Ojo de felino, mandorla oscura
La tristeza
En las historias que vendrán,
Lucía se trastorna y descompone, se destruye lentamente y en ocasiones reclama
el final de la vida. Son actitudes límite que se podrán juzgar o sólo deducir,
aceptar o rechazar. Tenemos que entenderlas como un caso de sufrimiento
desmedido que nos sitúa ante una realidad sin control. Este bloqueo de los
sentidos y exceso en la percepción del drama es lo que entendemos por realidad en
el duelo. Es un período muy difícil de sobrellevar y aún más de entender, sólo
los que han sentido emociones similares pueden comprenderlo. Los estados de
tristeza producen un cansancio demoledor, parece que la luz se ha apagado y el
ser está sometido a la distorsión mental que produce el sufrimiento. En estos
casos los sentidos quedan enajenados, los ojos miran sin ver, la boca habla por
hablar y articula desconexiones y falta de sentido. La piel pierde el color, la
sensibilidad y el deseo, los olores tienen un matiz que recuerda el hedor de
las cañerías fecales, el gusto huye de la boca y solo aparece en la lengua la
textura pastosa de la tierra. La acción de comer se hace una tortura insoportable, el alimento se siente cortante, se ha convertido en cristales diminutos cuando pasa por la garganta. Todos los razonamientos sobran para poner remedio
al bloqueo de los sentidos y a la torpeza del alma. Ahí, en ese hueco doloroso caven pues estas
palabras…
Entre sentidos
Mi canción duerme
Desesperada
El período del dolor nos
lleva a estados confusos, situaciones extremas que perturban la mente humana y sus
efectos pueden hundirnos en fases depresivas muy graves. Incluso puede
conducirnos a la locura, al silencio permanente, a la pérdida del apetito, la
manifestación exacerbada, hasta podemos quedar incapacitados para la alegría de
una vez para siempre, y por último, a enfermar y morir… También puede darse el
encuentro con el hecho transcendente, encontrar en el dolor el vehículo
expresivo que hace de él una ventana asombrosa, una herida luminosa que se
convierte en los versos elegíacos más sorprendentes.
Vuelo
de peces
Entre precipicios
Rolan las
almas
Pienso que cuenta mucho la
manera que tiene la sociedad para contemplar el óbito. Es primordial como la muerte es
presentada y recreada entre la colectividad. Se trata de un acto social y se
tiene que mirar como un espectáculo cultural. Pero en la soledad ya no queda el
resplandor del teatro, el sedante del ritual colectivo, estas ahí, solo,
soportando la perdida y nadie te puede acompañar.
Dolor y representación
Dentro del teatro del mundo,
la cultura distribuye los papeles y roles y nosotros los asumimos sin
vacilaciones. Nos hacen representar la máscara del dolor y sin darnos cuenta
dibujamos la tragedia en el rostro. Sin pensarlo ni quererlo, podemos entrar en
la vía de la ficción y morir en el sacrificio convencidos de que se trata de
nuestra salvación. El dolor por la perdida toma forma cultural y se expresa en
toda la poesía elegíaca, tiene mucho de visión melancólica de la vida, de
escenografía teatral y en algunos casos puede acercarse al canto épico. Puede
haber algo heroico en morir por amor, máxime si se está dispuesto a perder la
luz de los ojos y mostrar las heridas como ofrenda. Ahora somos libres de hacer
lo que queramos con la muerte y sin saber que hacer en la vida quedamos
desamparados. Lucía retiene el último
aliento del amado y lo guarda como una reliquia en el estuche de su boca. Es un
acto apasionado que estremece, nos llena de compasión y comprensión.
¡Se muy bien por que caminos transita la mente y el corazón en situaciones así!
Por ejemplo; Lucía llora el cuerpo ya frio del amado, le susurra en el hueco de la boca, le dice que él es el aliento de su vida y sin él ya no hay motivos para seguir en este mundo.
Para qué vivir
Sin tus besos uncidos
Con hierbabuena
Tragedia
Esta claro: con las palabras
se dibuja la tragedia, son ellas las que llagan el alma, las que laceran el
pensamiento y construyen los peldaños que forman el trampolín del suicida. No
hace falta mucho en una mente delicada; una expresión hermosa, una canción
derrotada, el cielo opaco y cansado, la soledad de los días y se forma poco a
poco una solución desesperada. Así, en un instante se descubre el abismo resplandeciente por donde
precipitarse. Por ello es saludable decir de tanto en tanto.
En el camastro
Los amores furtivos
Me zarandean
En este delicado asunto no quiero profundizar más, dibujar el rostro el dolor
humano y combatirlo tiene sus riesgos. Sólo he de decir que aquí tienen mucho
que ver los poetas, pintores, escultores y actores de teatro, ellos fueron los
que dieron hálito a la tragedia y con su voz todavía lloramos nuestros difuntos.
No se si culpar del asunto a Esquilo, Sófocles y Eurípides y
añadir posteriormente a Dante, Baudelaire y Verlaine, pero si empiezo a nombrar
autores, la columna de poetas elegíacos es infinita: ¡la lista se hace interminable!
Ellos son los auténticos creadores, los que sacan del dolor la hermosa luz de la melancolía. Ahora me viene a la cabeza cuatro voces trágicas que se dejan oír todavía, le llamaron la Generación decapitada. Sólo citaré al escritor ecuatoriano, Raúl Andrade, como el aliento de la tristeza.
Ellos son los auténticos creadores, los que sacan del dolor la hermosa luz de la melancolía. Ahora me viene a la cabeza cuatro voces trágicas que se dejan oír todavía, le llamaron la Generación decapitada. Sólo citaré al escritor ecuatoriano, Raúl Andrade, como el aliento de la tristeza.
Hastío
Vivir de lo pasado por desprecio al presente,
mirar hacia el futuro con un hondo terror,
sentirse envenenado, sentirse indiferente,
ante el mal de la Vida y ante el bien del Amor.
Vivir de lo pasado por desprecio al presente,
mirar hacia el futuro con un hondo terror,
sentirse envenenado, sentirse indiferente,
ante el mal de la Vida y ante el bien del Amor.
Estos artesanos del desconsuelo fueron los que le dieron forma al infortunio. Con su alargada sombra, con su herida abierta, proporcionaron el perfil grafico a una manera oscura de representar la vida.
Rotura del ser
El dolor por la pérdida crea
un desgarro en la arquitectura del ser, en ocasiones se recrea la representación
del dolor como lenitivo, como forma estética y germen de placer.
En lo esencial, en la
expresión del duelo, Lucía encuentra la manera de enfrentarse a la pérdida del
amado y aprende a jugar con sus recuerdos, a tenerlo presente mimetizado en los
enseres que ha dejado. En ellos pervive el amado y con ellos construye un hogar
postrero.
En muchas ocasiones la
ausencia de los seres queridos nos causa un estado de desencuentro con la
realidad. La muerte nos dice de manera clara que estamos operando como títeres
en el teatro del mundo; no queremos aceptarlo y entonces entramos en la pasión
oscura, en la ceguera. Este es el mundo de Lucía y al que intentaré llevar un
poco de consuelo; una manera de cumplir lo prometido y de acercarme a un ser
extraordinario.
Con el
silencio
Entre
llanto y dolor
Voz de
campanas
Ninguna otra persona puede
simbolizar mejor que ella la tragedia devenida por la perdida y ninguna otra
metáfora es más apropiada que la ceguera de Lucía para afrontar la situación que
provoca el duelo. El dolor aumenta con la flaqueza de la razón, con la
convulsión de los sentimientos por causas de melancolía.
Lucía está hundida en el
pozo del dolor y lo más grave es que me está empujando hacia él cada día y no
se como evitar la caída de los dos.
Qué puedo hacer
Me
muerden los días
Por
los ijares
Así se lamenta día y noche,
fenece en un gemido interminable…
No hay comentarios:
Publicar un comentario