Foto prestada, disculpas al autor por no poder citarlo, Siempre le digo a mis alumnos; hay que poner los pies de foto
Soy sus ojos
-Estoy seducido, deslumbrado
igual que lo estuve de la santa; ¡siempre me pasa! Siento como de los extremos de
la agonía nacen historias que me hacen estremecer de placer. Prestad atención
en la generosidad de su gesto y después me decís si no es así, si no resulta
una performance excepcional en nuestros días. Es tal su poder evocador que la
imagen de la dolorosa queda empequeñecida e insignificante ante su acción soberbia.-
Con dos puñales
Me saqué las
pupilas
Para mi amado
-No me canso de repetirlo, me
dijeron que entregó sus ojos al pretendiente en un cáliz de plata, un relicario
con dos perlas vivas que todavía veían y recitaban plegarias de dolor. Las
esferas oculares saltaban y repicaban sobre la escudilla como lo hace el
granizo sobre un tambor; ¡fue impresionante! Todavía hoy se oye su redoble como
se escucha el estruendo de la tormenta entre los valles. Se percibe lejana,
huyendo hacia el fondo, pero está ahí; ¡siempre presente! Con sus quejidos se
ha colmado el cuenco de la agonía y se ha anclado firmemente en mis
sentimientos. El redoble del dolor ha construido la arquitectura de mi forma de
ver el mundo y ha abierto la sima profunda por donde se abisma mi existencia.
Ahora es una escudilla simbólica para nutrir
emociones, una jofaina para lavar las inquietudes, una vasija de ensueño para
satisfacer la hambruna espiritual de los poetas y especialmente, un receptáculo
vivo para cubrir las necesidades de la estética del dolor. ¡Una auténtica reliquia!
Es un grial como este que he
construido con palabras, juego de niños con manos de alfarero que ejerzo con placer para vosotros.-
Lucía
La luz que desprendes en la reclusión del pensamiento,
se repite una y mil veces con el roce de un instante.
Así es, son tan pocas las señales dejadas que
ya no puedo cerrar la puerta demandada.
Es tan atrevida la esperanza que
me conmuevo ante la
torpeza
de una palabra,
aquella que lastima la confianza
y como un cristal se fragmenta en tolvanera.
-Lucía es pues la figura que representa mi fuerza interior, la energía tenebrosa y doliente; ¡el permanente sacrificio de la mujer que me atrae hasta la locura! En ella se presentan y observo a todas las madres afligidas. Hasta la he dibujado como la madre cósmica, pero no es verdad. Ella es real, me excita hasta la elevación y lamento ver como se consume entre los pliegos de su soledad, como se marchita en la desgana.
Le digo de manera grosera para provocarla…-
Entre tus muslos
Duerme el molusco
De las pasiones
-No me hace caso, aunque los que la conocieron me han dicho que en su día fue emperatriz del lecho. Los besos eran descargas de poesía que se prolongaban horas enteras y las cópulas con el Ausente se hacían eternas, eran tanto o más duraderas que las de los sapos. Dicen los entendidos que los acoplamientos pueden durar hasta cuarenta días con sus noches. Era una ninfa, se recreaba en si misma desarmando el nudo de las pasiones; ¡fueron días de gloria! Hoy es la imagen de la derrota y el sexo le resulta un sacrificio insoportable; ¡nada tiene el sabor de otro tiempo! Sus genitales, antes carnosos y fluyentes, ahora se contraen y esconden entre los huesos. No obstante con sus sombras permanentes baldea tus ojos y los míos y da ánimos para encontrar el frescor de primaveras renacidas. Dice, y espero que así sea; que hay que tener paciencia, que todo está en el devenir. Le escucho paciente, aunque veo que para ella el presente se dibuja lento y mortecino.
En ocasiones le digo que se deje las excusas y destierre la retórica; es hora de dormir, comer y descansar, de lo contrario será un saco de tierra sin esperanza.-
Come ladina
Tus dientes mastican
Muy lentamente
Ahora se consume en un
silencio luctuoso, se hunde en la melancolía. Lo hace con ardor desganado, con el
calor y el ímpetu de un ser que quiere seguir pero que se desvive en la agonía,
en el sentimiento demoledor de la perdida. El mundo entero se ha derrotado en
ella, está dentro de ella y busca la rendición como solución final. En los momentos de
reconciliación tiene ardores místicos que la conducen a la extenuación, busca
su rincón en el mundo, un lugar sagrado para entregarse. Deambula por los
corredores de casa y transita desde las cotas más altas de la pasión, a los
pozos más oscuros de la depresión. En soledad se ahogan sus ojos, se hunden en
los abismos más profundos, allí escucha y canta con el gollete anudado.
Me has herido
Como los
ruiseñores
De madrugada
Es muy difícil entender su
estado, para experimentarlo se ha de transitar en paralelo a su sendero, tener
paciencia y seguir su proceso un día y otro. Así siempre, cada uno de los
segundos de su vida; ¡es un secuestro agotador! Pienso que para poder ver la
complejidad de su mente hace falta poner su idea ardiente ante un espejo y
este, frente a otro, que refleje al primero. A su vez, que las imágenes
especulares reboten; resuenen entre ellas como en un frontón repican las contingencias
y se multiplican en un túnel virtual; ¡especulación perpetua de infinitas
repeticiones!
¡Así es su angustiosa pasión,
su persistente melancolía!
Plomo en la voz
Azogue en mi boca
Mente de barro
Comenta el Chacal en los
límites del sueño.
-Entre los casos de ceguera
que he encontrado en mi vida, a mi entender se trata de algo extraordinario. Estoy
atrapado en ella, contaminado de su aflicción, infectado hasta los huesos con su historia. Podría hacer un relicario de
la cuenca de sus ojos vacíos, una urna para ocultar dentro los versos más
sentidos. De hecho llevo tantos días entre sus argumentos que ahora me
encuentro enfermo, obsesivamente perturbado. Empiezo a sentir alucinaciones y con
una sola palabra desgajo el poderoso hilo del argumento; ¡ya es mi cautiverio!
Lucía está en mi, es parte
implícita del pensamiento! -
Pozo del dolor
Colmas con desencantos
Todas mis noches
El encuentro con la verdad
apasionada, revelada, siempre aparece una figura simbólica, un ser que encarna
la angustia humana. Este es el caso de Lucía, ella es la llama que prende en el
corazón y no se apaga nunca; un concepto difícil de entender en estos tiempos y
que podría remitirnos perfectamente a las cuatro nobles verdades de Buda.
Lucía tiene el atributo del misterio
oculto en los cuencos de los ojos y se pregunta:
- El dolor es parte contenida en la existencia.
- El sufrimiento es causado por el deseo, la ambición y el miedo a perder lo que se ha conseguido.
- La congoja, la desolación, tiene una causa, eliminándola el dolor puede remitir hasta convertirse en herida luminosa.
- Para eliminar la causa hace falta transitar el camino de la excelencia, renunciar a los espejos del mundo excluyendo los vestigios de lo ilusorio…
Pero ella es débil y se encuentra desamparada
y confundida entre preguntas, se recuece como lechal en calostro y no saca conclusión alguna. Entonces Lucía se da cuenta de la bifurcación de su vida. Su cuerpo va por un lado y su mente por otro. Ante esa encrucijada se observa y constata que está en
el tránsito permanente de la existencia herida, entonces recapacita y despliega cuatro campos de
acción:
- La ceguera: la causa de amar demasiado; ¡la búsqueda sin éxito del amor perdido.!
- La pasión: el procedimiento para encontrar la felicidad en el espejo del pasado.
- La renuncia: el camino de la corrección y superación del engaño de los sentidos.
- El objetivo: encontrar el lugar para pulir la piedra de su mente y posteriormente depositarla en la tierra.
Entre la confusión de los
días piensa que ha de hacerse así misma, bordarse como un tapiz, hacer la obra de su vida; con ello
espera la reconciliación plena con el mundo. No obstante sabe que su cuerpo
entero se ha hecho sonaja vibrante, ha despertado el celo y tiene multitud de admiradores entretenidos.
El Chacal le dice que ya es
un reclamo furtivo por las esquinas, que entre vosotros empieza a ser el relato
de los chismosos, los correveidiles y el consuelo de las comadrejas. Mucho más ahora,
con el Facebook; ¡no hay secreto para ocultar, todo es pura banalidad!
-Estas observaciones me cargan de responsabilidades y a su vez me elevan en un canto a la vida. Es un impulso salvífico que me predispone a la rendición y a cantarle.
Miro tus ojos
Son como
pinganillos
En la ventana
Su clamor excita mis
pupilas, revela el enigma y hace posible
el enlace con los secretos del mundo. La emoción mueve los nervios invisibles
de los ojos y se desploman en lagrimas, caen en el cuenco de mis manos y se las
doy a probar; ¡las bebe sedienta de alivio!
Son de salmuera
Emociones del lecho
Que me conmueven
A su vez, se que ella también fue seducida por
una fuerza luminosa; ¡cómo envidio ser aquel amor esperado! En su día tuvo el
encuentro con el Ausente y halló en él la llave de la puerta del misterio, fue
un rapto apasionado y ya no quiso renunciar a su candor, ni tampoco a formar
parte de este mundo. Tras la muerte, su mente encontró el sosiego en los
estribos del sueño y allí quiso dejar su testimonio para siempre.-
En el retiro de la noche
exclamaba sin cesar…
-El silencio me invade, susurro
en soledad y me hundo en la oscuridad del recuerdo. ¡Él es siempre él y yo mortalmente
derramada!
Una y otra vez en el inicio
de los amores divinos, víctima de la ansiedad y la pérdida, mártir del trasiego
incesante en la vida… -
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