viernes, 19 de diciembre de 2014

El arma homicida. Testamento de Caín el Hermoso


Bajo la cobija, entre el dulce balanceo y las canciones de cuna, otorgo el arma homicida.
Testamento de Caín el Hermoso

¡Queridos! os dejo el arma homicida disuelta en la mente, entre los pliegues del agua, las que riegan el momento de nacer.

La memoria de las causas queda impresa en el sueño, en la memoria líquida, en la materia soluble del tiempo. Sin propósito y, sin poder evitarlo, buscaréis los efectos causales en la vida del enemigo. Cada una de las etapas que experimentéis quedará allí mordida, agazapada, fundida en el agua del nacimiento. En sus reflejos quedará la mueca jocosa, un guiño grotesco que siempre esperará la absolución del tiempo.

Al final de vuestros días encontraréis el momento de la reconciliación... seréis como libros de piedra después del mal causado.

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