jueves, 8 de diciembre de 2011

La escápula



Escápula  de el dolido.

La escápula


Añoro
tanto tu ocaso
como tus días de gloria.
Mamar de tus pechos secos
me recuerda los otoños del corazón,
los pensamientos nebulosos y mortecinos,
las tierras abandonadas, en permanente barbecho.
De tus hojas sin textura ni verdor ha renunciado el poeta;
él también naufraga en los limos fétidos de tus leyendas pasadas.
Tus calles tristes han cambiado de nombre mil veces
y otras diez mil cambiarán en el rodar de la historia.
Los despojos de tu pasado se mercadean cada día,
dermis requemada que aún expande olor mortecino.
De tus pozos ciegos provienen las flores del miedo;
ornamentos de los guerreros que descansan en ti.

Te observo hasta que mis heridas no duelen nada;
espectro agonizante; ¡otra vez eres tierra derrotada!
Con tus campos repletos de escombros y morralla,
las avenidas colmadas de baches y cristales rotos.
Tus tejados pandean, ya no queda albor en los ojos.


Entre callejuelas, tres perros mastican un cadáver,
rezongan por compartir una escápula y un peroné.
El resto ya es materia viva en estómagos saciados.


La bandera ondea flácida en el balcón; son jirones, ¡ha perdido el color!
Nada está negado entre giros crepusculares, el amanecer de las estrellas.
Hoy, con los escombros de vuestra rendición, se renueva un hogar esperanzado.


El libro de las Carachas. 1997-2005. Rufino Mesa

2 comentarios:

  1. és depriment i deixa mal gust de boca, m'agrada crear i llegir fantasies fantàstiques que em donen peu a somiar i també a generar coses maques perquè lo dolent ja ve sol

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