerá después de que la tierra quede desolada y yerma. Sus ideas no son fruto de sus convicciones y experiencias; no pueden serlo ya que él nunca disfrutó de un escenario abierto a los reflejos del mundo. Él no dispone de luz propia para analizar los espejos deformados por los pasiones; ¡simplemente se precipita en ellas! Su pensamiento se ha modelado desde fuera y no se ha enterado. Es un Golen amasado con mala baba y sus ideas han entrado como un edulcorante disuelto en el biberón. Las convicciones han sido licuadas e inyectadas directamente en la vena y eso se lo han hecho ver y sentir desde el mismo día de la gestación.

El pobrecito esta perdido..., ¡atrapado entre sentimientos contrahechos!

Todo transcurre de la siguiente manera: alguien mueve el cascabel y queda hipnotizado. De niño le dieron carne de cabrito cocida con leche de su propia madre, de mayor pudieron ser más explícitos y le dieron una pistola y un cometido que cumplir. Al alba le susurraron al oído y le dijeron que era el día de la justicia.

Se despidió de su madre con un beso, tomó la mochila, salió a la calle y se paró en el paso cebra con un cigarrillo entre los dedos. Al primer coche que llegó le pidió fuego. El conductor abrió la ventanilla y le dió los buenos días con una sonrisa amable.

¡Gesto que sentenció su perdición!

Él sacó la 9 mm. Parabellum y le disparó tres descargas en la sien. Pensó sin pausas:

-¡Es lo que se merecía...!-

Está claro, en el inductor, el afilador de navajas, está oculto el delito… Tenemos pués bien dibujado al culpable, bien trazado y sombreado. En la mano que excita el cascabel esta la amenaza y el origen del dolor. ¡Es la sierpe que agita el señuelo para que la cabeza pueda morder e inyectar el disparo. A su vez podemos pensar que la perversa mano también es inocente, también es victima de otra mano y esta de una anterior; así se encadena el rencor en los genes y el resentimiento se remonta hasta el origen de la creación.

Somos hijos del amor pero algunos lo son del odio y del miedo...

Podríamos pensar que se trata de un vector animal, quizá tribal y primitivo, un impulso protector y a su vez asesino que orienta la vida desde los primeros tiempos. Seguramente quedó expresado en la mente de Adán-Lucy cuando sientieron la punzada de la repugnancia al sentirse subyugados por el sigilo de la serpiente…

El odio se funde con el miedo, juntos fermentan y de sus vapores nace el valor. Es una patología grave sin pronóstico y sin cura alguna. Una enfermedad que se cultiva y se remonta hasta las enzimas que formaron al primer humano. Posiblemente es parte integral de los inicios de la vida, ¿como protegerla si no?

Seguramente en su momento fue necesario e inevitable, pero ahora tenemos que pensar que los cambios evolutivos importantes ha sido justamente cuando hemos sido capaces de crear alianzas. Por otro lado, el poder que hemos generado es de tal magnitud, la capacidad destructora del hombre es tan desmesurada, que si no controlamos ese instinto estamos abocados al exterminio...

Prestad oídos a las voces de la tierra, ¡sólo en ella se puede confiar...!

Incorporo al movimiento del cascabel una acción de Marina Abramovich: espero que sirva como reflexión sucinta…

¡Es una dulce conversación de matrimonio...? AAA-AAA

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