domingo, 9 de noviembre de 2014

Origen de la perversión de Caín


Os dejo el origen de la perversión en una cárcava infinita. El testamento de Caín queda implicado en las acciones propias de la materia. Ella devora todos los principios y los recicla en el crisol de su vientre. El principio del mal está incrustado, grabado en la ley de la entropía: es la consecuencia del movimiento inducido por los astros, esa energía que se pierde en cualquier acción del mundo.
Su principal motivación entra dentro de las especulaciones poético-filosóficas de Teilhard de Chardin, sobretodo cuando admite que la fuerza que anima el universo entero, desde las partículas elementales a las galaxias, no contiene materia inerte. Viene a decir que “todo está animado…” Teilhard afirma que hay dos fuerzas ejemplares que actúan permanentemente en el universo:

1. La energía ordinaria, la que mueve las cosas, las partículas y las galaxias, la que genera el río a su paso y “sin intención”, crea las condiciones y el lecho apropiado para que se de la vida.

2. La segunda es la que nos anima en la amarga experiencia de la vida y él le llama "la fuerza ascendente evolutiva". Es la que permite la supervivencia, la complejidad, la memoria, la diversidad y la evolución de los sistemas… Es la que crea la memoria que habita en la semilla del manzano y también la del gusano que devora la manzana.
En esa contradicción mortal existe el origen de la perversión, en ese reciclado permanente, existe una fuerza desconocida que Spencer decía que operaba en todo el cosmos y era la encargada de crear variedad, coherencia, especialización, orden, etc. Según Teilhard la biosfera y la historia del hombre serian los productos actuales de la fuerza ascendente evolutiva, y nosotros seriamos el vector espiritual de la energía: “los ojos deseados”, los que fabrican la realidad…
¿Dónde nace el impulso homicida?
Solo encuentro una respuesta a la seducción de Caín: después de la obtención del poder… en el goce estético de la muerte.

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