Carniceras de Uyuni
Como me he implicado en el mercado de Oruro y pienso que es un tema de interés, seguiré esta serie y pondré la mirada en otros aspectos destacables utilizando diferentes lugares del Alto Perú. Pienso que es conveniente meterse de lleno en los asuntos públicos y hacerlo con los ojos de búho, el apetito activado y no tener miedo a decir algún inconveniente.
Sofía en acción. Uyuni. 2015
Esta manera de publicar es el medio más democrático y abierto de cuantos existen: cada cual dice lo que desea y nadie le paga con ello. Es un entorno excelente donde se pueden ordenar las ideas, experiencias y obras y dejarlas ahí para el uso de todos: quien quiera que las coja, las use y respete la procedencia. Tiene la opción de disfrutarlas, desecharlas o difundirlas: es genial. Que cada cual pueda dejar en la pantalla lo que dibujan sus deseos: eso no se había dado nunca con tanta facilidad.
El público escoge y en mi caso creo que he de ir cerrando capítulos del viaje a Bolivia y Chile. En realidad el tema no se acabaría nunca y creo que ya lo estoy alargando mucho.
Ahora toca hablar de las gentes y los vicios de las pueblos...
Descuartizar una llama Uyuni 2015
Uyuni es un ciudad pequeña y gracias al salar, al ferrocarril y a la minería disfruta de cierto movimiento laboral, cultural y turístico. Es una ciudad nueva, se creó a finales del siglo XIX, sus calles tienen la cuadrícula como estructura y la gran avenida paralela al ferrocarril es un erial que recuerda las películas del oeste. Las nubes cubren el cielo permanentemente, el polvo inunda las calles, la falta de vegetación hace destacar algún árbol que adorna el centro. Allí esta todo, una pérgola para animar en las fiestas, los bancos, supermercados… La suciedad de las calles y las pésimas esculturas que la adornan hacen de Uyuni un lugar sin atractivos.
En realidad todo lo que tiene para ver es el regalo que ofrece la naturaleza, Uyuni esta instalada en uno de los enclaves más soberbios de la tierra. No obstante la pobre imagen de la ciudad hay que destacar a las gentes: ellas son el fruto humanizado del altiplano... Como decía, lo que se enfatiza es la naturaleza y las personas acopladas a aquellas condiciones tan duras. En este acoplamiento casi extremo, se acusa el sufrimiento y sus efectos son visibles, quedan presentes en los ojos, la piel, la boca y en las manos de sus gentes.
Sofía: la carnicera de Uyuni
Sofía es una carnicera del mercado de Uyuni, una trabajadora infatigable que lleva en la geografía de su cuerpo y en los matices del rostro todos los paisajes del Alto Perú. En el tiempo que estuve allí la visité dos veces y siempre estaba metida en el trabajo. Su puesto es pequeño pero lo activa intensamente. La primera vez que la vi estaba junto a una compañera cuarteando dos llamas enteras. Lo hacían con hachas, sierras de herrero, cuchillos de matarife y una destreza de espanto. En menos de diez minutos habían descuartizado los dos animales y ya tenían a los clientes esperando los trozos de carne. Los pesaba con una pequeña balanza colgados de su mano izquierda. Verla así era contemplar la acción de una heroína triunfante. Realmente era un gesto que recordaba a Perseo con la cabeza de Medusa en una mano y en la otra la espada. En este caso Sofía tenia un costillar entero en su izquierda y en la derecha el cuchillo de matarife...
Le pedí para hacer unas fotos mientras trabajaba y ella se prestó amable. Los gestos, el ambiente del mercado, la luz y los perros sabían que allí se estaba haciendo algo que iría a tierras lejanas. Cuando terminé quedamos que se las enviaría, me dio su correo pero no funcionaba, en su Facebook tampoco la encontré, al fin su hija conecto conmigo y le pude enviar algunas. Ahora le dedico estas palabras y desde España le envío recuerdos agradecidos. ¡Cuídate mucho…!
En Uyuni la luz es poderosa y las nubes siempre amenazan con lluvias breves… El salar está a unos kilómetros y el trajín de los turistas hace que todo sea movido, expectante y prodigioso.
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