martes, 9 de diciembre de 2014

En democracia, otorgo la esclavitud. Testamento de Caín


En democracia, otorgo la esclavitud
Testamento de Caín el Hermoso

Procuro el exilio y otorgo la esclavitud a los jóvenes, sanos, guapos, inteligentes, divertidos, optimistas y fuertes. Les dejo el desarraigo y el sentimiento de pérdida, los alejo de su tierra natal como hicieron conmigo. Cuando se piensen integrados en otros pueblos percibirán que los ven como diferentes, sospechosos, emigrantes. Esos son los quillos, sudacas, charnegos, maquetos, negros, gitanos, rumanos y otros residuos de todas las tribus del mundo… Son jóvenes cargados de ilusión, amantes de las ideas justas, las acciones honestas, las opiniones ponderadas, los gestos solidarios y además tienen las manos limpias. Por todo ello les confundo los objetivos, las actitudes, los sueños y los dejo abandonados en la desesperación de no saber quienes son, temerosos y sometidos al brillo de una profecía nueva.

Todos huirán hacia el norte: les concedo la estrella polar, la que les guiará hacia las grutas frías donde serán atraídos por los pozos de las vanidades. Son las tierras donde pongo paraísos fiscales justo al lado donde viven los poderosos, donde los cortabolsas pueden poner a salvo en un segundo lo que han saqueado. Junto a esos insaciables engreídos, pegadito a los acólitos que los protegen, sitúo la quimera de las leyes.

Pero los errantes también son mis hijos y un día se levantarán encendidos en cólera y tomarán la justicia a grandes sorbos… Los políticos y arrogantes, los que dicen hablar en su nombre, serán degollados en una fiesta sin precedentes. Sus cuerpos quedaran trabados en las bocas de las pozas sépticas y sus cabezas caerán hasta quedar flotando en los lodos: residuos de sus hermosísimas bacanales…

A aquellos que se han colmado con los sueños de sus padres y abuelos, a los que han tomado el éxodo como solución, los que sufren el abandono de la patria para salvar su memoria: les concedo la identidad olvidada. Desde ahora no sabrán quienes son. Buscarán palabras firmes entre cantinelas y letanías, rastrearan las voces de los elegidos y tomaran los verbos de los "postulantes de fantasías naturales". Intentarán integrarse haciendo de barricada a los que se hacen llamar “nuestros”, se acoplarán a ellos como camaleones, pero al mínimo gesto equivocado serán desenmascarados, delatados y esclavizados: ¡nunca serán vistos como iguales…!

Algunos han hecho la travesía más mortífera de todos los tiempos: ¡nadie sabe contar los caídos! Los que llegaron a su destino han quedado como almas errantes: son los “sin papeles”, los que jadean el trasiego de los danzantes y se entregan voluntariosos para abrir la caja de los milagros. En ellos deposita occidente las esperanzas: ahora son trabajadores furtivos, obreros baratos, esclavos libres dispuestos a todo. Algunos fueron a la universidad, ahora son campesinos y ganaderos. Se dedican a cultivar las flores del Maresme, las frutas de Lleida, las aceitunas de Jaen y Córdona, las fresas de Huelva, la uvas de la Rioja, las cerezas del Jerte y las naranjas valencianas... Son entregados en lo que hacen y ríen los avatares como vendedores ambulantes.

Son niños grandes que añoran lo que han perdido…

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