lunes, 1 de diciembre de 2014

Si perdéis la memoria pensad en mi. Testamento de Caín el Hermoso.


Si perdéis la memoria pensad en mi
Testamento de Caín el Hermoso.

Si se borra vuestro pasado en un instante de ira pensad en mi, si os atenaza el miedo pensad en mi, si no halláis el amor pensad en mi, si perdéis la esperanza pensad en mi: por vosotros agitaré los sentimientos hasta enloquecer. Si dudáis del mensajero y perdéis el favor de su consejo pensad en mi: ofrezco soluciones terminales… En sueños, despiertos, ebrios y serenos pensad en mi ya que a todos os dejaré con el espíritu enlutado, la esperanza rota y los huesos mondos.
Sois criaturas desamparadas ahítos de sueños, durante generaciones esperáis ciegos el advenimiento de una nueva era: ¡buscáis la Icaria perdida! Yo hago que equivoquéis los signos, los medios, los objetivos, los líderes y los enemigos. Ordeno que entréis en combate, dejéis la tierra del color de las amapolas, celebréis la victoria y en muy poco tiempo, otra vez tengáis todo confundido. Vuestras razones son mías y se perderán entre las leyes del olvido y entre las promesas incumplidas: sabed que todo cede ante la tozudez de la realidad.
Sabed también que mis manos son salvíficas y extenderán las almas sobre la tierra como estiércol nutricio. Son diligentes, abrasan los bosques y harán que los suelos se vuelvan fértiles y los pastos infinitos: después de mi destructora creación, de mi acción poética, ¡todo debe empezar con resplandores nuevos!
En los tiempos extraños se iniciará el gobierno de los mansos, aquellos que articulan la política sobre el cómputo de los sueños, los que ven al hombre como un golem sin palabras. Llegará el día que tomaran el poder los que no tuvieron voz, ni opiniones, ni deseos, ni proyectos: será el reino de “los inmortales”.
En el mío no caven los campos verdes, los frutales rebosantes y los versos amables. La paz de los labriegos dóciles es siempre mi decadencia. Con los sumisos vendrán los tiempos calmados del paraíso, donde los perros hacen el amor con las damas que leen a Luis Antonio de Villena:

“ Pero la luz del alba rompe sueños
recorriendo el burdel que nos ampara”...

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