Túnel de Tarradets. lugar donde realicé Ocultación XIV 1990
Ideas ocultas
Ideas ocultas
El universo de las ideas tiene su propia
dinámica y formula una realidad que sólo se gestiona en la mente. El mundo de las
ideas, identidades y sentimientos es una realidad humana y sin proponérselo
forma el fruto intencionado de la historia. ¿Qué es la historia? -Pregunta E.H.
Carr- y responde ¡! Es un relato cargado de dolor, de agravios y momentos
heroicos que siempre son el resultado de una situación manipulada; en
cualquier caso la voz de “la verdad” siempre la hacen los poderosos y los
historiadores e intelectuales la ajustan a los deseos del los llamados a
gobernar.
El hombre es consciente de no ser portador de todas las verdades y siente que aquello que supura la otra realidad
es demasiado complejo para entenderlo, por tanto es mucho más fácil que esta se
ajuste a la que ha "manufacturado" el pensamiento. El político que
aspira al poder se inviste con la autoridad de la verdad, es un iluminado que
interpreta los deseos implantados, un Mesías que presiente que con la
palabra no puede contener la hemorragia de los acontecimientos, pero puede
suturar-los y esconderlos bajo las membranas de la memoria. Él es llamado y se
inviste como guía de los hombres. Sabe de buena mano que la historia sigue
siendo un relato lleno de ocultaciones y por tanto usa el señuelo de las palabras con tanta convicción que llega a creerse sus propias mentiras. Sus seguidores también lo saben pero han
de mantenerse firmes y ser cómplices, es parte de la estrategia social. Saben que si
denuncian las perversidades de los suyos se pondrán en el lado de los
contrarios; ¡esa es la máxima que calla y secuestra las voluntades!
La intención humana no va pues dirigida a
desvelar la verdad, no desea despertarla no sea el caso que descubra su error y
se tenga que humillar ante las fragrantes razones de sus enemigos. No puede
escuchar la razón del otro ya que al hacerlo se debilita y si lo comprende y
acepta quedará definitivamente derrotado. El objetivo es pues recrear la
invención una y otra vez en la acción política. Hace falta martillear el
presente con una idea hasta perforar la membrana mental y hacerla
"comprensible". Es el argumento fiable para el éxito en la
nueva situación, de esta manera sólo hace falta esperar a que se convierta en
idea diáfana y obsesiva.
No existe mayor fuerza humana que el quebrantamiento
de la razón movido por la obsesión.
La historia es un relato de nuestra
invención y el pasado se iguala a las cajas del misterio; se quiera o no,
siempre contienen aquello que ocultamos dentro. La historia es la "caja
chistera", una argucia que el PODER manipula para sacar oportunamente el conejo
que con su graciosa pelambre, con su mirada inocente y docilidad embelesa. Sus generosas orejitas
hacen reír y envuelven los debates políticos con ilusionismos y
encantamientos que alegran a los tertulianos. Convencido de la bondad del nuevo
paradigma, el iluso se hace Mesías y desde aquel instante dispone del
poder de la convicción. Acomoda las tres palabras clave del nuevo modelo y así llena
su repertorio de verdad; palabras que se devienen mágicas y con ellas derrotará
dialécticamente a todo interlocutor que se le oponga. Sus tres palabras derriban, secuestran,
obnubilan, ahuyentan, niegan, ocultan, disminuyen, silencian y proponen a cada instante que son
la voluntad de la masa, a la cual intencionadamente y eufemísticamente se le
llama "pueblo".
La acción política consiste en modelar los sentimientos hasta
ocupar todo el repertorio simbólico, los sentimientos, las voluntades, los
argumentos y la acción permanente del pensamiento. Pero cuando una situación se hace obsesiva y se
dibuja una solución política no permutable, cuando el fanatismo se acerca al
estado de neurosis colectiva y no queda espacio para la negociación, podemos
pensar que la sociedad vive una polarización; ¡una existencia ensombrecida! Ahí nace el fracasado de la política y entran en juego nuevos metodos para la solución al conflicto...
En el razonamiento sobre los ángeles
llegué a conjeturas dramáticas y curiosas. Pensé que toda la realidad está dibujada por proyecciones
mentales, por comunicados amañados y teñidos durante ciclos muy largos; ¡era la década de los años ochenta! Entonces pensé que eran influencias "angelicales", susurros de animales invisibles, respuestas
a canciones de cuna, quizá a sueños que se encuban en la niñez, posiblemente
identidades que se forman entre el desprecio al otro y sentimientos no compartidos
pero adoptados para no ser rechazado. Todas ellas son influencias proyectadas
por los grupos de poder, esa es su tarea y su objetivo es siempre conservar sus prebendas bajo cualquier circunstancia.
Bajo esa
estrella diseñada, requerida y preservada en los envases de la verdad se
expresa lo que llaman "pueblo" Pero esa voluntad colectiva actúa
"libre" y dispone de muchos referentes que pueden cambiar de polarización en un instante. Solo aquellos que no disfrutan de otro argumento que aquel que le han dado, sin otra verdad donde apoyarse que la que es "socialmente" permitida, seguirán fiel hasta el final y terminará en el bunker durado. De esta manera esa masa moldeada se
precipita vertiginosamente por la pendiente de los deseos impuestos. Para
este fin, el político, el creador de la historia, hace servir la ocultación,
las fisuras legales, los argumentos fronterizos, los guiños a terceros y el
simulacro permanente. En el verso público sirve todo, los actos se contraen con
eufemismos, se sacan los temas de contexto, se denigra al oponente dejando
clara su falsa posición y sobre todo se ridiculizan sus argumentos.
Los problemas sociales, las demandas
sosegadas pero “reales”, se desvían del debate, se abandonan en la sombra lo
más lejos posible y si se puede se borran del presente. Es un acto natural en
todas las contiendas, una táctica propia de la condición humana que opera con
las conductas del contrario.
Pienso
que es una estrategia que obscurece el pensamiento, anula la "verdad racional" haciendo ver que se quiere iluminar. Es una manera de proceder que estimula
los sentimientos y los pone en carne viva. Una política que hace que el dolor ciegue y las
consignas y la imposición de las mismas aparezcan como la única solución; es
así como se presenta el rostro diáfano de la historia y el conflicto como el
motor del cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario