lunes, 16 de septiembre de 2013

El embarazo

Fénix o la ciudad del sol. El vuelo del miedo. http://fenixlacomella.blogspot.com.es/2010/03/el-vuelo-del-miedo.html

El embarazo
La luz era tan potente, tan sensual y cargada de aldehídos de jazmín que sentí desfallecer, el cuerpo y la mente se encontraron en la oscuridad en un enlace eterno. No se cuanto tiempo pasé en el vahído pero al despertar mi curso normal había desaparecido. Ahora me sentía en estado de gracia y tenía fermentos de luz en el vientre. Seguí las acciones entorno al sol y le dije:
¡Buenos días amor, Buenos días!
La emoción me embargaba, las lágrimas caían libres por mi mejilla y el gozo era de orden sublime, ¡inexplicable…!

Al marchar a casa tuve mareos y sensación de cambios metabólicos, sensaciones nunca antes experimentadas. Estuve atando cabos toda la tarde hasta que llegué a la conclusión de que me había quedado en cinta. Tal había sido mi estado de entrega en la ciudad del sol que el resplandor de la mañana se había colado como una gracia divina igual que pasó con María, o bien, había movilizado las células madre y se había desencadenado un proceso extraordinario… Eso pensé de soslayo, pero el instante era de emoción sublime y para evitar caer al suelo o en el pozo del absurdo, me tuve que apoyar en las evidencias y aceptar la situación…
Seguí con mi estado de gracia… Al día siguiente fui a la farmacia y con cierto secretismo pedí al farmacéutico.
¿Sería tan amable de venderme un predictor para hombres? 
Me miró perplejo y me contestó:
–No tenemos de eso; todavía no están inventados ­–
Me dio la espalda y se fue…
Una dependienta me miró furtivamente con ojos de amor…
¿Os lo podéis imaginar?

¡Quedé destrozado!

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