Susurros en un agujero. Anell de pedra. Acción: Montse Ras. 2011
Pozo de Copiapó.
El 5 de agosto de 2010 se hundió un tramo de la
galería de los héroes. Fue en la mina de San José en el desierto de Atacama,
Chile. Arriba nadie sabia con certeza lo que había pasado y menos aún si los
mineros estaban vivos o muertos. Abajo, con voz de tenor herido, alguien dijo a
los camaradas encerrados a 700 metros de profundidad en Copiapó.
—El miedo no es la causa de mi conducta saturada de
temores, no siento su mordedura en el cuello, lo que siento es la zozobra del
valor vencido, la sombra imprecisa que invade la mente. Siempre he vivido
aislado y con la puerta abierta; pienso que el devenir no puede esquivarse con
cerrojos. El miedo tiene rostros indefinidos. Ahora lo que más me aterra es el
desvelo que produce el desamparo…—
Sin comunicación alguna, arriba una maquina
perforadora abría una brecha en la roca que les llevaría agua y alimentos; todo
era cuestión de tiempo y de soportar estoicamente el desánimo.
Abajo, uno de los camaradas chilenos, Florencio
Ávalos dijo…
—Pienso que, aunque la oscuridad nos cause temor, el
miedo no nace de la sombra abisal; antes de nacer, todas las simas saben
nuestro nombre y lo evocan cada noche en los estribos del sueño. Hay que pensar
que los hoyos más temibles están diseminados en nuestra mente, son semillas que
crecen entre intervalos de olvido y nos previenen del peor de los males: ser
devorados por nuestra propia madre, la garganta de la tierra. —
Copiapó, el pozo del deseo y el abismo del
desasosiego, se hizo por imperativos económicos y tenía un largo historial de
accidentes. Pero el empresario minero siempre araña los secretos de la tierra
para encontrar la fortuna escondida y no tiene especial cuidado con la vida de
los demás. Nada extraño sucedió en el descenso pero un derrumbe dejó atrapados
a 33 personas en la simas oscuras del desierto de Atacama. Todo fue cavar bajo
los pies hasta llegar a una valva fósil que estaba esperando des de hacía
millones de años. Traspasaron capas de roca dura, columnas considerables de
arcilla roja, pasajes de sedimentos arenosos hasta llegar a las piedras porosas
y ricas en agua: las calcarenitas. Allí estaba la catástrofe, acechada y muda,
y allí estaban también las contingencias que hacen del azar la condición de los
héroes. Al ver aquella laguna interior quedaron sobrecogidos. Como en el Averno
aullaban los corredores, crujían las rocas y el calor y la humedad del aire se
hacían irrespirables. Era un vientre de roca despojado de luz, no digamos del
vuelo de los pájaros. Sin esperanza posible y con el aliento quebrado, dijo
Carlos Mamani (un minero boliviano…)
—¡El agua es el fin del trayecto, el triunfo de la
muerte!…—
—Pienso que el agua es una llamada natural, hay que
pensar que en un porcentaje muy alto estamos formados por ella. Las rocas que
nos atrapan tampoco son la causa del desasosiego, ellas constituyen la memoria
mineral y retienen el secreto del tiempo. Las tinieblas tampoco pueden serlo,
siempre mal vivimos entre ellas como topos. Es la vida del minero;
ensombrecidos permanecemos en ellas día tras día. Estamos habituados a tener
las pupilas dilatadas y sacar referentes de los abismos más oscuros. —
Dijo Jimmy Sánchez.
En aquel momento una perforadora entró por el techo
en la estancia, Mario Sepúlveda cogió un pincel y con pintura roja tintó la
broca que al instante subió a la superficie. Unas horas más tarde bajaban agua
y alimentos. Carlos Mamani exclamó…
—¡No estamos desamparados… ¡
Al tiempo, por el techo apareció una cámara de
video, José Ojeda miró aquel ojo iluminado y le dijo...
—Estamos bien en el refugio los 33—
Mario Sepúlveda y Luís Uzúa desplegaron su poder de
líderes sindicales, supieron mantener la esperanza viva. Mario tenía reflejos ágiles en las palabras…
—El pozo es una respuesta sin luz que parpadea
oscura en la mente, todos los temores son llamados en él; así aullan por el
tragadero sigiloso de cuevas, simas, marjales, mazmorras, pozos, precipicios,
barrancos, farallones, despeñaderos, cejos y espacios brumosos... Son los
tragaderos que reclaman a voz en grito el tributo del sol. En el pozo descansa
el rostro oscuro del mundo, allí se oculta la luz de los ojos y de allí renace el
parpadeo de una nueva vida. Solo los neutrinos pasan vencedores por sus
posesiones; a velocidades de espanto, ahora cabalgamos sobre ellos—
Un martillo mayor abrió una nueva vía y por ella
apareció una cápsula con el nombre de Fénix, haciendo alusión al renacimiento
de 33 almas nuevas, cambalache de las 33 almas muertas que entregó Jesús en la
cruz…. Uno a uno fueron saliendo los renacidos a la luz del sol; fue el nuevo
amanecer para ellos y sus familias…
Ya restaurados en el exterior, fueron glorificados como héroes, agasajados con abrazos, estimulados con alegría
y retumbar de fiesta. En todo el mundo se celebró el rescate más espectacular de la historia de la minería...
Carlos Mamani, el boliviano, exclamó ahora una frase
con el signo cambiado:
—¡Es el triunfo de la vida! —
Alguien tiró una piedra en aquella sima
interminable, un pequeño eco llegó del fondo… Las voces ígneas describen el
destino sin alegaciones.
¡incomprensible de momento!
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