Fénix o la ciudad del sol. El vuelo del miedo. http://fenixlacomella.blogspot.com.es/2010/03/el-vuelo-del-miedo.html
El embarazo
La luz era tan potente, tan sensual y cargada de
aldehídos de jazmín que sentí desfallecer, el cuerpo y la mente se encontraron
en la oscuridad en un enlace eterno. No se cuanto tiempo pasé en el vahído pero
al despertar mi curso normal había desaparecido. Ahora me sentía en estado de
gracia y tenía fermentos de luz en el vientre. Seguí las acciones entorno al
sol y le dije:
¡Buenos días amor, Buenos días!
La emoción me embargaba, las lágrimas caían libres por
mi mejilla y el gozo era de orden sublime, ¡inexplicable…!
Al marchar a casa tuve mareos y sensación de cambios
metabólicos, sensaciones nunca antes experimentadas. Estuve atando cabos toda
la tarde hasta que llegué a la conclusión de que me había quedado en cinta. Tal
había sido mi estado de entrega en la ciudad del sol que el resplandor de la
mañana se había colado como una gracia divina igual que pasó con María, o bien,
había movilizado las células madre y se había desencadenado un proceso
extraordinario… Eso pensé de soslayo, pero el instante era de emoción sublime y
para evitar caer al suelo o en el pozo del absurdo, me tuve que apoyar en las
evidencias y aceptar la situación…
Seguí con mi estado de gracia… Al día siguiente fui a
la farmacia y con cierto secretismo pedí al farmacéutico.
¿Sería tan amable de venderme un predictor para
hombres?
Me miró perplejo y me contestó:
–No tenemos de eso; todavía no están inventados –
Me dio la espalda y se fue…
Una dependienta me miró furtivamente con ojos de amor…
¿Os lo podéis imaginar?
¡Quedé destrozado!
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