Escápula de el dolido.
La escápula
Añoro
tanto tu ocaso
como tus días de
gloria.
Mamar de tus pechos
secos
me recuerda los
otoños del corazón,
los pensamientos
nebulosos y mortecinos,
las tierras
abandonadas, en permanente barbecho.
De tus hojas sin
textura ni verdor ha renunciado el poeta;
él también naufraga
en los limos fétidos de tus leyendas pasadas.
Tus calles tristes han
cambiado de nombre mil veces
y otras diez mil
cambiarán en el rodar de la historia.
Los despojos de tu
pasado se mercadean cada día,
dermis requemada que
aún expande olor mortecino.
De tus pozos ciegos
provienen las flores del miedo;
ornamentos de los
guerreros que descansan en ti.
Te observo hasta que
mis heridas no duelen nada;
espectro agonizante; ¡otra vez eres tierra derrotada!
Con tus campos
repletos de escombros y morralla,
las avenidas colmadas
de baches y cristales rotos.
Tus tejados pandean, ya no queda albor en los ojos.
Entre callejuelas, tres perros mastican un cadáver,
rezongan por
compartir una escápula y un peroné.
El resto ya es
materia viva en estómagos saciados.
La bandera ondea
flácida en el balcón; son jirones, ¡ha perdido el color!
Nada está negado
entre giros crepusculares, el amanecer de las estrellas.
Hoy, con los
escombros de vuestra rendición, se renueva un hogar esperanzado.
El libro de las Carachas. 1997-2005. Rufino Mesa
és depriment i deixa mal gust de boca, m'agrada crear i llegir fantasies fantàstiques que em donen peu a somiar i també a generar coses maques perquè lo dolent ja ve sol
ResponderEliminarEn serio?
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